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Palabras diarias de Dios | Fragmento 111 | "El misterio de la encarnación (2)"


Palabras diarias de Dios | Fragmento 111 | "El misterio de la encarnación (2)"

Dios hecho carne únicamente se manifiesta a una parte de las personas que lo siguen durante este período en el que Él lleva a cabo Su obra personalmente y no a todas las criaturas. Se volvió carne sólo para completar una fase de Su obra y no con el fin de mostrar Su imagen al hombre. Sin embargo, Su obra debe llevarla a cabo Él mismo, por lo tanto es necesario que lo haga en la carne. Cuando esta obra concluya, partirá del mundo humano; no puede permanecer a largo plazo entre la humanidad para no interferir en la obra futura. Lo que le manifiesta a la multitud es únicamente Su justo carácter y todas Sus acciones, y no la imagen de cuando Él se hizo carne dos veces, pues la imagen de Dios únicamente se puede mostrar por Su carácter y no se puede reemplazar con Su imagen hecha carne. La imagen de Su carne únicamente se muestra a una cantidad limitada de personas, únicamente a quienes lo siguen según obra en la carne. Por esta razón, la obra actual se realiza en secreto. De la misma manera, Jesús se mostró únicamente a los judíos cuando hizo Su obra y no se mostró públicamente a ninguna otra nación. Por lo tanto, una vez hubo completado Su obra, rápidamente partió del mundo humano y no se quedó; más adelante no fue Él, esta imagen humana, quien se mostró a las personas, sino el Espíritu Santo quien llevó a cabo la obra directamente. Una vez que la obra de Dios hecho carne se finaliza por completo, partirá del mundo mortal y nunca más volverá a hacer ninguna obra similar a como lo hizo cuando estaba en la carne. Después de esto, la obra la hace toda directamente el Espíritu Santo. Durante este período, el hombre apenas puede ver la imagen de Su cuerpo carnal; Él no se muestra en absoluto al hombre, sino que permanece oculto para siempre. El tiempo de la obra de Dios hecho carne es limitado. Se lleva a cabo en una era, un período, una nación específicos y entre personas concretas. Esta obra representa únicamente la obra del período de la encarnación de Dios y es particular a esa era; representa la obra del Espíritu de Dios en una era específica y no la totalidad de Su obra. Por lo tanto, la imagen de Dios hecho carne no se mostrará a todos los pueblos. Lo que se muestra a la multitud es la justicia de Dios y Su carácter en su totalidad, en vez de Su imagen de las dos veces que se hizo carne. No se muestra a las personas una imagen única ni las dos imágenes combinadas. Por lo tanto, es imperativo que la carne encarnada de Dios parta de la tierra tras completar la obra que necesita hacer, pues viene únicamente a hacer el trabajo que ha de hacer y no a mostrar Su imagen a las personas. Aunque Dios ya cumplió la relevancia de la encarnación al convertirse en carne dos veces, todavía no se manifestará abiertamente a ninguna nación que no lo haya visto antes. Jesús nunca más se mostrará a los judíos como el Sol de la justicia ni subirá al monte de los Olivos para aparecer ante todos los pueblos; todo lo que los judíos vieron fue la imagen de Jesús durante Su tiempo en Judea. Esto es porque la obra de Jesús en Su encarnación finalizó hace dos mil años; no regresará a Judea con la imagen de un judío, y menos aún se mostrará Él con esa imagen a ninguna de las naciones gentiles, ya que la imagen de Jesús hecho carne es apenas la imagen de un judío y no la del Hijo del hombre que vio Juan. Aunque Jesús les prometió a Sus seguidores que regresaría, no se mostrará simplemente con la imagen de un judío a todos los que están en naciones gentiles. Habéis de saber que la obra de Dios hecho carne consiste en inaugurar una era. Esta obra está limitada a unos pocos años y Él no puede completar toda la obra del Espíritu de Dios. De igual manera, la imagen de Jesús como judío puede representar únicamente la imagen de Dios según obró en Judea y únicamente pudo hacer la obra de la crucifixión. Durante el período en que Jesús estuvo en la carne, no pudo realizar la obra de finalizar la era o destruir a la humanidad. Por lo tanto, cuando hubo terminado la crucifixión y concluido Su obra, ascendió a lo más alto y para siempre se ocultó del hombre. Desde entonces, los creyentes fieles de las naciones gentiles no pudieron ver la manifestación del Señor Jesús, sino únicamente una imagen de Él que tenían en la pared. Esta imagen es apenas un dibujo del hombre y no la imagen que Dios mismo le mostró al hombre. Dios no se mostrará abiertamente a la multitud en la imagen de cuando se volvió carne dos veces. La obra que realiza entre los seres humanos es permitirles entender Su carácter. Todo esto se muestra al hombre mediante la obra de las diferentes eras; se consigue mediante el carácter que Él dio a conocer y la obra que Él realizó en vez de por la manifestación de Jesús. Es decir, la imagen de Dios se da a conocer al hombre no mediante la imagen encarnada, sino mediante la obra realizada por el Dios encarnado que tiene tanto imagen como forma y, durante Su obra, Su imagen se muestra y Su carácter se da a conocer. Esta es la relevancia de la obra que Él desea realizar en la carne.

Una vez finalice la obra de las dos encarnaciones de Dios, empezará a mostrar Su justo carácter por todas las naciones gentiles y le permitirá a la multitud ver Su imagen. Manifestará Su carácter y de esta manera dejará claro el final de las diferentes categorías de hombre, dando fin por completo a la era antigua. La razón por la que Su obra en carne no se extiende a un gran alcance (como Jesús únicamente obró en Judea y actualmente Yo obro únicamente entre vosotros) es que Su obra en carne tiene límites. Únicamente lleva a cabo una obra durante un período reducido en la imagen de carne normal y corriente; no usa esta encarnación para la obra de la eternidad o la de aparecer ante los pueblos de las naciones gentiles. La obra en la carne únicamente puede tener un alcance limitado (como trabajar únicamente en Judea o entre vosotros) y, entonces, mediante la obra realizada dentro de estos límites, su alcance se puede expandir posteriormente. Por supuesto, la obra de expansión la debe realizar directamente Su Espíritu y ya no será tarea de Su carne encarnada, pues la obra en la carne tiene limitaciones y no se extiende a todos los rincones del universo; esto es algo que no puede lograr. Mediante la obra en la carne, Su Espíritu lleva a cabo la obra que viene a continuación. Por lo tanto, la obra realizada en la carne es de una naturaleza inaugural que se lleva a cabo dentro de ciertos límites; después de esto, es Su Espíritu quien continúa con esta obra y además lo hace con un mayor alcance.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Para conocer más: ¿Qué es la encarnación?

El objetivo y la relevancia de la obra de Dios en la Era de la Ley

Las palabras relevantes de Dios:

En el principio, después de la creación de la humanidad, fueron los israelitas los que sirvieron como la base de la obra de Dios. Toda Israel fue la base de la obra de Jehová en la tierra. La obra de Jehová consistió en dirigir y pastorear al hombre directamente mediante el establecimiento de leyes para que el hombre pudiera vivir una vida normal y adorar a Jehová de una manera normal en la tierra. En la Era de la Ley, Dios no podía ser ni visto ni tocado por el hombre. Como todo lo que Él hizo fue guiar a los primeros hombres corrompidos por Satanás, enseñándolos y pastoreándolos, Sus palabras sólo contenían leyes, estatutos y las normas de comportamiento humano, y no les proveyó las verdades de la vida. Bajo su liderazgo, los israelitas no habían sido profundamente corrompidos por Satanás. Su obra de la ley fue sólo la primera etapa de la obra de salvación, el principio mismo de la obra de salvación, y prácticamente no tuvo nada que ver con los cambios en el carácter de vida del hombre.

La palabra de Dios | ¿Existe la Trinidad?

Después de que la verdad de Jesús hecho carne se materializara, el hombre creyó esto: que no es solo el Padre en el cielo, sino también el Hijo e incluso el Espíritu. Esta es la noción convencional que tiene el hombre, que hay un Dios así en el cielo: un Dios trinitario que es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Toda la humanidad tiene esta noción: Dios es un Dios, pero se compone de tres partes, lo que todos aquellos fuertemente afianzados en las nociones convencionales consideran como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sólo esas tres partes hechas una son la totalidad de Dios. Sin el Padre Santo, Dios no sería completo. De igual manera, tampoco lo sería sin el Hijo o el Espíritu Santo. En sus nociones creen que ni el Padre solo ni el Hijo solo pueden considerarse Dios. Sólo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo juntos pueden ser considerados Dios mismo. Ahora, todos los creyentes religiosos, e incluso cada seguidor entre vosotros, mantienen esta creencia. Sin embargo, nadie puede explicar si es correcta, porque siempre estáis en una niebla de confusión sobre los asuntos de Dios mismo. Aunque se trata de nociones, no sabéis si son correctas o erróneas, porque estáis gravemente infectados de nociones religiosas. Habéis aceptado con demasiada firmeza estas nociones convencionales de la religión y este veneno se ha infiltrado a demasiada profundidad en vosotros. Por tanto, también en este asunto habéis sucumbido a esta influencia perniciosa, porque el Dios trinitario sencillamente no existe. Es decir, la Trinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Son nociones convencionales del hombre y sus falaces creencias. A lo largo de muchos siglos, el hombre ha creído en esta Trinidad, evocada por las nociones en la mente del hombre, fabricada por el hombre y que nunca antes él ha visto. A lo largo de todos estos años, han existido muchos expositores de la Biblia que han explicado el “verdadero significado” del Dios trinitario; sin embargo, las explicaciones de esta como tres personas consustanciales distintas han sido vagas y poco claras, y se han confundido todas con el “constructo” de Dios. Ningún gran hombre ha sido capaz de ofrecer una explicación profunda; la mayoría de las explicaciones cumplen con los requisitos en términos de razonamiento y por escrito, pero ningún hombre tiene un entendimiento claro de su significado. Esto se debe a que esta gran Trinidad que el hombre tiene en su corazón simplemente no existe. Porque nadie ha visto nunca el verdadero rostro de Dios ni ha sido lo suficientemente afortunado como para ascender a Su morada para una visita y comprobar qué elementos están presentes donde Él se encuentra, para determinar exactamente cuántas decenas o centenas de millones de generaciones están en la “casa de Dios” o para investigar simplemente cuántas partes componen el constructo inherente de Dios. Lo que debe examinarse principalmente es lo siguiente: la edad del Padre y del Hijo, así como la del Espíritu Santo; las respectivas apariencias de cada persona; exactamente cómo es que se dividen, y cómo es que se hacen uno. Por desgracia, en todos estos muchos años, ni un solo hombre ha sido capaz de determinar la verdad de estos asuntos. Se limitan todos a hacer conjeturas, porque ni un solo hombre ha ascendido alguna vez al cielo para hacer una visita y regresar con un “informe de investigación” para toda la humanidad, con el fin de informar sobre la verdad del asunto a todos los fervientes y devotos creyentes religiosos preocupados por la Trinidad. Por supuesto, no se puede culpar al hombre por formarse tales nociones, ya que ¿por qué no hizo Jehová el Padre que Jesús el Hijo lo acompañara cuando creó a la humanidad? Si en el principio todo se hubiera hecho en el nombre de Jehová, habría sido mejor. Si hay que culpar a alguien, que sea al error momentáneo de Jehová Dios, que no hizo comparecer al Hijo y al Espíritu Santo en el momento de la creación, sino que llevó a cabo Su obra Él solo. Si hubieran obrado todos simultáneamente, ¿no se habrían hecho uno? Si, desde el mismo principio hasta el final, sólo hubiese estado el nombre de Jehová y no el de Jesús de la Era de la Gracia, o si aún entonces se le hubiese seguido llamando Jehová, ¿acaso no se habría librado Dios del sufrimiento de esta división por parte de la humanidad? Sin lugar a dudas, no se puede echar la culpa a Jehová de todo esto; si hay que culpar a alguien, que sea al Espíritu Santo, que durante miles de años continuó Su obra con el nombre de Jehová, de Jesús, e incluso del Espíritu Santo, aturdiendo y confundiendo al hombre de forma que este no podía saber quién es Dios exactamente. Si el propio Espíritu Santo hubiera obrado sin forma ni imagen y, además, sin un nombre como el de Jesús, y el hombre no hubiera podido tocarlo o verlo, sino solamente oír los sonidos del trueno, ¿no habría sido este tipo de obra más beneficiosa para la humanidad? ¿Qué puede hacerse, pues, ahora? Las nociones del hombre se han amontonado tan altas como una montaña y tan anchas como el mar, hasta el punto de que el Dios del día presente ya no puede soportarlas más y está completamente desconcertado. En el pasado, cuando solo estaban Jehová, Jesús y, en medio de los dos, el Espíritu Santo, el hombre ya estaba confundido en cuanto a cómo arreglárselas, y ahora se suma el Todopoderoso, del que se dice que también es una parte de Dios. ¿Quién sabe quién es Él y en qué persona del Dios trinitario se ha entremezclado o escondido durante tantos años? ¿Cómo puede el hombre soportar esto? Por si sola, la Trinidad bastaba para que el hombre invirtiera una vida en explicarla, pero ahora hay “un Dios en cuatro personas”. ¿Cómo puede explicarse esto? ¿Puedes hacerlo? ¡Hermanos y hermanas! ¿Cómo habéis creído en un Dios así hasta hoy? Me quito el sombrero ante vosotros. Con el Dios trino ya era bastante; ¿cómo podéis seguir teniendo esa fe tan inquebrantable en este único Dios en cuatro personas? Se os ha instado a salir, pero os negáis. ¡Esto es inconcebible! ¡Realmente me sorprendéis! En realidad una persona puede llegar a creer en cuatro Dioses y no importarle en lo más mínimo; ¿no os parece esto un milagro? ¡No podría decirse que seáis capaces de obrar un milagro tan grande! Dejadme deciros que, en verdad, el Dios trinitario no existe en ningún lugar de este universo. Dios no tiene Padre ni Hijo y, mucho menos, existe el concepto de que, en conjunto, el Padre y el Hijo utilizan al Espíritu Santo como instrumento. ¡Todo esto es la falacia más grande y sencillamente no existe en este mundo! Sin embargo, incluso esta falacia tiene su origen y no carece totalmente de base, porque vuestras mentes no son tan simples y vuestros pensamientos no carecen de razón. Más bien, son bastante apropiados e ingeniosos, tanto que son inexpugnables incluso para cualquier Satanás. ¡La lástima es que estos pensamientos son falacias y sencillamente no existen! No habéis visto en absoluto la verdad real; estáis haciendo meras conjeturas e imaginaciones, fabricando después con ellas una historia para ganaros engañosamente la confianza de otros y dominar a las personas más insensatas sin sensatez o razón, de forma que crean en vuestras grandes y renombradas “enseñanzas expertas”. ¿Es esto la verdad? ¿Es este el camino de vida que el hombre debería recibir? ¡Todo eso es una tontería! ¡Ni una sola palabra es apropiada! A lo largo de todos estos años, habéis dividido a Dios de esta forma, en cada vez más partes con cada generación, hasta el punto de que un Dios ha sido dividido abiertamente en tres Dioses. ¡Y ahora es simplemente imposible para el hombre unir de nuevo a Dios en uno solo, porque lo habéis dividido en demasiadas partes! ¡De no ser por Mi oportuna obra antes de que fuera demasiado tarde, resulta difícil decir cuánto tiempo habríais seguido descaradamente de esta forma! Si seguís dividiendo a Dios así, ¿cómo puede Él seguir siendo vuestro Dios? ¿Seguiríais reconociendo a Dios? ¿Seguiríais reconociéndolo como vuestro padre y regresaríais a Él? Si Yo hubiera llegado más tarde, es probable que hubierais enviado al “Padre y el Hijo”, Jehová y Jesús, de vuelta a Israel y declarado que vosotros mismos sois una parte de Dios. Afortunadamente, ya son los últimos días. Finalmente, este día que tanto he esperado ha llegado y es sólo después de llevar a cabo esta etapa de la obra por Mi propia mano que se ha detenido vuestra división de Dios mismo. De no ser por esto, os habríais intensificado, incluso poniendo en vuestras mesas a todos los Satanases entre vosotros para adorarlos. ¡Este es vuestro artificio! ¡Este es vuestros medios para dividir a Dios! ¿Continuaréis haciéndolo ahora? Dejadme preguntaros: ¿Cuántos Dioses hay? ¿Cuál Dios os traerá la salvación? ¿A cuál oráis siempre, al primer Dios, al segundo o al tercero? ¿En cuál de ellos creéis siempre? ¿En el Padre? ¿En el Hijo? ¿O en el Espíritu Santo? Dime en quién crees. Aunque con cada palabra decís que creéis en Dios, ¡en lo que creéis realmente es en vuestro propio cerebro! ¡Simplemente no tenéis a Dios en vuestro corazón! ¡Y sin embargo en vuestras mentes hay numerosas “Trinidades” como esas! ¿No estáis de acuerdo?

¿Cómo dar testimonio de Dios en pruebas como Job?

En la vida real, cada uno de nosotros se enfrentará a algunas pruebas grandes o pequeñas, como la falta de dinero, el dolor de la enfermedad y el desastre natural y artificial. La llegada de estas circunstancias es la prueba en nuestra fe en Dios y nuestra obediencia a Él. Pero muchas veces somos débiles y negativos durante pruebas, e incluso malinterpretamos y culpamos a Dios, y perdimos nuestro testimonio. Hoy, echemos un vistazo a la experiencia de Job. En un día, su ganado por todos los montes fue robado, y sus hijos y sirvientes fueron matados. Sin embargo, no malentendió a Dios ni se quejó de Él, sino que alabó Su santo nombre. Entonces, ¿por qué Job pudo alabar a Dios cuando llegó una prueba tan grande sobre él? ¿Qué conocimiento tiene Job sobre Dios? ¿Cómo podemos ser testigos de Dios en pruebas como Job? Escuchemos las Palabras diarias de Dios para encontrar el camino juntos.


Palabras diarias de Dios | Fragmento 50 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II"

Recomendación: Las pruebas de Dios

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La Palabra de Dios | La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III (Fragmento)

Juan 20:26-29 Ocho días después, sus discípulos estaban otra vez dentro, y Tomás con ellos. Y estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; extiende aquí tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Respondió Tomás y le dijo: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.

Palabras diarias | Acerca de los apelativos y la identidad (Parte 2)

La Palabra de Dios es el alimento espiritual que Dios da a los cristianos, la mayor provisión de vida para los cristianos. Ver vídeo de la Palabra de Dios cada día es una manera de recibir la obra del Espíritu, mediante la cual los cristianos pueden acercarse más a Dios y ser aprobados y bendecidos por Dios. Por favor ver...

Palabras diarias | Acerca de los apelativos y la identidad (Parte 2)

Al principio, cuando Jesús aún tenía que desarrollar oficialmente Su ministerio, como los discípulos que lo siguieron, en ocasiones asistió a reuniones, cantó himnos, alabó y leyó el Antiguo Testamento en el templo. Después de ser bautizado y levantarse, el Espíritu descendió oficialmente sobre Él y comenzó a obrar, revelando Su identidad y el ministerio que iba a emprender. Antes de esto, nadie conocía Su identidad, excepto María. Ni siquiera Juan la conocía. Jesús tenía 29 años cuando fue bautizado. Después de Su bautismo, los cielos se abrieron y una voz dijo: “Este es Mi Hijo amado, en quién me regocijo grandemente”. Una vez que Jesús había sido bautizado, el Espíritu Santo comenzó a dar testimonio de Él de esta forma. Antes de ser bautizado a la edad de 29, Él había vivido la vida de una persona ordinaria, comiendo cuando tenía que comer, durmiendo y vistiéndose normalmente, y nada de Él era diferente de los demás. Por supuesto esto sólo era así para los ojos carnales del hombre. En algunas ocasiones Él también fue débil y, en otras, no pudo discernir cosas, tal como está escrito en la Biblia: Su inteligencia crecía a la par de Su edad. Estas palabras muestran simplemente que Él tuvo una humanidad ordinaria y normal, y no era especialmente diferente de otras personas comunes. También había crecido como una persona normal y no había nada especial en Él. No obstante, Él estaba bajo el cuidado y la protección de Dios. Después de ser bautizado, empezó a ser tentado, tras lo cual Él comenzó a desarrollar Su ministerio y a obrar, y poseyó poder, sabiduría y autoridad. Esto no quiere decir que el Espíritu Santo no obrara en Él o que no estuviera en Él antes de Su bautismo. Antes del mismo, el Espíritu Santo también moraba en Él, pero no había empezado a obrar oficialmente, porque existen límites sobre el momento en que Dios lleva a cabo Su obra y, además, las personas normales pasan por un proceso normal de crecimiento. El Espíritu Santo siempre había vivido en Él. Cuando Jesús nació, era diferente de los demás, y apareció una estrella de la mañana; antes de Su nacimiento, un ángel se apareció a José en un sueño y le dijo que María iba a dar a luz a un niño varón, concebido por el Espíritu Santo. No fue hasta justo después del bautismo de Jesús, que también fue cuando el Espíritu Santo comenzó Su obra, pero el Espíritu Santo no descendió entonces sobre Él. Decir que el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma de paloma es una referencia al comienzo oficial de Su ministerio. El Espíritu de Dios había estado en Él desde antes, pero no había empezado a obrar, porque la hora no había llegado y el Espíritu no comenzó a obrar precipitadamente. El Espíritu dio testimonio de Él a través del bautismo. Cuando Él salió del agua, el Espíritu empezó a obrar oficialmente en Él, lo que significaba que la carne encarnada de Dios había comenzado a cumplir Su ministerio y había empezado la obra de redención, es decir, la Era de la Gracia había iniciado oficialmente. Así pues, existe un tiempo para la obra de Dios, no importa cuál sea la obra que Él realice. Después de Su bautismo, no se produjeron cambios particulares en Jesús; Él seguía estando en Su carne original. Simplemente, comenzó Su obra y reveló Su identidad, y se llenó de autoridad y poder. A este respecto, era diferente que antes. Su identidad era diferente, lo que quiere decir que se produjo un cambio significativo en Su estatus; este era el testimonio del Espíritu Santo y no la obra hecha por el hombre. Al principio, las personas no sabían y sólo llegaron a saber un poco una vez que el Espíritu Santo dio testimonio de Jesús de esa forma. Si Jesús hubiera hecho una gran obra antes de que el Espíritu Santo diera testimonio de Él, pero sin el testimonio de Dios mismo, entonces independientemente de lo grande que fuera Su obra, las personas nunca habrían conocido Su identidad, porque el ojo humano habría sido incapaz de verlo. Sin el paso del testimonio del Espíritu Santo, nadie lo habría reconocido como Dios encarnado. Si, después de que el Espíritu Santo hubiera dado testimonio de Él, Jesús hubiera continuado obrando de la misma forma sin ninguna diferencia, entonces no habría tenido ese efecto. Y en esto también se demuestra principalmente la obra del Espíritu Santo. Después de que el Espíritu Santo diera testimonio, tuvo que mostrarse Él mismo, para que pudieras observar claramente que Él era Dios, que el Espíritu de Dios estaba en Él; el testimonio de Dios no estaba equivocado y esto podía demostrar que Su testimonio era correcto. Si la obra previa y la posterior al testimonio del Espíritu Santo hubiesen sido iguales, entonces Su ministerio encarnado y la obra del Espíritu Santo no se habrían acentuado y, por tanto, el hombre habría sido incapaz de reconocer la obra del Espíritu Santo, porque no había una diferencia clara. Después de dar testimonio, el Espíritu Santo debía mantenerlo y tuvo, por tanto, que manifestar Su sabiduría y autoridad en Jesús, que era diferente de la de tiempos pasados. Por supuesto, este no fue el efecto del bautismo; el bautismo es una simple ceremonia, pero era la forma de mostrar que había llegado el momento de desempeñar Su ministerio. Esa obra tenía como fin dejar claro el gran poder de Dios, dejar claro el testimonio del Espíritu Santo, quien asumiría la responsabilidad de dicho testimonio hasta el final. Antes de desarrollar Su ministerio, Jesús también escuchó sermones, predicó y difundió el evangelio en diversos lugares. No realizó ninguna gran obra porque aún no había llegado el momento para que Él desempeñara Su ministerio, y también porque Dios mismo se escondió humildemente en la carne y no llevó a cabo ninguna obra hasta que llegara el momento. Él no realizó ninguna obra antes del bautismo por dos razones: en primer lugar, porque el Espíritu Santo no había descendido oficialmente sobre Él para que obrara (es decir, el Espíritu Santo aún no había concedido a Jesús el poder y la autoridad para llevar a cabo esa obra), e incluso si Él hubiera conocido Su propia identidad, Jesús habría sido incapaz de realizar la obra que pretendió hacer más adelante y tendría que haber esperado hasta el día de Su bautismo. Este era el tiempo de Dios, y nadie podía contravenirlo, ni siquiera el propio Jesús; Jesús mismo no podía interrumpir Su propia obra. Por supuesto, esta era la humildad de Dios y también la ley de la obra de Dios; si el Espíritu de Dios no obrase, nadie podría realizar Su obra. En segundo lugar, antes de ser bautizado, era sólo un hombre muy común y ordinario, nada diferente de otras personas normales y ordinarias; este es un aspecto del hecho de que Dios encarnado no era sobrenatural. Dios encarnado no contravino las disposiciones del Espíritu de Dios; Él obró de una forma ordenada y con toda normalidad. Fue sólo después del bautismo que Su obra tuvo autoridad y poder. Es decir, aunque Él era Dios encarnado, no llevó a cabo ningún acto sobrenatural, y creció de la misma forma que las demás personas normales. Si Jesús ya hubiera conocido Su propia identidad, ya hubiera realizado una gran obra sobre toda la tierra antes de Su bautismo y hubiera sido diferente de las personas normales, mostrando ser extraordinario, entonces no sólo le habría sido imposible a Juan realizar su obra, sino que tampoco habría habido forma para que Dios empezara el siguiente paso de Su obra. Y así, esto habría demostrado que lo que Dios había hecho había salido mal, y para el hombre habría parecido que el Espíritu de Dios y Su carne encarnada no venían de la misma fuente. Por tanto, la obra de Jesús registrada en la Biblia es obra llevada a cabo después de Su bautismo, obra realizada durante el transcurso de tres años. La Biblia no registra lo que Él hizo antes de ser bautizado porque Él no hizo Su obra antes de ser bautizado. Él era simplemente un hombre ordinario y era lo que representaba; antes de que Jesús comenzase a desarrollar Su ministerio, no era diferente de las personas ordinarias, y los demás no podían ver diferencia en Él. Fue sólo después de alcanzar los 29 años de edad cuando Jesús supo que había venido a completar una etapa de la obra de Dios; antes, Él mismo no lo sabía, porque la obra realizada por Dios no fue sobrenatural. Cuando asistió a una reunión en la sinagoga a la edad de doce años, María lo estaba buscando, y Él sólo dijo una frase de la misma forma que cualquier otro niño: “¡Madre! ¿Acaso no sabes que debo anteponer la voluntad de Mi Padre sobre todas las cosas?”. Por supuesto, como el Espíritu Santo lo había concebido, ¿no podía ser Jesús especial de alguna manera? Esa cualidad de especial no significaba que fuera sobrenatural, sino simplemente que Él amaba a Dios más que cualquier otro niño. Aunque Él era humano en apariencia, Su esencia seguía siendo especial y diferente a la de los demás. Sin embargo, fue sólo después del bautismo cuando sintió realmente al Espíritu Santo obrando en Él y sintió que Él era Dios mismo. Cuando alcanzó la edad de 33 años fue cuando tomó verdadera consciencia de que el Espíritu Santo pretendía llevar a cabo la obra de la crucifixión por medio de Él. A la edad de 32 años, había llegado a conocer algunas verdades internas, tal y como está escrito en el Evangelio de Mateo: “Y Simón Pedro respondió y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. […] Desde ese momento, Jesús comenzó a enseñar a Sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas debido a los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas; que Él debía ser matado y que resucitaría al tercer día”. Él no sabía de antemano la obra que iba a realizar, sino en el momento específico. Él no lo supo completamente en cuanto nació; el Espíritu Santo obró gradualmente en Él, y hubo un proceso en esta obra. Si Él hubiera sabido desde el principio que era Dios, que era Cristo, que era el Hijo del Hombre encarnado, y que Él iba a cumplir la obra de la crucifixión, entonces ¿por qué no obró antes? ¿Por qué no fue hasta después de hablar a Sus discípulos acerca de Su ministerio cuando Jesús sintió tristeza, y oró intensamente por esto? ¿Por qué abrió Juan el camino para Él y lo bautizó antes de que Él entendiese muchas cosas que no había entendido? Lo que esto demuestra es que era la obra de Dios encarnado, y que había un proceso para que Él entendiera y lograra, porque Él era la carne encarnada de Dios, cuya obra era diferente de la realizada directamente por el Espíritu.

Palabras diarias de Dios | Fragmento 25 | "Prefacio"

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 25 | "Prefacio"



Si las personas permanecen en la Era de la Gracia, nunca se liberarán de su carácter corrupto, por no decir que nunca conocerán el carácter inherente de Dios. Si las personas viven siempre en medio de una abundancia de gracia pero no tienen el camino de vida que les permita conocer y satisfacer a Dios, entonces nunca lo obtendrán verdaderamente aunque crean en Él. Qué forma más deplorable de creer. Cuando hayas terminado de leer este libro, cuando hayas experimentado cada etapa de la obra del Dios encarnado en la Era del Reino, sentirás que las esperanzas de muchos años se han realizado finalmente. Sentirás que sólo ahora has visto realmente a Dios cara a cara; sólo ahora has mirado Su rostro, oído Sus declaraciones personales, apreciado la sabiduría de Su obra, y sentido realmente cuán real y todopoderoso es Él. Sentirás que has obtenido muchas cosas que las personas de tiempos pasados nunca han visto o poseído. En esta ocasión, sabrás claramente qué es creer en Dios, y qué es ser conforme a Su corazón. Por supuesto, si te aferras a los puntos de vista del pasado, y rechazas o niegas la realidad de la segunda encarnación de Dios, entonces te quedarás con las manos vacías y no obtendrás nada, y en última instancia serás culpable de oponerte a Dios. Los que obedecen la verdad y se someten a la obra de Dios vendrán bajo el nombre del segundo Dios encarnado, el Todopoderoso. Serán capaces de aceptar la dirección personal de Dios, y adquirirán más verdad y más elevada, y recibirán la vida humana real. Contemplarán la visión que las personas del pasado nunca han visto: “Y me volví para ver la voz que me hablaba. Y cuando había volteado, vi siete candelabros dorados. Y en medio de ellos había uno como el Hijo del Hombre, vestido con ropa hasta los pies y ceñido por encima del pecho con una faja dorada. Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza” (Apocalipsis 1:12-16). Esta visión es la expresión de todo el carácter de Dios, y tal expresión del mismo lo es también de la obra de Dios cuando se hace carne esta vez. En los torrentes de castigos y juicios, el Hijo del Hombre expresa Su carácter inherente hablando palabras, permitiendo que todos aquellos que acepten Su castigo y juicio vean el verdadero rostro del Hijo del Hombre, un rostro que es un fiel retrato del visto por Juan. (Por supuesto, todo esto será invisible para aquellos que no acepten la obra de Dios en la Era del Reino). El verdadero rostro de Dios no puede articularse plenamente usando las palabras del hombre, y por tanto Dios usa la expresión de Su carácter inherente para mostrar Su verdadero rostro al hombre. Es decir, todos los que han experimentado el carácter inherente del Hijo del Hombre han visto Su verdadero rostro, porque Dios es demasiado grande y no puede articularse usando las palabras del hombre. Una vez que este haya experimentado cada paso de la obra de Dios en la Era del Reino, sabrá el verdadero sentido de las palabras de Juan cuando hablaba del Hijo del Hombre entre los candeleros: “Su cabeza y Su cabello eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y Sus ojos eran como flamas de fuego; y Sus pies como bronce fino, como si se estuvieran quemando en una estufa; y Su voz como el sonido de muchas aguas. Tenía en Su mano derecha siete estrellas; y de Su boca salía una espada afilada de dos lados; y Su semblante era como la luz del sol en su fuerza”. En ese momento, sabrás sin duda que esta carne ordinaria que ha hablado tantas palabras es realmente el segundo Dios encarnado. Y sentirás realmente cuán bendecido eres, y te sentirás el más afortunado. ¿No deseas a aceptar esta bendición?

Palabras diarias | Fragmento 11 "Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios"


La Palabra de Dios diaria es el alimento espiritual que Dios da a los cristianos, la mayor provisión de vida para los cristianos. Leer la Palabra de Dios cada día es una manera de recibir la obra del Espíritu, mediante la cual los cristianos pueden acercarse más a Dios y ser aprobados y bendecidos por Dios. Por favor ver......



Palabras diariasFragmento 11 "Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios"


¿Por qué esta mención continua a las tres etapas de la obra? El paso de las eras, el desarrollo social y el rostro cambiante de la naturaleza siguen todos ellos a alteraciones en las tres etapas de la obra. La humanidad cambia en el tiempo con la obra de Dios, y no se desarrolla por sí misma. La mención de las tres etapas de la obra de Dios se produce con el fin de traer a todas las criaturas, y a las personas de cada religión y denominación, bajo el dominio de un Dios. Independientemente de la religión a la que pertenezcas, en última instancia te someterás al dominio de Dios. Sólo Él mismo puede llevar a cabo esta obra; ningún líder religioso puede hacerlo. Existen varias religiones importantes en el mundo, y cada una de ellas tiene su cabeza, o líder, y los seguidores están esparcidos por diferentes países y regiones de todo el mundo; cada país, grande o pequeño, contiene diferentes religiones. Sin embargo, independientemente de cuántas religiones existan por todo el mundo, todas las personas del universo existen en definitiva bajo la dirección de un Dios, y no son cabezas o líderes religiosos quienes guían su existencia. Es decir, ningún cabeza o líder religioso específico guía a la humanidad, sino que la dirige el Creador, que creó los cielos y la tierra, y todas las cosas, y también a aquella; esto es una realidad. Aunque el mundo tiene varias religiones principales, por muy relevantes que sean, todas existen bajo el dominio del Creador y ninguna de ellas puede sobrepasar el ámbito de ese dominio. El desarrollo de la humanidad, el progreso social, el desarrollo de las ciencias naturales, cada uno de estos aspectos es inseparable de las disposiciones del Creador, y esta obra no es algo que un líder religioso particular pueda hacer. Los líderes religiosos son simplemente la cabeza de una religión particular, y no pueden representar a Dios, o a Aquel que creó los cielos, la tierra y todas las cosas. Los líderes religiosos pueden guiar a quienes están dentro de toda la religión, pero no pueden dominar a todas las criaturas bajo el cielo; este es un hecho universalmente reconocido. Los líderes religiosos son simplemente meros líderes, y no pueden equipararse a Dios (el Creador). Todas las cosas están en manos del Creador, y al final volverán a ellas. La humanidad fue creada originalmente por Dios, e independientemente de la religión, todas las personas volverán bajo Su dominio; es inevitable. Sólo Dios es el Altísimo entre todas las cosas, y el gobernante más alto entre todas las criaturas también debe volver bajo Su dominio. No importa cuán elevado sea el estatus del hombre, este no puede llevar a la humanidad a un destino adecuado, y nadie es capaz de clasificar todas las cosas según la clase. El propio Jehová creó a la humanidad y clasificó a cada cual según la clase, y cuando llegue el tiempo final Él seguirá haciendo Su propia obra por sí mismo, clasificando todas las cosas según su clase; esto no puede hacerlo nadie excepto Dios. Él mismo llevó a cabo las tres etapas de la obra desde el principio hasta hoy, y las llevó a cabo el único Dios. La realidad de las tres etapas de la obra es la del liderazgo de toda la humanidad por parte de Él, un hecho que nadie puede negar. Al final de las tres etapas de la obra, todas las cosas serán clasificadas según su tipo y volverán bajo el dominio de Dios, porque a lo largo de todo el universo sólo existe este único Dios, y no hay otras religiones. El que es incapaz de crear el mundo será incapaz de llevarlo a su fin, mientras que Él, quien creó el mundo, lo llevará sin duda a su fin. Por tanto, si alguien es incapaz de ponerle fin a la era y sólo puede ayudar al hombre a cultivar su mente, no cabe duda de que no es Dios, no es el Señor de la humanidad. Será incapaz de realizar esa gran obra; sólo hay uno que puede hacerlo; todos los que no pueden efectuarla son, sin duda, los enemigos ajenos a Dios. Todas las religiones malvadas son incompatibles con Dios, y como son incompatibles con Dios, son Sus enemigos. Este único Dios verdadero ha hecho toda la obra, y domina todo el universo. Independientemente de que esté obrando en Israel o en China, de que sea el Espíritu o la carne quien lleva a cabo la obra, Dios mismo lo ha hecho todo, y nadie más puede hacerlo. Precisamente porque Él es el Dios de toda la humanidad, obra libremente, sin estar limitado por ninguna condición; esta es la mayor de todas las visiones. Como criatura de Dios, si deseas cumplir el deber de una de ellas y entender la voluntad de Dios, debes comprender Su obra, Su voluntad para las criaturas, Su plan de gestión, y todo el sentido de la obra que hace. ¡Los que no entienden esto no son aptos para ser criaturas de Dios! Como tal, si no entiendes de dónde viniste ni la historia de la humanidad y toda la obra hecha por Él y, además, tampoco entiendes cómo se ha desarrollado la humanidad hasta hoy ni quién la domina en su totalidad, eres incapaz de cumplir tu deber. Dios ha guiado a la humanidad hasta hoy, y desde que creó al hombre sobre la tierra nunca lo ha abandonado. El Espíritu Santo nunca deja de obrar, nunca ha dejado de guiar a la humanidad y nunca la ha abandonado. Pero esta no es consciente de que existe un Dios, y menos aún lo conoce; ¿hay algo más humillante para todas las criaturas de Dios? Él guía personalmente al hombre, pero este no entiende Su obra. Eres una criatura de Dios, pero no entiendes tu propia historia ni eres consciente de quien te ha guiado en tu viaje, ignoras la obra que Él ha hecho y, por tanto, no puedes conocerlo. Si no lo sabes ahora, nunca serás apto para dar testimonio de Él. Hoy, el Creador guía de nuevo, personalmente, a todas las personas y hace que todas las personas vean Su sabiduría, Su omnipotencia, Su salvación y lo maravilloso que es. Sin embargo, sigues sin ser consciente y sin entender; ¿no eres tú, pues, quien no recibirá la salvación? Los que pertenecen a Satanás no entienden las palabras de Dios, y los que pertenecen a Dios pueden oír Su voz. Todos los que son conscientes de las palabras que hablo y las entienden son los que se salvarán, y darán testimonio de Dios; todos aquellos que no entienden las palabras que hablo no pueden dar testimonio de Él, y son los que serán eliminados. Los que no entienden la voluntad de Dios ni son conscientes de Su obra son incapaces de adquirir el conocimiento de Él, y tales personas no darán testimonio de Él. Si deseas dar testimonio de Él, debes conocerlo, y ese conocimiento de Él se logra a través de Su obra. Resumiendo, si deseas conocer a Dios, debes conocer Su obra: esto es de la mayor importancia. Cuando las tres etapas de la obra lleguen a su fin, se formará un grupo de personas que dará testimonio de Dios, que lo conocerá. Todas estas personas conocerán a Dios y serán capaces de poner en práctica la verdad. Poseerán humanidad y sentido, y todas conocerán las tres etapas de la obra de salvación de Dios. Esta es la obra que se cumplirá al final, y estas personas son la cristalización de la obra de 6.000 años de gestión, y son el testimonio más poderoso de la derrota definitiva de Satanás. Los que pueden dar testimonio de Dios podrán recibir Su promesa y Su bendición, y será el grupo que permanezca al final, que posea la autoridad de Dios y dé testimonio de Él. Quizás todos vosotros podáis convertiros en miembros de este grupo, o quizás la mitad de vosotros, o quizás sólo unos pocos; depende de vuestra determinación y vuestra búsqueda.

Palabras diarias | La aparición de Dios ha traído una nueva época (Fragmento)

Palabras diarias | La aparición de Dios ha traído una nueva época (Fragmento)


El plan de gestión de seis mil años de Dios está llegando a su fin y la puerta del reino se ha abierto a todos aquellos que buscan la aparición de Dios. Queridos hermanos y hermanas, ¿qué estáis esperando? ¿Qué es lo que buscáis? ¿Estáis esperando la aparición de Dios? ¿Estáis buscando las huellas de Dios? ¡Cómo se anhela la aparición de Dios! ¡Y qué difícil es encontrar las huellas de Dios! En una época como esta, en un mundo como este, ¿qué debemos hacer para contemplar el día de la aparición de Dios? ¿Qué debemos hacer para seguir las huellas de Dios? A estas preguntas se enfrentan todos los que esperan la aparición de Dios. Vosotros las habéis considerado en más de una ocasión, pero ¿con qué resultado? ¿En dónde se aparece Dios? ¿Dónde están las huellas de Dios? ¿Habéis obtenido las respuestas? La respuesta de muchas personas sería esta: Dios se aparece entre los que lo siguen, y Sus huellas están entre nosotros; ¡así de sencillo! Cualquiera puede ofrecer una respuesta formulista, pero, ¿entendéis vosotros qué es la aparición de Dios, y cuáles son las huellas de Dios? La aparición de Dios se refiere a Su llegada personal a la tierra para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y con Su método inherente, Él desciende entre los hombres para llevar a cabo la obra de comenzar una época y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, un cuadro, un milagro o una gran visión y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que se puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de seguir un proceso o en aras de un trabajo a corto plazo; es, para ser más precisos, en aras de una etapa en la obra de Su plan de gestión. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre se conecta con Su plan de gestión. Esta aparición es completamente diferente a la aparición de la guía, dirección y esclarecimiento de Dios para el hombre. Cada vez que Él se revela, Él lleva a cabo una etapa de la gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra época. Para el hombre es inimaginable y él nunca la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva época y termina con la vieja época, y es una forma nueva y mejorada de obrar para la salvación de la humanidad; más aún, es una obra para llevar a la humanidad a una nueva época. Esta es la trascendencia de la aparición de Dios.

La Palabra de Dios Todopoderoso | Fragmento 9 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"




La Palabra de Dios Todopoderoso | Fragmento 9 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"


En cada era, Dios otorga algunas palabras al hombre cuando obra en el mundo, y le comunica algunas verdades. Estas le sirven de camino al que debe adherirse, por el que debe andar, la senda que le permite al hombre temer a Dios y apartarse del mal, el que las personas deberían poner en práctica y respetar en sus vidas y a lo largo de sus viajes vitales. Por estas razones Dios le concede estas palabras al hombre; y este debería respetarlas, porque vienen de Él y porque observarlas es recibir vida. Si alguien no las cumple, no las pone en práctica, y no las vive en su vida, no está practicando la verdad. Y si esto es así ni le teme a Dios, ni se aparta del mal, ni puede satisfacer a Dios. Si alguien no puede satisfacerle tampoco puede recibir la aprobación de Dios; este tipo de persona no tiene desenlace. Por tanto, ¿cómo establece Dios el final de una persona en el transcurso de Su obra? ¿Qué método utiliza Dios para establecer el final del hombre? Quizás no lo tengáis demasiado claro ahora, pero cuando os detalle el proceso quedará bastante claro. Esto se debe a que muchas personas ya lo han experimentado por sí mismas.

La palabra de Dios Todopoderoso | Qué punto de vista deberían tener los creyentes

¿Qué es lo que el hombre ha recibido desde que empezó a creer en Dios? ¿Qué has conocido acerca de Él? ¿Cuánto has cambiado debido a tu creencia en Él? Ahora, todos sabéis que la creencia del hombre en Dios no es sólo para la salvación del alma y el bienestar de la carne ni para enriquecer su vida a través del amor de Dios, y así sucesivamente. Hoy por hoy, si amas a Dios por el bienestar de la carne o el placer momentáneo, aunque al final tu amor por Él alcance su plenitud y no pidas nada, este amor que buscas sigue siendo impuro y no es agradable a Dios. Aquellos que usan su amor por Dios para enriquecer sus vidas apagadas y llenar un vacío en su corazón son los que buscan vivir en la comodidad, no quienes buscan sinceramente amar a Dios. Este tipo de amor va en contra de la voluntad de uno, persigue el placer emocional, y Dios no lo necesita. ¿Qué clase de amor es entonces el tuyo? ¿Para qué amas a Dios? ¿Cuánto amor verdadero sientes por Él ahora? El amor de la mayoría de vosotros es como el mencionado anteriormente. Esta clase de amor sólo puede mantener su situación actual; no puede alcanzar una constancia eterna, ni arraigarse en el hombre. Este tipo de amor es el de una flor que no lleva fruto después de florecer, y se seca. En otras palabras, después de que hayas amado a Dios una vez de esa forma y nadie te guíe en la senda que tienes por delante, caerás. Si sólo puedes amar a Dios en la época de amar a Dios y no haces cambios después en tu carácter de vida, entonces seguirás estando envuelto en la influencia de las tinieblas, incapaz de escapar y seguirás sin poder librarte de ser atado y engañado por Satanás. Ningún hombre así puede ser ganado plenamente por Dios; al final, su espíritu, alma y cuerpo seguirán perteneciendo a Satanás. Esto es incuestionable. Todos aquellos a los que Dios no puede ganar de un modo total volverán a su lugar original, esto es, de regreso a Satanás, y descenderán al lago que arde con fuego y azufre para aceptar el siguiente paso del castigo de Dios. Los ganados por Él son los que se rebelan contra Satanás y escapan de su campo de acción. Tales hombres serán contados oficialmente entre el pueblo del reino. Así es como llegan a ser las personas del reino. ¿Estás dispuesto a ser esta clase de persona? ¿Estás dispuesto a ser ganado por Dios? ¿Estás dispuesto a escapar del campo de acción de Satanás y volver a Dios? ¿Perteneces ahora a Satanás o formas parte del pueblo del reino? Tales cosas deberían estar todas claras y no requerir más explicación.

Vídeos de la Palabra de Dios | El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios (Fragmento 1)


Vídeos de la Palabra de Dios | El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios (Fragmento 1)

Así es la gestión de Dios: entregar a la humanidad a Satanás —una humanidad que no sabe qué es Dios, qué es el Creador, cómo adorar a Dios y por qué es necesario someterse a Él— y dar rienda suelta a la corrupción de Satanás. Paso a paso, Dios recupera entonces al hombre de las manos de Satanás, hasta que el hombre adora plenamente a Dios y rechaza a Satanás. Esta es la gestión de Dios. Todo esto suena a historia mítica y parece sorprendente. Las personas sienten que es como una historia mítica y eso se debe a que no tienen ni idea de cuánto le ha ocurrido al hombre a lo largo de los últimos miles de años, y, mucho menos, cuántas historias han acontecido a lo largo de este universo. Además, eso se debe a que no pueden apreciar el mundo más asombroso, que induce al miedo, que existe más allá del mundo material, pero que sus ojos mortales les impiden ver. Esto le parece incomprensible al hombre y se debe a que este no tiene un entendimiento de la importancia de la salvación de la humanidad por parte de Dios y de Su obra de gestión ni comprende cómo desea Él que sea la humanidad en última instancia. ¿Es una humanidad parecida a Adán y Eva, no corrompida por Satanás? ¡No! La gestión de Dios tiene la finalidad de ganar a un grupo de personas que adoren a Dios y se sometan a Él. Esta humanidad ha sido corrompida por Satanás, pero ya no lo ve como su padre; reconoce el feo rostro de Satanás y lo rechaza y viene delante de Dios para aceptar Su juicio y castigo. Sabe lo que es feo, y cómo contrasta con lo que es santo, y reconoce la grandeza de Dios y la maldad de Satanás. Una humanidad como esta ya no trabajará más para Satanás ni lo adorará, ni lo consagrará. Es porque se trata de un grupo de personas a las que Dios ha ganado de verdad. Esta es la importancia de la gestión de la humanidad por parte de Dios. Durante Su obra de gestión en este tiempo, la humanidad es el objeto de la corrupción de Satanás, y, a la vez, es el objeto de la salvación de Dios, así como el producto por el que luchan Dios y Satanás. Al mismo tiempo que lleva a cabo Su obra, Dios recupera gradualmente al hombre de las manos de Satanás y, por tanto, el ser humano se acerca cada vez más a Dios…

De ‘El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios’ en "La Palabra manifestada en carne"

“El amor de Dios se extiende como el agua de una fuente, y se te da a ti y a mí y a él y a todos los que verdaderamente buscan la verdad y esperan la aparición de Dios” Exacto de “La Palabra manifestada en carne”. Las declaraciones de Dios en los últimos días pueden hacer que disfrutas de una provisión sin fin de agua viva y encontrar el camino hacia la vida eterna. Que todos escuchemos las palabras que dice el Espíritu Santo a las iglesias y conozcamos la obra de Cristo en los últimos días y Sus declaraciones. Te invitamos a comunicarte y explorar con nosotros.


musica cristiana de adoracion y alabanza | La palabra de Dios es autoridad y juicio





musica cristiana de adoracion y alabanza | La palabra de Dios es autoridad y juicio


I
La mayoría de las personas piensan que
las palabras de Dios son sólo palabras y no hechos.
¡Están ciegas!
¿Acaso no saben que Dios es el mismo Dios fiel?
Sus palabras y hechos son simultáneos.
Esta es la verdad del mismo Dios fiel.
Cuando Dios creó todas las cosas,
cuando destruye el mundo,
cuando elige completar a los hijos primogénitos,
todo se realiza con una palabra de Su boca,
porque Su palabra es juicio y autoridad,
porque Su palabra es juicio y autoridad.

La palabra de Dios Todopoderoso | Fragmento 44 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II"




La palabra de Dios Todopoderoso dice:

En medio del sufrimiento extremo, Job se da cuenta realmente del cuidado de Dios por la humanidad

Después de las preguntas de Jehová Dios a Satanás, este estaba secretamente feliz. Sabía que tendría permiso una vez más para atacar al hombre perfecto a los ojos de Dios, y esto era una oportunidad rara para Satanás. Quería usarla para socavar por completo la convicción de Job, para hacerle perder la fe en Dios y que no le temiese más ni bendijese el nombre de Jehová. Esto le proporcionaría una oportunidad a Satanás: cualquiera que fuera el lugar o el momento, sería capaz de hacer de Job un juguete bajo su mando. Satanás escondía sus ardides malvados sin dejar huella, pero no podía mantener su naturaleza maligna bajo control. Esta verdad se entrevé en su respuesta a las palabras de Jehová Dios, tal como lo registran las escrituras: “Y Satanás respondió a Jehová, y dijo: Piel por piel, sí, el hombre dará todo lo que tiene a cambio de su vida. Pero estira Tu mano ahora y toca sus huesos y su carne y te maldecirá de frente” (Job 2:4-5).* Las personas no pudieron evitar adquirir un conocimiento y un sentido sustanciales de la malicia de Satanás a partir de este diálogo entre Dios y Satanás. Habiendo oído estas falacias de Satanás, todos aquellos que aman la verdad y detestan el mal aborrecerán indudablemente más su bajeza y su desfachatez, se sentirán horrorizados y asqueados por sus falacias y, al mismo tiempo, ofrecerán oraciones profundas y deseos sinceros por Job, pidiendo que este hombre de rectitud logre la perfección, deseando que este hombre que teme a Dios y se aparta del mal venza para siempre las tentaciones de Satanás, viva en la luz y en medio de la dirección y las bendiciones de Dios; desearán, asimismo, que los hechos justos de Job puedan impulsar y alentar a quienes buscan el camino de temer a Dios y apartarse del mal. Aunque el propósito malicioso de Satanás puede verse en su proclamación, Dios aprobó serenamente la “petición” de Satanás, pero también puso una condición: “Él está en tu mano, pero salva su vida” (Job 2:6).* Como esta vez Satanás había pedido extender su mano y lastimar la carne y los huesos de Job, Dios dijo: “pero salva su vida”. Estas palabras significan que Él entregó la carne de Job a Satanás, pero mantuvo su vida. Satanás no podía tomar la vida de Job, pero aparte de esto podía emplear cualquier medio o método contra él.

El aviso de Dios | Deberías preparar suficientes buenas obras para tu destino (Fragmento 3)




El aviso de Dios | Deberías preparar suficientes buenas obras para tu destino (Fragmento 3)


La palabra de Dios dice:

Mi misericordia es para los que me aman y se niegan a sí mismos. Y el castigo traído sobre los malvados es una prueba de Mi justo carácter y, más aún, testimonio de Mi ira. Cuando llegue el desastre, el hambre y la peste caerán sobre todos aquellos que se oponen a Mí y llorarán. Quienes hayan cometido toda clase de maldades pero que me hayan seguido durante muchos años no escaparán a la acusación; ellos también vivirán en un constante estado de pánico y miedo en medio de la catástrofe que apenas se ha visto a lo largo de las épocas. Y todos Mis seguidores que han sido leales a Mí y a ningún otro, se regocijarán y aplaudirán Mi grandeza. Ellos experimentarán una alegría inefable y vivirán en un júbilo que Yo nunca antes he otorgado a la humanidad. Porque Yo atesoro las buenas acciones de los hombres y aborrezco sus acciones malvadas. Desde que comencé a liderar a la humanidad, he estado esperando por un grupo de hombres que piense igual que Yo. Y nunca me he olvidado de los que no piensan igual; los he aborrecido en mi corazón, sólo a la espera de la oportunidad de ver Mi retribución administrada sobre esos malhechores y disfrutar de ello. ¡Mi día finalmente ha llegado y ya no necesito esperar!

Verdad del Evangelio | El Señor Jesús dijo que Él volverá, ¿y cuál será la forma de Su retorno?

La respuesta de la palabra de Dios:
Por miles de años, el hombre ha anhelado poder ver la llegada del Salvador. El hombre ha anhelado contemplar a Jesús el Salvador sobre una nube blanca cuando descienda en persona, en medio de aquellos que lo han añorado y extrañado durante miles de años. El hombre ha anhelado que el Salvador regrese y se reúna con el pueblo, esto es, que vuelva al pueblo del que ha estado separado durante miles de años. Y el hombre espera que Él lleve a cabo de nuevo la obra de redención que realizó entre los judíos, que sea compasivo y amoroso con los hombres, perdone sus pecados, cargue con ellos, e incluso con todas las transgresiones del hombre, y libere a este del pecado. Anhelan que Jesús el Salvador sea el mismo que antes, un Salvador que sea adorable, afable y venerable, que nunca esté airado con el hombre, ni le haga reproches. Este Salvador perdona y carga con todos los pecados del hombre, e incluso muere en la cruz una vez más por él. Desde que Jesús partió, los discípulos que lo siguieron, y todos los santos que fueron salvos gracias a Su nombre, lo han estado añorando desesperadamente y esperándolo. Todos aquellos que fueron salvos por la gracia de Jesucristo durante la Era de la Gracia han estado anhelando ese día gozoso durante los últimos días, cuando Jesús el Salvador llegue en una nube blanca y aparezca entre los hombres. Por supuesto, este también es el deseo colectivo de todos aquellos que aceptan el nombre de Jesús el Salvador hoy. En todo el universo, todos aquellos que saben de la salvación de Jesús el Salvador han anhelado desesperadamente la llegada repentina de Jesucristo, para cumplir las palabras de Jesús cuando estaba en la tierra: “Llegaré tal como partí”. El hombre cree que, después de la crucifixión y la resurrección, Jesús volvió al cielo sobre una nube blanca, y tomó Su lugar a la diestra del Altísimo. De forma parecida, el hombre concibe que Jesús descenderá, de nuevo sobre una nube blanca (esta nube hace referencia a la nube sobre la que Jesús cabalgó cuando volvió al cielo), en medio de aquellos que lo han anhelado desesperadamente durante miles de años, y que llevará la imagen y las vestiduras de los judíos. Después de aparecerse al hombre, le concederá comida, y hará que el agua de vida brote para él, y vivirá en medio de él, lleno de gracia y amor, vivo y real. Y así sucesivamente. Pero Jesús el Salvador no hizo esto; hizo lo contrario de lo que el hombre concibió. No llegó en medio de los que habían anhelado Su retorno, y no apareció a todos los hombres mientras cabalgaba sobre la nube blanca. Él ya ha llegado, pero el hombre no lo conoce, y sigue ignorando Su llegada. El hombre solamente está esperándolo sin propósito, sin saber que Él ya ha descendido sobre una nube blanca (la nube que es Su Espíritu, Sus palabras, todo Su carácter y todo lo que Él es), y está ahora entre un grupo de vencedores que formará durante los últimos días. El hombre no sabe esto: aunque el santo Salvador Jesús está lleno de afecto y amor hacia el hombre, ¿cómo podía obrar en “templos” habitados por la inmundicia y espíritus inmundos? Aunque el hombre ha estado esperando Su llegada, ¿cómo podía aparecerse a aquellos que comían la carne de los injustos, bebían la sangre de los injustos, vestían las ropas de los injustos, que creen en Él pero no lo conocen, y que constantemente lo chantajean? El hombre sólo sabe que Jesús el Salvador está lleno de amor y compasión, y es la ofrenda por el pecado llena de redención. Sin embargo, no tiene ni idea de que es Dios mismo, que está rebosando justicia, majestad, ira, y juicio, y posee autoridad y está lleno de dignidad. Así pues, aunque el hombre anhela con impaciencia y ansía el retorno del Redentor, e incluso el cielo se conmueve con las oraciones del hombre, Jesús el Salvador no se aparece a aquellos que creen en Él pero no lo conocen.

Evangelio diario | El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca” (Fragmento 2)




La palabra de Dios Todopoderoso dice:

“Jehová” es el nombre que adopté durante Mi obra en Israel y significa el Dios de los israelitas (el pueblo escogido de Dios) que puede tener compasión del hombre, maldecirlo y guiar su vida. Significa el Dios que posee gran poder y está lleno de sabiduría. “Jesús” es Emanuel y significa la ofrenda por el pecado que está llena de amor, de compasión y que redime al hombre. Él hizo la obra de la Era de la Gracia y representa la Era de la Gracia, y sólo puede representar una parte del plan de gestión. Es decir, sólo Jehová es el Dios del pueblo escogido de Israel, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios de Moisés y el Dios de todo el pueblo de Israel. Y así en la era presente, todos los israelitas excepto la tribu de Judá, adoran a Jehová. Le hacen sacrificios en el altar y le sirven usando las túnicas de los sacerdotes en el templo. Lo que esperan es la reaparición de Jehová. Sólo Jesús es el Redentor de la humanidad. Él es la ofrenda por el pecado que redimió a la humanidad del pecado. Es decir, el nombre de Jesús vino de la Era de la Gracia y existió debido a la obra de redención en la Era de la Gracia. El nombre de Jesús existió para permitir que las personas de la Era de la Gracia nacieran de nuevo y fueran salvas, y es un nombre particular para la redención de toda la humanidad. Y por tanto el nombre de Jesús representa la obra de la redención y denota la Era de la Gracia. El nombre de Jehová es un nombre particular para el pueblo de Israel que vivía bajo la ley. En cada era y etapa de la obra, Mi nombre no carece de fundamento, sino que tiene un significado representativo: cada nombre representa una era. “Jehová” representa la Era de la Ley y es el título honorífico para el Dios adorado por el pueblo de Israel. “Jesús” representa la Era de la Gracia y es el nombre del Dios de todos aquellos que fueron redimidos durante la Era de la Gracia. Si el hombre sigue anhelando la llegada de Jesús el Salvador durante los últimos días, y sigue esperando que llegue con la imagen que llevó en Judea, entonces todo el plan de gestión de seis mil años se detendría en la Era de la Redención y sería incapaz de progresar más lejos. Los últimos días, además, nunca llegarían y la era nunca acabaría. Esto se debe a que Jesús el Salvador es sólo para la redención y salvación de la humanidad. Yo adopté el nombre de Jesús por el bien de todos los pecadores en la Era de la Gracia y no es el nombre por el cual llevaré a su fin a toda la humanidad. Aunque Jehová, Jesús y el Mesías representan todos a Mi Espíritu, estos nombres sólo denotan las diferentes eras en Mi plan de gestión y no me representan en Mi totalidad. Los nombres por los cuales me llaman las personas en la tierra no pueden expresar todo Mi carácter y todo lo que Yo soy. Son simplemente nombres diferentes por los que soy llamado durante las diferentes eras. Así pues, cuando la era final —la era de los últimos días— llegue, Mi nombre cambiará de nuevo. No se me llamará Jehová o Jesús, mucho menos el Mesías, sino que seré llamado el potente Dios Todopoderoso mismo y bajo este nombre pondré fin a toda la era. Una vez se me conoció como Jehová. También se me llamó el Mesías, y las personas me llamaron una vez Jesús el Salvador porque me amaban y respetaban. Pero hoy no soy el Jehová o el Jesús que las personas conocieron en tiempos pasados; Yo soy el Dios que ha regresado en los últimos días, el que pondrá fin a la era. Soy el Dios mismo que surge de los confines de la tierra, repleto de todo Mi carácter y lleno de autoridad, honor y gloria. Las personas nunca se han relacionado conmigo, nunca me han conocido y siempre han sido ignorantes de Mi carácter. Desde la creación del mundo hasta hoy, ni una sola persona me ha visto. Este es el Dios que aparece al hombre durante los últimos días, pero que está oculto en medio de los hombres. Él mora entre los hombres, verdadero y real, como el sol ardiente y la llama de fuego, lleno de poder y rebosante de autoridad. No hay una sola persona o cosa que no será juzgada por Mis palabras y ni una sola persona o cosa que no será purificada por el fuego ardiente. Finalmente, todas las naciones serán bendecidas debido a Mis palabras y también serán hechas pedazos debido a ellas. De esta forma, todas las personas durante los últimos días verán que Yo soy el Salvador que ha regresado, que Yo soy el Dios Todopoderoso que conquista a toda la humanidad, y que una vez fui la ofrenda por el pecado para el hombre, pero en los últimos días también me convierto en las llamas del sol que queman todas las cosas, así como el Sol de justicia que revela todas las cosas. Tal es Mi obra de los últimos días. Tomé este nombre y soy poseedor de este carácter para que todas las personas puedan ver que Yo soy un Dios justo, Yo soy el sol abrasador y la llama de fuego. Es para que todos puedan adorarme, el único Dios verdadero, y para que puedan ver Mi verdadero rostro: no soy sólo el Dios de los israelitas ni soy sólo el Redentor, soy el Dios de todas las criaturas en todos los cielos, la tierra y los mares.



“El amor de Dios se extiende como el agua de una fuente, y se te da a ti y a mí y a él y a todos los que verdaderamente buscan la verdad y esperan la aparición de Dios” Exacto de “La Palabra manifestada en carne”. Las declaraciones de Dios en los últimos días pueden hacer que disfrutas de una provisión sin fin de agua viva y encontrar el camino hacia la vida eterna. Que todos escuchemos las palabras que dice el Espíritu Santo a las iglesias y conozcamos la obra de Cristo en los últimos días y Sus declaraciones. Te invitamos a comunicarte y explorar con nosotros a través de Messenger.


Música Cristiana de Adoración | La autoridad y el poder que demuestra Dios encarnado



Música Cristiana de AdoraciónLa autoridad y el poder que demuestra Dios encarnado
I Dios ha venido a la tierra para que Sus palabras se emitan desde la carne (no como en tiempos de Moisés, cuando Dios hablaba desde el cielo). Después Sus palabras se cumplirán en la Era del Reino Milenario, serán verdades que todos podrán ver y contemplar con sus propios ojos. Este es el gran sentido de la encarnación de Dios. Por la carne y las palabras se cumple la obra del Espíritu. Ésto significa “el Verbo se hace carne” y “aparece la Palabra en la carne”.