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Daniel en el foso de los leones - Conocer la autoridad de Dios

 

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Estudios bíblicosDaniel en el foso de los leones - Conocer la autoridad de Dios

La conspiración contra Daniel (Daniel 6:1-9)

PARECIO bien á Darío constituir sobre el reino ciento veinte gobernadores, que estuviesen en todo el reino. Y sobre ellos tres presidentes, de los cuales Daniel era el uno, á quienes estos gobernadores diesen cuenta, porque el rey no recibiese daño. Pero el mismo Daniel era superior á estos gobernadores y presidentes, porque había en él más abundancia de espíritu: y el rey pensaba de ponerlo sobre todo el reino. Entonces los presidentes y gobernadores buscaban ocasiones contra Daniel por parte del reino; mas no podían hallar alguna ocasión ó falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fué en él hallado. Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna, si no la hallamos contra él en la ley de su Dios.

Entonces estos gobernadores y presidentes se juntaron delante del rey, y le dijeron así: Rey Darío, para siempre vive: Todos los presidentes del reino, magistrados, gobernadores, grandes y capitanes, han acordado por consejo promulgar un real edicto, y confirmarlo, que cualquiera que demandare petición de cualquier dios ú hombre en el espacio de treinta días, sino de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el edicto, y firma la escritura, para que no se pueda mudar, conforme á la ley de Media y de Persia, la cual no se revoca. Firmó pues el rey Darío la escritura y el edicto.

Daniel en el foso de los leones (Daniel 6:10-23)

Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entróse en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalem, hincábase de rodillas tres veces al día, y oraba, y confesaba delante de su Dios, como lo solía hacer antes. Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron á Daniel orando y rogando delante de su Dios. Llegáronse luego, y hablaron delante del rey acerca del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que pidiere á cualquier dios ú hombre en el espacio de treinta días, excepto á ti, oh rey, fuese echado en el foso de los leones? Respondió el rey y dijo: Verdad es, conforme á la ley de Media y de Persia, la cual no se abroga. Entonces respondieron y dijeron delante del rey: Daniel que es de los hijos de la cautividad de los Judíos, no ha hecho cuenta de ti, oh rey, ni del edicto que confirmaste; antes tres veces al día hace su petición.

El rey entonces, oyendo el negocio, pesóle en gran manera, y sobre Daniel puso cuidado para librarlo; y hasta puestas del sol trabajó para librarle. Empero aquellos hombres se reunieron cerca del rey, y dijeron al rey: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia, que ningún decreto ú ordenanza que el rey confirmare pueda mudarse.

Entonces el rey mandó, y trajeron á Daniel, y echáronle en el foso de los leones. Y hablando el rey dijo á Daniel: El Dios tuyo, á quien tú continuamente sirves, él te libre. Y fué traída una piedra, y puesta sobre la puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo, y con el anillo de sus príncipes, porque el acuerdo acerca de Daniel no se mudase. Fuése luego el rey á su palacio, y acostóse ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se le fué el sueño.

El rey, por tanto, se levantó muy de mañana, y fué apriesa al foso de los leones: Y llegándose cerca del foso llamó á voces á Daniel con voz triste: y hablando el rey dijo á Daniel: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, á quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones? Entonces habló Daniel con el rey: oh rey, para siempre vive. El Dios mío envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen mal: porque delante de él se halló en mí justicia: y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho lo que no debiese. Entonces se alegró el rey en gran manera á causa de él, y mandó sacar á Daniel del foso: y fué Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque creyó en su Dios.

Recomendación: Enseñanzas bíblicas cristianas

Los grandes desastres han llegado, ¿te has arrepentido de verdad?

Hoy en día, los desastres son frecuentes en todo el mundo, y la única manera en que podemos ser protegidos por Dios en medio de ellos es arrepentirnos de verdad ante Él. Tal vez dirías: “He confesado mis pecados y me he arrepentido ante el Señor, y he aumentado la frecuencia de orar y participar en reuniones, hago más buena obra, y esto es el verdadero arrepentimiento, de esta manera puedo ser protegido por Él en el desastre”. Pero, ¿con tener estas buenas acciones podremos alcanzar el verdadero arrepentimiento? Dios dice: “[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo” (Levítico 11:45). Dios es santo y justo, y nos demanda que logremos la purificación de la naturaleza pecaminosa, que dejemos de pecar y de resistirnos a Él, que obedezcamos y amemos sinceramente a Él, y es obvio que sólo cumplir estas demandas es arrepentirse sinceramente. Mirando a nosotros mismos, aunque tenemos algunos cambios en nuestro comportamiento, es innegable que nuestra naturaleza pecaminosa no se ha resuelto, y aún vivimos en el ciclo de pecar durante el día y confesar por la noche sin ser capaces de poner las palabras del Señor en práctica, como hablar mentira, ser soberbios, envidiar y odiar a otros, e incluso quejarnos de Dios y juzgarlo por asuntos insatisfechos, así sucesivamente. ¡Esta testimonio cristiano  te dirá la respuesta!



Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Devocional: ¿Cómo reconocer la voz de Dios? Sus palabras pueden revelar el misterio de Su obra de gestión

Cuando el Señor Jesús apareció encarnado para llevar a cabo obra en la Era de la Gracia, reveló muchos misterios. Por ejemplo, el Señor Jesús dijo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21), estas palabras nos revelan el misterio del reino de los cielos. El Señor Jesús era Dios mismo, el Señor del reino de los cielos y sabía con certeza quiénes podrían entrar en Su reino. Entonces, son todas las palabras de Dios las que pueden desvelar el misterio de la obra de gestión de Dios, ésta es otra característica de la voz de Dios. Ahora que el Señor Jesús ha regresado hace tiempo, es Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, quien ha hecho la obra de juicio comenzando por la casa de Dios, ha expresado todas las verdades para la purificación y la salvación de la gente y ha revelado todos los misterios del plan de Dios para salvarla, esto cumple precisamente las profecías dichas por el Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13).

Dios Todopoderoso dice: “Todo Mi plan de gestión, el plan de gestión de seis mil años, consta de tres etapas o tres eras: la Era de la Ley del principio, la Era de la Gracia (que también es la Era de la Redención) y la Era del Reino de los últimos días. Mi obra en estas tres eras difiere en contenido según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa se ajusta a las necesidades del hombre o, para ser más preciso, se hace de acuerdo con los engaños que Satanás emplea en la guerra que libro contra él. El propósito de Mi obra consiste en derrotar a Satanás, hacer manifiesta Mi sabiduría y omnipotencia, exponer todos los engaños de Satanás y así salvar a toda la raza humana, que vive bajo su campo de acción. Consiste en mostrar Mi sabiduría y omnipotencia y dejar al descubierto la insoportable monstruosidad de Satanás. Incluso más que eso, consiste en permitir que los seres creados disciernan entre el bien y el mal, que sepan que Yo soy el Soberano de todas las cosas, que vean claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, un degenerado, el malvado, y que distingan, con absoluta certeza, la diferencia entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad, entre la santidad y la inmundicia, y entre lo magnánimo y lo innoble. Así, la humanidad ignorante podrá dar testimonio de Mí de que no soy Yo quien corrompe a los humanos y de que sólo Yo, el Creador, puedo salvar a la humanidad, puedo conceder al hombre cosas para su disfrute. Llegará a saber que Yo soy el Soberano de todas las cosas y que Satanás es simplemente uno de los seres que creé y que después se volvió en Mi contra. Mi plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas, y obro así con la intención de lograr el efecto de permitir que los seres creados sean Mi testimonio, que comprendan Mi voluntad y sepan que Yo soy la verdad”.

“Esta etapa de la obra esclarecerá para ti la ley de Jehová y la redención de Jesús, y es principalmente así para que puedas entender toda la obra del plan de gestión de Dios de seis mil años, apreciar todo el sentido y la esencia del mismo y entender el propósito de toda la obra realizada por Jesús y las palabras que Él habló, e incluso tu creencia ciega en la Biblia y tu adoración de esta. Todo esto te permitirá entender completamente. Llegarás a entender tanto la obra hecha por Jesús, como la obra de Dios hoy; entenderás y verás toda la verdad, la vida y el camino. […] Al final, esta etapa presente traerá la obra de Dios a un final completo, y proveerá su conclusión. Todos llegarán a entender y conocer el plan divino de gestión. Las nociones que el hombre tiene en su interior, sus propósitos, su entendimiento erróneo, sus nociones sobre la obra de Jehová y Jesús, sus opiniones sobre los gentiles y sus demás desviaciones y errores serán corregidos. Y el hombre entenderá todas las sendas correctas de la vida, toda la obra hecha por Dios y toda la verdad. Cuando eso ocurra, esta etapa de la obra llegará a su fin”.

De estas palabras, podemos ver que Dios Todopoderoso ha hecho públicos todos los misterios del plan de gestión de Dios de 6.000 años para salvar a la humanidad, y ha aclarado claramente el propósito y el efecto de las tres etapas de obra de Dios para salvar a la humanidad, lo cual es otra característica de conocer la voz de Dios. 

Para conocer más: Qué es un devocional

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

¿Sabes qué es hacer la voluntad del Padre?


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Reflexión cristiana: ¿Sabes qué es hacer la voluntad del Padre?


El Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

Las palabras del Señor nos dicen claramente que solo aquellos que hacen la voluntad de Dios pueden entrar al reino de los cielos. Entonces, ¿qué es hacer la voluntad de Dios? Podrías decir que mientras leamos la Biblia y oremos a menudo y hagamos muchas buenas obras, esto es hacer la voluntad del Padre? Sin embargo, el Señor Jesús dijo: “No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?». Y entonces les declararé: «Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad»” (Mateo 7:21-23). ¿Por qué dijo el Señor que los que oran y trabajan en Su nombre son malhechores? Esto nos recuerda a los fariseos, que eran muy eruditos de las Escrituras, recorrieron el mar y la tierra para predicar el Evangelio y tenían muchas buenas obras, pero hicieron todo esto no para amar y obedecer a Dios, sino para su propio estatus, para que la gente los adorara y admirara. Cuando vieron que muchos judíos habían seguido al Señor Jesús, con el fin de mantener su estatus y sustento, conspiraron con el gobierno romano para crucificar al Señor Jesús, y terminaron cometiendo un pecado atroz y siendo malditos por Dios. Ahora bien, miremos a nosotros mismos, a pesar de que sabemos leer la Biblia y orar y tenemos algunos buenos comportamientos en el exterior, ante desastres naturales y provocados por el hombre, pruebas y sufrimientos, enfermedades, todavía podemos quejarnos de Dios, e incluso negar y traicionar a Él y apartarnos de Él. Es evidente que nuestras buenas conductas superficiales no son para amar y satisfacer a Dios, sino para hacer tratos con Él y poder entrar en el reino de los cielos y recibir Sus recompensas. ¿Cómo se puede decir que seguimos la voluntad de Dios? Entonces, ¿qué es exactamente hacer la voluntad de Dios?

El Señor Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37-38).

Dios dice: “En mitad del juicio, el castigo y las pruebas de Dios, aquellos que verdaderamente acatan Su voluntad son capaces de alabar a Dios desde lo más profundo de sus corazones, de obedecerlo por completo y abandonarse a sí mismos, y aman de ese modo a Dios con un corazón sincero, íntegro y puro; así es una persona perfecta, y es precisamente la obra que Dios se propone hacer y la obra que logrará”.

A partir de las palabras de Dios, entendemos que hacer la voluntad del Padre se refiere a tener verdadera obediencia y amor a Dios, es decir, no importa el entorno al que nos enfrentemos o el tipo de dolor que suframos, aunque estemos débiles en el corazón, no nos quejamos de Dios, ni damos la espalda a Él, sino que podemos buscar la voluntad de Dios, obedecer Sus demandas y practicar la verdad para satisfacer a Él, esto es hacer la voluntad del Padre.

Para conocer más: Cuál es la voluntad de Dios

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com .

¿Realmente sabe usted qué es la sincera fe en Dios?

¿Leer la Biblia y hacer oraciones todos los días e ir la iglesia todos los domingos significa creer verdaderamente en Dios? ¿Qué es exactamente la verdadera fe en Dios? Siga leyendo para conocer la respuesta…


La Palabra de Dios Todopoderoso dice: “Aunque muchas personas creen en Dios, pocas entienden qué significa la fe en Él, y qué deben hacer para conformarse a Su voluntad. Esto se debe a que, aunque están familiarizadas con la palabra ‘Dios’ y expresiones como ‘la obra de Dios’, no le conocen, y menos aún Su obra. No es de extrañar, por tanto, que todos los que no conocen a Dios estén confusos en su creencia. No se toman en serio la creencia en Él, y esto se debe totalmente a que creer en Dios es demasiado desconocido, demasiado extraño para ellos. De esta forma, no están a la altura de las exigencias de Dios. Es decir, si las personas no conocen a Dios ni Su obra, no son aptas para que Él las use, y menos aún pueden satisfacer Su voluntad. ‘La creencia en Dios’ significa creer que hay un Dios; este es el concepto más simple respecto a creer en Él. Aún más, creer que hay un Dios no es lo mismo que creer verdaderamente en Él; más bien es una especie de fe simple con fuertes matices religiosos. La fe verdadera en Dios significa lo siguiente: en base a la creencia de que Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas, uno experimenta Sus palabras y Su obra, purga el propio carácter corrupto, satisface la voluntad de Dios, y llega a conocerlo. Sólo un paso de esta clase puede llamarse ‘fe en Dios’. Sin embargo, las personas consideran a menudo que la creencia en Dios es un asunto simple y frívolo. Las personas que creen en Dios de esta manera han perdido el significado de creer en Él y, aunque pueden seguir creyendo hasta el final, jamás obtendrán Su aprobación, porque marchan por la senda equivocada”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

De las palabras de Dios, podemos ver que sinceramente creer en Dios consiste en creer que Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas, centrarse en experimentar de cerca Sus palabras y obra, buscar Su voluntad, comprender Sus demandas a partir de ellas y ser capaz de ponerlas en práctica para lograr la purificación del pecado, dejar de pecar y resistirse a Dios y convertirse en una persona que reverencia y obedece a Él y está conformado a Él. Por lo tanto, la verdadera creencia en Dios no es sólo admitir la existencia de Dios en nuestros corazones y mantener algunas reglas superficiales como pensamos.

Para conocer más: ¿Qué es la fe en Dios?

¿Cómo vivir una vida cristiana? ¡Las reuniones normales son indispensables!


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Devocional cristiano de hoy: ¿Cómo vivir una vida cristiana? ¡Las reuniones normales son indispensables!

Xiaogao

Hola hermanos y hermanas de Preguntas y Respuestas Espirituales:

Me canso mucho de trabajar durante el día y no duermo muy bien por la noche. Como resultado, no estoy dispuesta a llegar a tiempo a las reuniones. No me gusta ser restringida. Siento que si tengo necesidades espirituales, en tanto que busque a los hermanos y hermanas para conversar durante esos momentos, eso debe estar bien. Me pregunto cuál es la causa de este problema. ¿Cómo debo resolver esto?

An Jing

Hola Hermana An Jing:

Dijiste que no estás dispuesta a asistir a tiempo a las reuniones y que cuando sientes que tienes necesidades espirituales, ese es el único momento en el que buscarás activamente a los hermanos y hermanas para conversar. Podemos pensar así porque no entendemos lo que realmente es creer en Dios ni la importancia de las reuniones. Gracias al Señor. Hablaré un poco acerca de mi entendimiento sobre este aspecto. Espero que te sea útil.

Lo que significa creer verdaderamente en Dios

Todos sabemos que la razón por la cual Dios creó originalmente al hombre fue para que el hombre lo honrara y lo adorara en la tierra. El Señor Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento” (Mateo 22:37-38). Como creyentes en el Señor, todos debemos priorizar la fe, adorar a Dios y tener relaciones normales con Dios. Las reuniones, la oración, comunicar la verdad, cantar himnos y alabar a Dios son formas de establecer una relación normal con Dios. Como cristianos estas son las cosas que debemos hacer por lo menos. Las palabras de Dios dicen: “‘Creer en Dios’ significa creer que hay un Dios; este es el concepto más simple respecto a creer en Él. Aún más, creer que hay un Dios no es lo mismo que creer verdaderamente en Él; más bien es una especie de fe simple con fuertes matices religiosos. La fe verdadera en Dios significa lo siguiente: con base en la creencia de que Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas, uno experimenta Sus palabras y Su obra, purifica su carácter corrupto, satisface la voluntad de Dios y llega a conocerlo. Sólo un proceso de esta clase puede llamarse ‘fe en Dios’” (“Sólo el que experimenta la obra de Dios verdaderamente cree en Dios”). “Hay algunas personas cuya fe nunca ha sido reconocida en el corazón de Dios. En otras palabras, Él no las reconoce como seguidores suyos porque no elogia sus creencias. […] Consideran que creer en Dios es una especie de pasatiempo de aficionado y tratan a Dios como un mero sustento espiritual […] ¿Cómo ve Dios a estas personas? Las ve como incrédulas” (‘Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra’ en “La Palabra manifestada en carne”). De aquí podemos ver si nuestra fe en Dios consiste simplemente de un reconocimiento verbal y de creer dentro de nuestros corazones, pero no buscamos la verdad, no experimentamos ni practicamos las palabras de Dios, sino que consideramos la fe como un alimento espiritual o un pasatiempo, esto no es creer verdaderamente en Dios. Dios no alaba este tipo de fe. Los verdaderos creyentes en Dios deben presentarse ante Él frecuentemente, orar a Él a menudo, leer Sus palabras con frecuencia, asistir a las reuniones seguido y entender más de Su verdad. Al mismo tiempo, deben llevar las palabras de Dios a la vida real. Creen que lo que sucede todos los días está presidido y arreglado por Dios. Este es especialmente el caso cuando se encuentran con algo que no está de acuerdo con sus nociones y cuando revelan su propia corrupción y no la pueden dejar ir. Son capaces de venir ante Dios y de reflexionar sobre sí mismos de acuerdo con Sus palabras. Son capaces de buscar en el entorno arreglado por Dios las lecciones que deben aprender y las verdades a las que deben entrar y poner en práctica. Después realmente las ponen en práctica de acuerdo con las exigencias de Dios, se liberan del carácter satánico y corrupto, viven una humanidad normal y, al final, logran un verdadero entendimiento de Dios, la obediencia a Él y el amor por Él. Sólo esta forma de experimentar la obra y las palabras de Dios constituye creer verdaderamente en Dios. Sólo podemos obtener la aprobación de Dios si creemos en Él de esta manera. Si hacemos esto, al final, seremos trasladados al reino de Dios. Por el contrario, si nuestra fe no implica una relación normal con Dios, la participación regular en las reuniones, la oración, comunicar la verdad y poner en práctica las palabras de Dios; si sólo es una fe de tiempo libre, si creemos en Dios unos cuantos años pero nuestro carácter corrupto no ha cambiado en absoluto y si no tenemos un verdadero entendimiento de Dios, Dios no reconoce este tipo de fe. No hay diferencia entre esto y la fe de los incrédulos. Si nuestra fe es así, aunque creamos hasta el final, no podremos obtener la aprobación y la salvación de Dios.

La vida de la iglesia es esencial

Si no estamos dispuestos a asistir a tiempo a las reuniones, esto indica que no entendemos la importancia de la vida de la iglesia. De hecho, la vida de la iglesia es nuestra vida de comunicar la palabra de Dios y de entrar en la verdad y también es la vida de experimentar la obra del Espíritu Santo y de disfrutar del amor de Dios. Entender la verdad, entrar en ella y alcanzar la salvación de Dios son completamente un resultado que se logra por la obra del Espíritu Santo. Sólo por nuestras vidas en la iglesia, donde nos servimos y nos proveemos unos a otros, donde llevamos a cabo nuestros deberes y donde damos testimonio de Dios podremos obtener fácilmente la obra del Espíritu Santo y la perfección de Dios. En otras palabras, ganar la aprobación de Dios con respecto a nuestra fe y alcanzar Su salvación están inextricablemente ligadas a una vida de la iglesia normal. En la Biblia, dice: “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca” (Hebreos 10:25). El Señor Jesús dijo: “Además os digo, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20). De esto podemos ver, vivir una vida de la iglesia es una de las exigencias de Dios para nosotros como cristianos. Dado que nuestro calibre, por sí solo, es limitado y no tenemos el órgano para recibir la verdad, es muy difícil entender las verdades y los misterios dentro de las palabras de Dios. Aunque entendamos mucho del significado literal, entendemos muy poco de las intenciones de Dios y de las exigencias que Él tiene para el hombre. Pero si participamos constantemente en la vida de la iglesia, oramos junto con los hermanos y hermanas, leemos las palabras de Dios y comunicamos nuestro propio entendimiento, experiencia y aceptación de las palabras de Dios, seremos capaces de obtener el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo. Obtendremos aún más luz y recompensas, entenderemos con más claridad las intenciones y las exigencias de Dios y la senda de práctica será aún más clara. Este es especialmente el caso cuando no entendemos las palabras de Dios o nos encontramos con varias dificultades. Si cooperamos con los hermanos y hermanas para buscar a Dios, para orar a Él y para tener la obra del Espíritu Santo entre nosotros, seremos capaces de entender el significado esotérico de las palabras de Dios y todos nuestros problemas y dificultades se resolverán porque entendemos la verdad. Cuantos más problemas resolvamos en nuestra vida de la iglesia, más verdad entenderemos y obtendremos. De esta manera ya no estaremos molestos con los asuntos mundanos. Nuestras vidas serán cómodas y liberadoras. Después podremos abordar las situaciones que encontremos de acuerdo con las intenciones y las exigencias de Dios. Gradualmente las palabras de Dios se convertirán en los principios y la dirección con las que manejamos las situaciones. Bajo la guía del Espíritu Santo caminaremos en la senda de la salvación de Dios.

Si no participamos en la vida de la iglesia, si ocasionalmente oramos a Dios nosotros mismos y leemos Sus palabras, nuestra conquista de la obra del Espíritu Santo será muy limitada. Sin la obra del Espíritu Santo no podremos entender la verdad ni podremos entrar en su realidad. Cuando nos encontremos con dificultades o problemas, ya que no entendemos las intenciones de Dios, con frecuencia no sabremos qué hacer ni cómo poner la verdad en práctica. Si de vez en cuando confiamos en nuestras propias nociones e imaginaciones para hacer las cosas, haremos cosas que violan las intenciones de Dios y que incluso ofenden el carácter de Dios. Perderemos la presencia del Espíritu Santo, por no mencionar la salvación de Dios. Las palabras de Dios dicen: “Si tu vida espiritual es anormal, no puedes entender la obra actual de Dios y siempre sientes que es del todo incompatible con tus propias nociones y, aunque estás dispuesto a seguirlo, te falta el empuje interno. Así que, independientemente de lo que Dios esté haciendo en la actualidad, las personas deben cooperar. Si las personas no colaboran, el Espíritu Santo no puede realizar Su obra, y si las personas no tienen un corazón de cooperación, no pueden apenas ganar la obra del Espíritu Santo. […] Si las personas no colaboran con Dios ni buscan una entrada más profunda, Dios les quitará todas las cosas que una vez tuvieron. En su interior, las personas siempre tienen ansias de comodidad y preferirían disfrutar de lo que tienen a mano. Quieren conseguir las promesas de Dios sin pagar precio alguno. Estos son los pensamientos extravagantes que alberga la humanidad. Ganar la vida sin pagar un precio; pero ¿ha sido algo tan fácil alguna vez? Cuando alguien cree en Dios y busca entrar a la vida y un cambio en su carácter debe pagar un precio y alcanzar un estado en el que siempre siga a Dios sin importar lo que Él haga. Esto es algo que las personas deben hacer. Incluso si se sigue todo esto como una regla, uno debe atenerse a ello y, sin importar lo grandes que sean las pruebas, no se puede abandonar la relación normal con Dios. Se debe poder orar, mantener la vida de la iglesia y nunca dejar a los hermanos y hermanas. Cuando Dios te prueba, debes seguir buscando la verdad. Esto es el requisito mínimo para una vida espiritual” (‘Debes mantener tu lealtad a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”). De las palabras de Dios podemos ver que una vida espiritual normal es muy importante para nosotros. Orar, leer las palabras de Dios y asistir a las reuniones, todo es parte de una vida espiritual. Si somos incapaces de adherirnos a esto, no podremos alcanzar la obra del Espíritu Santo. Aunque nuestros corazones quieran seguir a Dios, no tendremos fe. Por lo tanto, independientemente de cuán ocupadas sean nuestras vidas laborales y cuán cansados estén nuestros cuerpos físicos, no debemos perder nuestra relación normal con Dios. Como mínimo debemos mantener una vida espiritual normal. Debemos vivir ante Dios, buscar la verdad y ponerla en práctica cuando nos encontremos con situaciones. Sólo si hacemos esto nuestra vida espiritual se volverá inflexible. Sólo entonces tendremos una senda que podremos tomar cuando nos encontremos con situaciones.

Además, ya que hemos sido corrompidos muy profundamente por Satanás, por dentro, estamos llenos del veneno de Satanás. Amamos la riqueza, la fama, el estatus y el placer carnal, etc. No nos gustan las cosas positivas. Si no intimamos frecuentemente con Dios, nos es muy fácil quedar atrapados en la red de Satanás, seguir las tendencias malvadas del mundo y llegar a ser desenfrenadamente descontrolados hasta el punto en que hagamos cosas que violan las intenciones de Dios y que hagamos que Él nos deteste. Las reuniones son nuestra oportunidad para intimar con Dios. Ellas cierran la distancia entre nosotros y Dios y nos permiten vivir frecuentemente ante Dios, aceptar Su examen y recibir Su cuidado y protección. Una vez que nuestra relación con Dios se haya normalizado, nuestros espíritus se volverán agudos y seremos capaces de distinguir los asuntos que Dios odia y los que a Él le agradan. Cuando nos encontremos con situaciones podremos estar del lado de Dios y no seguiremos nuestras preferencias carnales ni haremos algo que contradiga o resista a Dios. Como resultado de esto recibiremos aún más de las bendiciones de Dios. Por lo tanto, una vida de la iglesia es muy importante con respecto a si podemos obtener la aprobación y la salvación de Dios.

Viviendo ante Dios y recibiendo Su protección

El Señor Jesús dijo: “Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mateo 11:30). El Señor espera que podamos vivir cómoda y libremente. Él no nos quiere ver envueltos en el mundo secular y sufrir. Entonces, ¿por qué no estamos dispuestos a asistir a las reuniones porque nos sentimos demasiado cansados de trabajar? En realidad tales ideas provienen de Satanás. Contienen sus maquinaciones malvadas dentro de sí. Dios dice: “Lo que Dios quiere hacer en el hombre es exactamente lo que Satanás quiere destruir, y lo que Satanás quiere destruir se expresa a través del hombre, completamente al descubierto. […] También hay representaciones claras de la destrucción de Satanás en los seres humanos: se están volviendo cada vez más depravados y su condición está cayendo cada vez más bajo. Una vez que su situación se agrava lo suficiente, son propensos a ser capturados por Satanás” (‘Capítulo 15’ de Interpretaciones de los misterios de las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”). Satanás es el enemigo de Dios. Se opone a Él en todos los aspectos y con frecuencia se enfoca en nuestros puntos débiles y los ataca. Hace que nos quedemos absortos en la carne y atrapados en nuestros enredos carnales. Perturba nuestra relación normal con Dios y nos hace distanciarnos de Él, traicionarlo y, al final, su objetivo es tragarnos completos. Si siempre cedemos a nosotros mismos y satisfacemos nuestros deseos carnales, nos alejaremos cada vez más de Dios. En ese momento la conspiración de Satanás habrá prevalecido. Por lo tanto, cuando nuestra fe sea débil y nuestro estado sea anormal, debemos presentarnos más ante Dios, orar más a Él y confiar en Él. No debemos dejar la vida de la iglesia. Al mismo tiempo, debemos poner nuestra determinación ante Dios para satisfacerlo. Cuando cooperamos con Dios de esta manera, las maquinaciones de Satanás no tendrán ningún efecto sobre nosotros y él huirá en pánico. Una vez que nuestra relación con Dios sea normal, no sentiremos que asistir a las reuniones sea restrictivo. Por el contrario, sentiremos que asistir a las reuniones es una manera de que intimemos con Dios y disfrutemos de Su amor.

¡Gracias a Dios por Su guía! Hermana An Jing, aquí es donde terminaremos nuestra enseñanza hoy. Espero que el entendimiento que se compartió hoy te sea de beneficio. Si tienes alguna pregunta, vamos a analizarla juntos.

Preguntas y respuestas espirituales

Recomendación: Qué es un devocional

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

La aparición del raro fenómeno astronómico indica la pronta llegada de la catástrofe, ¿cómo obtener el


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Señales en el cielo: La aparición del raro fenómeno astronómico indica la pronta llegada de la catástrofe, ¿cómo obtener el?

“Y aun sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en esos días. Y haré prodigios en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y terrible” (Joel 2:29-31 ).

La superluna de sangre del 26 de mayo acaba de aparecer, y según la noticia, el 10 de junio de 2021 se producirá un eclipse solar anular. Muchos intérpretes de la Biblia creen que estos fenómenos astronómicos son el cumplimiento de las profecías del regreso del Señor, lo que indica que se acerca el gran y terrible día de Jehová, es decir, ¡se acerca la catástrofe de los últimos días! Al observar el estado actual del mundo, constantemente ocurren desastres. Últimamente, India es golpeada por un huracán; México enfrenta una sequía y una hambruna; un segundo volcán entró en erupción en RDC, causando que 400.000 personas abandonaran su tierra, etc. No sabemos qué desastre sucederá en el futuro. Entonces, ¿qué debemos hacer para poder ser protegidos por Dios? ¡Sí, apresurarnos para encontrarnos con el Señor! Porque cuando el Señor regrese en los últimos días, expresará la verdad y realizará una nueva obra para purificarnos de la corrupción, haciéndonos sobrevivir al desastre y ser dignos para entrar en Su reino.

Vídeo recomendado:


Los desastres son más y más graves, las Señales del fin del mundo han aparecido. Cada vez más creyentes en el Señor han comenzado a intuir que se acerca el día de la venida del Señor y que el reino de Dios está a punto de llegar. El Señor Jesús dijo en una ocasión: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Esto es lo que el Señor nos pide a cada uno de nosotros. Solo si nos arrepentimos de verdad seremos protegidos por Dios y llevados al reino celestial antes de la gran tribulación. Entonces, ¿qué es el verdadero arrepentimiento y cómo podemos alcanzarlo? Puede hacer clic en los siguientes medios de contacto para discutir en línea y contactarnos.

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El día del Señor ha llegado hace mucho tiempo, ¿por qué no lo has acogido?

El nuevo conflicto que sucede entre Israel y Gaza; los disturbios que ocurren en Colombia; y la frecuente ocurrencia de inundación, incendio y terremoto, etc, son señales del cumplimiento de las profecías del regreso del Señor. Ahora mucha gente se da cuenta de que el Señor ha vuelto, pero, ¿por qué aún no lo hemos visto descender sobre nubes? La razón principal es que el Señor ha vuelto de otra manera -encarnándose en el Hijo del hombre-.

El Señor Jesús dijo: “Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44). “Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación” (Lucas 17:24-25). El Hijo del hombre se refiere a Aquel que nace de un ser humano y tiene humanidad normal, al igual que el Señor Jesús, quien era el Hijo del hombre, porque era la encarnación del Espíritu de Dios, es decir que Dios se convirtió en un hombre normal y viviendo entre la gente. Si es el espíritu como Jehová Dios, no se puede llamar el Hijo del hombre. Por consiguiente, las palabras “el Hijo del Hombre vendrá” y “así será el Hijo del Hombre en su día” profetizadas por el Señor indican que Él va a regresar de la forma de la encarnación en los últimos días. Además, el Señor Jesús dijo: “primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación”. Porque Dios encarnado es demasiado común, la gente lo tratará como una persona común, sólo siendo así, Él sufrirá mucho. Pero si el Señor se aparece al hombre por medio del espiritual, sea persona buena o mala, creyentes o incrédulos, incluso aquellos que se hayan resistido a Dios, no cabe duda de que todos ellos se postrarán ante Él, y ¿quién se atrevería a rechazarlo? ¿Cómo podría sufrir el rechazo Él? Esto muestra que el Señor va a aparecerse al hombre en la forma de la encarnación, esto tiene una base de Sus profecías.

Hasta aquí, tal vez te preguntes: “La forma mencionada anteriormente se conforma a las profecías bíblicas, pero ¿cómo se cumplirán las profecías del descenso del Señor sobre las nubes?”.

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El Salvador ha descendido. ¿Quiere saber el misterio de la segunda venida de Jesús? ¿Cómo debemos dar la bienvenida a Su regreso? ¿Quiere conocer más? Puede hacer clic en medios de contacto abajo para discutir y comunicarse con nosotros.

Los principios de orar para relacionarte con Dios


1. Orar para relacionarte con Dios se debe establecer sobre el fundamento de comer y beber las palabras de Dios; debes orar, buscar la verdad y relacionarte con Dios dentro de las palabras de Dios;

2. La oración se debe hacer para lograr un entendimiento de la verdad, para captar la voluntad de Dios y para obedecer a Dios, y no con el objetivo de participar en un ritual religioso para engañar a Dios;

3. La oración se hace para obtener la obra del Espíritu Santo y para establecer una relación normal con Dios, para obtener la guía del Espíritu Santo y para llegar a una relación auténtica con Dios;

4. Debes practicar y entrar en toda la iluminación, esclarecimiento y guía obtenidos del Espíritu Santo durante la oración y hacer tu máximo esfuerzo para aferrarte a eso; este es un principio importante de obedecer a Dios.

Palabras relevantes de Dios:

La oración no es un proceso de pasar por las formalidades o de seguir un procedimiento o de recitar las palabras de Dios, es decir, la oración no quiere decir repetir palabras como perico y copiarles a los demás. En la oración le debes dar tu corazón a Dios, compartiendo con Dios las palabras que están en tu corazón para que Dios te pueda tocar. Si las oraciones han de ser efectivas, entonces se deben basar en la lectura de las palabras de Dios. Sólo orando en medio de las palabras de Dios se podrá recibir más esclarecimiento e iluminación. Una oración verdadera se demuestra cuando se tiene un corazón que anhela las exigencias que Dios le hace y se está dispuesto a cumplir estas exigencias; se podrá odiar todo lo que Dios odia y sobre esta base se tendrá conocimiento, se conocerá y se tendrá claras las verdades que Dios explica. Tener la determinación, la fe, el conocimiento y un camino por el cual practicar después de orar, sólo esto es orar verdaderamente y sólo la oración como esta puede ser efectiva. Sin embargo, la oración se debe construir sobre el fundamento del disfrute de las palabras de Dios y teniendo comunión con Dios en Sus palabras, y el corazón puede buscar a Dios y estar en paz ante Dios. Esa oración ya ha alcanzado el punto de la comunión verdadera con Dios.

de ‘Acerca de la práctica de la oración’ en “La Palabra manifestada en carne”

Debes orar sobre el fundamento de las palabras actuales que Dios habló, entrar en las palabras de Dios, tener comunión con Dios y tomar tus resoluciones delante de Dios, estableciendo qué estándares deseas para buscar alcanzarlas.

[…]

¿Y cómo buscas que el Espíritu Santo te toque? Lo que es crucial es vivir en las palabras actuales de Dios y orar sobre el fundamento de las exigencias de Dios. Después de haber orado de esta manera, es seguro que el Espíritu Santo te tocará. Si no buscas basándote en el fundamento de las palabras actuales que Dios habla, entonces esto es infructuoso. Debes orar y decir: “¡Oh Dios! Estoy en Tu contra y te debo tanto; soy tan desobediente y nunca puedo satisfacerte. Oh Dios, quiero que me salves, quiero servirte hasta el final, quiero morir por Ti. Tú me juzgas y me castigas y no tengo quejas; estoy en Tu contra y merezco morir para que todas las personas puedan contemplar Tu justo carácter en mi muerte”. Cuando oras desde adentro de tu corazón de esta manera, Dios te va a escuchar y te va a guiar; si no oras sobre el fundamento de las palabras actuales del Espíritu Santo, entonces no hay posibilidad de que el Espíritu Santo te toque. Si oras de acuerdo a la voluntad de Dios, y de acuerdo a eso que Dios quiere hacer hoy, vas a decir: “¡Oh Dios! Quiero aceptar Tus comisiones y ser fiel a Tus comisiones y estoy dispuesto a consagrar toda mi vida a Tu gloria para que todo lo que haga pueda alcanzar los estándares del pueblo de Dios. Que Tú puedas tocar mi corazón. Anhelo que Tu Espíritu siempre me ilumine, que todo lo que haga traiga vergüenza sobre Satanás, para que al final Tú me ganes”. Si oras de esta manera, centrándote alrededor de la voluntad de Dios, entonces, de un modo inevitable, el Espíritu Santo obrará en ti. No importa cuántas sean las palabras de tus oraciones, lo que es clave es si comprendes la voluntad de Dios o no. Todos vosotros pudisteis haber tenido la siguiente experiencia: A veces, mientras oras en una reunión, la dinámica de la obra del Espíritu Santo alcanza su máximo, haciendo que la fuerza de todos se eleve. Algunas personas lloran amargamente y derraman lágrimas mientras oran, vencidas por el remordimiento ante Dios, y algunas personas muestran su resolución y hacen votos. Ese es el efecto que debe lograr la obra del Espíritu Santo. En la actualidad es crucial que todas las personas derramen por completo sus corazones en las palabras de Dios. No te enfoques en las palabras que se hablaron antes; si todavía te aferras a lo que antes fue, entonces el Espíritu Santo no va a obrar dentro de ti. ¿Ves qué importante es esto?

de ‘Conoce la nueva obra de Dios y sigue las pisadas de Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

La mayoría de las personas piensan que, para tener una vida espiritual normal, uno tiene que orar, cantar, comer y beber las palabras de Dios, o intentar descifrarlas. Independientemente de que haya algún resultado, o un verdadero entendimiento, estas personas sólo se centran en pasar por los movimientos del exterior y no se enfocan en el resultado: son personas que viven dentro de los rituales de la religión, que no viven en el seno de la iglesia y, menos aún, son personas del reino. […]

Una vida espiritual normal es vivir una vida ante Dios. Cuando uno ora, puede acallar su corazón ante Él y, a través de la oración, puede buscar el esclarecimiento del Espíritu Santo, entender las palabras de Dios, y entender la voluntad de Dios. […] No tiene el propósito de pronunciar algunas palabras bonitas ni de gritar ante Dios para expresar la deuda propia, sino más bien de practicar mediante el ejercicio del espíritu propio, acallar el corazón ante Dios, practicar la búsqueda de dirección en todas las cosas, hacer del corazón propio un corazón que sea atraído hacia la nueva luz cada día; a no ser pasivo ni perezoso, y entrar a la senda correcta de practicar las palabras de Dios. En la actualidad, la mayoría de las personas están centradas en el método, y no intentan perseguir la verdad para alcanzar el progreso en la vida; aquí es donde se desvían las personas.

de ‘Respecto a una vida espiritual normal’ en “La Palabra manifestada en carne”

La oración es una de las formas en las que el hombre coopera con Dios, es un modo por medio del cual el hombre invoca a Dios y es el proceso por medio del cual el Espíritu de Dios toca al hombre. Se puede decir que los que están sin oración son muertos que no tienen espíritu, lo que prueba que les hacen falta las facultades para que Dios los toque. Sin la oración, no pueden alcanzar una vida espiritual normal, mucho menos pueden seguir la obra del Espíritu Santo; sin la oración, rompen su relación con Dios y no pueden recibir la aprobación de Dios. Siendo que eres alguien que cree en Dios, entre más ores, más te toca Dios. Esas personas tienen una mayor determinación y pueden recibir más la iluminación más reciente de Dios; como resultado, el Espíritu Santo puede perfeccionar sólo a personas como estas tan pronto como sea posible.

de ‘Acerca de la práctica de la oración’ en “La Palabra manifestada en carne”

Cuanto más vivas una vida espiritual, más ocupado estará tu corazón por las palabras de Dios, siempre preocupado por estos asuntos y siempre llevando esta carga. Después de esto, puedes revelar tu verdad más interna a Dios a través de tu vida espiritual, decirle lo que quieres hacer, lo que has estado pensando, tu entendimiento de la palabra de Dios y tu propia forma de verla. ¡No escondas nada; ni siquiera un poco! Practica el comunicarle las palabras de tu corazón a Dios, decirle la verdad, y no dudar en expresar lo que hay en tu corazón. Cuanto más hagas esto, más sentirás el encanto de Dios, y tu corazón se verá cada vez más atraído hacia Dios. Cuando esto acontezca, sentirás que Dios es más querido para ti que cualquier otra persona. Pase lo que pase, nunca te apartarás de Su lado. Si practicas esta clase de devocional espiritual a diario y no lo sacas de tu mente, sino que lo tratas como tu llamamiento en la vida, la palabra de Dios ocupará tu corazón. Esto es lo que significa ser tocado por el Espíritu Santo. Será como si Dios hubiera poseído siempre tu corazón, como si siempre hubiera habido amor en tu corazón. Nadie puede quitarte esto. Cuando esto ocurra, Dios vivirá realmente en ti, y tendrá un lugar en tu corazón.

de ‘Una vida espiritual normal guía a las personas al camino correcto’ en “La Palabra manifestada en carne”

Clave en la creencia en Dios es ser capaz de poner en práctica la verdad, preocuparse por la voluntad de Dios, conocer la obra de Dios en el hombre cuando Él venga en la carne y los principios por los que Él habla; no sigas a las masas, y debes tener principios en cuanto a en qué debes entrar, y debes apegarte a ellos. Manteniéndote firme a esas cosas dentro de ti esclarecido por Dios, será de ayuda para ti. Si no lo haces, hoy vas a desviarte hacia un camino, mañana te desviarás hacia otro, y nunca obtendrás nada verdadero. Ser así no beneficiará tu propia vida.

de ‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

El Espíritu de Dios obra en las personas para aportarles esclarecimiento e iluminación, y para que ellas cooperen con Él y practiquen. […] Todos vosotros deberíais ver claramente, en la obra de Dios, que Sus pruebas de la confianza y del amor de las personas exigen que estas oren más a Dios, y que saboreen Sus palabras ante Él con mayor frecuencia. Si Dios te esclarece y hace que entiendas Su voluntad, pero no la pones en absoluto en práctica, no ganarás nada.

de ‘Debes mantener tu lealtad a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

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Se acercan los días de Noé, ¿cómo debemos buscar la aparición de Dios?


Hoy en día, la moralidad humana se vuelve cada vez más depravada y decadente. La adicción a drogas, la inmundicia, la homosexualidad, la violencia y el engaño, etc., se han convertido en algo muy común. Al igual que las personas de la era de Noé, quienes vivían en el pecado, odiaban la verdad y amaban la injusticia. ¿Qué indican estos fenómenos? Esto nos recuerda las profecías dichas por el Señor Jesús: “Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. […] Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado” (Lucas 17: 26-30). De estas profecías, se puede ver que cuando las personas de los últimos días sean iguales de corruptas y malvadas como las de la era de Noé, será el momento en que vuelva el Señor. Entonces ¿de qué manera se aparecerá el Señor? ¿Qué debemos hacer para recibir a Él? Lea el siguiente artículo para encontrar maneras de recibir al Señor.

Han surgido los días de Noé: ¿Qué presagia esto?

Cuando hablamos de la humanidad en los tiempos de Noé, todo el mundo sabe que asesinar e incendiar, robar y actuar con promiscuidad, formaba parte del día a día para la gente de esa época. Rechazaron a Dios y no seguían Sus palabras, y al final Dios los destruyó con un gran diluvio. Entonces nos fijamos en la gente del mundo actual: veneran el mal, y uno ve lugares como bares de karaoke, salones de masaje, tabernas y discotecas en las calles y callejuelas de todas las ciudades. La gente come, bebe y se divierte, abandonada a los placeres de la carne; la mayoría compite entre sí por la fama, la ganancia y el estatus, pelean entre ellos, conspiran contra los demás y se engañan mutuamente, sin hacer una excepción con los amigos y parientes. Están todos hartos de la verdad, están enamorados de la injusticia y viven en el pecado; nadie toma la iniciativa de buscar la verdad o de buscar el verdadero camino, e incluso niegan y se oponen abiertamente a Dios. Toda la humanidad vive bajo el dominio de Satanás, e incluso aquellos que creen en el Señor se degradan a sí mismos para seguir las tendencias mundanas. Codician los placeres pecaminosos, viven siempre en un ciclo de pecado y confesión, y no ponen en práctica las enseñanzas del Señor, aunque las conocen bien. Tales escenas traen inevitablemente a la memoria la profecía que hizo el Señor Jesús hace dos mil años: “Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. […] Lo mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado” (Lucas 17:26-30). En esta profecía vemos que cuando el pueblo de los últimos días se corrompa y se vuelva tan malvado como el pueblo de los tiempos de Noé, el Señor regresará. ¿Pero de qué manera aparecerá el Señor? ¿Y cómo debemos recibirlo?

¿Cómo vendrá el Señor en los últimos días?

Mucha gente habla de este versículo de la Biblia: “Y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria” (Mateo 24:30). Creen que cuando el Señor regrese, vendrá abiertamente sobre una nube, y que nos elevará directamente al reino de los cielos y todos lo verán, por lo que esperan pasivamente que el Señor venga en una nube. La verdad es, sin embargo, que hemos ignorado las profecías bíblicas que declaran que hay otro camino por el cual regresará el Señor, como “He aquí, vengo como ladrón” (Apocalipsis 16:15), “Por tanto, si no velas, vendré como ladrón […]” (Apocalipsis 3:3), “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20), “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27), y “Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44). Estas profecías mencionan el regreso del Señor “como ladrón”, y que Él estará “estoy a la puerta y llamo”. Esto prueba que el Señor vendrá en silencio y en secreto, y que esto ocurrirá sin el conocimiento de nadie. Estos versos también mencionan “venida del Hijo del Hombre” y “vendrá el Hijo del Hombre”, y cualquier referencia al "Hijo del hombre" significa Dios encarnado. Solo el que nace del hombre y posee una humanidad normal puede ser llamado "el Hijo del hombre"; si el Señor vino en la forma de Su cuerpo espiritual después de Su resurrección, entonces no se le podría llamar "el Hijo del hombre". Así que esto muestra que, en los últimos días, el Señor regresa en la carne para obrar en secreto entre los hombres.

En este punto, algunos pueden sentirse confundidos y pensar, "la Biblia profetiza que el Señor vendrá con las nubes y que todos los ojos lo verán, pero también que el Señor vendrá en la carne en secreto. ¿No es esto una contradicción?". De hecho, no existe contradicción en las palabras de Dios. La venida del Señor ocurre de dos maneras: una es que viene abiertamente con las nubes, la otra que viene en secreto como un ladrón. Todo lo que Dios profetizó se cumplirá y se llevará a cabo, pero Dios obra por etapas, y existe un plan para Su obra. Dios primero se encarna y viene en secreto a realizar Su obra para salvar al hombre, y luego aparece abiertamente ante todos, montado en una nube, para recompensar a los buenos y castigar a los malvados.

¿Qué obra viene a hacer el Señor en los últimos días?

¿Por qué Dios viene primero en secreto? Esto se refiere a la obra que Dios realiza cuando aparece en los últimos días. Leamos estos versículos de la Biblia: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios” (1 Pedro 4:17). “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:48). “Diciendo a gran voz: Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7). “Al vencedor le haré una columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí” (Apocalipsis 3:12). “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). Y las palabras de Dios dicen: “Aunque Jesús hizo mucha obra entre los hombres, sólo completó la redención de toda la humanidad y se convirtió en la ofrenda por el pecado del hombre; no lo libró de la totalidad de su carácter corrupto. Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió que Jesús se convirtiera en la ofrenda por el pecado y cargara con los pecados del hombre, sino también que Dios realizara una obra incluso mayor para librar completamente al hombre de su carácter satánicamente corrompido. Y, así, ahora que el hombre ha sido perdonado de sus pecados, Dios ha vuelto a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio. Esta obra ha llevado al hombre a una esfera más elevada” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”).

Encontramos en estas palabras que cuando el Señor regrese en los últimos días, expresará más verdades y realizará la obra de juicio. Él usará “la palabra que [Él] ha hablado” para juzgar y exponer nuestra corrupción, para que podamos reflexionar sobre nosotros mismos, lograr un verdadero arrepentimiento y cambio, siendo purificados finalmente por Dios y convirtiéndonos en los vencedores que son llevados a su reino. Esto se debe a que, aunque hemos sido redimidos por el Señor Jesús y nuestros pecados han sido perdonados, la raíz de nuestro pecado, es decir, nuestra naturaleza pecaminosa, permanece en lo profundo de nosotros y, controlados por ella, no podemos evitar pecar con frecuencia. Aquí van apenas un par de ejemplos: cuando otras personas hacen cosas que van en contra de nuestros intereses, puede que los odiemos o nos enfademos; normalmente decimos que seremos leales a Dios y le obedeceremos, pero cuando ocurre algo que no nos gusta, malinterpretamos y culpamos a Dios y, en casos graves, incluso lo abandonamos. Esto demuestra que no nos hemos librado de las cadenas y limitaciones del pecado, que seguimos viviendo en un estado de pecar y luego confesar, y que necesitamos a Dios encarnado para realizar la obra de juicio para purificar nuestra corrupción de una vez por todas. Cuando oímos la voz de Dios, nos elevamos ante Dios y experimentamos el juicio y el castigo de las palabras de Dios; cuando nuestras actitudes corruptas se purifican y podemos someternos a Dios, adorarlo y amarlo en cualquier circunstancia, entonces es cuando Dios nos hace vencedores. Estos son los 14.4000 vencedores que se profetizaron en el Apocalipsis, y cumple perfectamente el capítulo 14, versículo 4 de este: “Estos son los que no se han contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”. Si el Señor regresara primero en una nube con gran gloria, entonces todo el mundo se postraría para adorarlo. No sería posible entonces exponer la rebeldía y oposición a Dios dentro de la naturaleza del hombre, y sería infundado que Dios expresara verdades dirigidas a nuestras expresiones de corrupción para juzgarnos. Aunque Dios revelara nuestra esencia corrupta, no la aceptaríamos, y no podríamos ser purificados ni cambiados. Si ese fuera el caso, Dios sería incapaz de realizar Su obra de crear a los vencedores.

Además, en los últimos días, Dios también revelará cada tipo de persona, separará a cada uno según su especie, y recompensará a los buenos y castigará a los malvados. Si el Señor regresara en una nube con gran gloria, entonces todos lo verían y se postrarían para recibirlo y someterse a Él. Nadie, ya creyera en Dios o perteneciera a Satanás, amara la verdad o no, obedeciera a Dios o se opusiera a Él, podría ser expuesto por Dios. Entonces, la cosecha y el aventar, como se predice en la Biblia, y la obra de separar a cada uno según su especie, separar las ovejas de las cabras, el trigo de la cizaña, y todo lo demás, no podrían cumplirse. Aunque Dios sabe quién es bueno y quién es malo, si la gente no se revela, entonces no lo reconocerán, y mucho menos se convencerán de ello. Por lo tanto, está claro que Dios hace la obra de juicio en los últimos días para salvar al hombre de una vez por todas, para crear un grupo de vencedores, y para separar a cada uno según su especie. Para ello, primero debe hacerse carne y venir en secreto. Una vez se cree un grupo de vencedores, el período de la obra secreta de Dios llegará a su fin, y solo entonces Dios vendrá abiertamente con las nubes, se aparecerá a todas las naciones y pueblos para comenzar a recompensar a los buenos y castigar a los malvados. Todos aquellos que han aceptado la obra de juicio de Dios y han sido purificados serán finalmente conducidos al reino de Dios, mientras que aquellos que no han aceptado la obra de Dios encarnado, y que se oponen, calumnian y blasfeman contra Dios, se revelarán como los siervos malvados y la cizaña. Todas esas personas serán barridas por los desastres con mucho llanto y crujir de dientes. Solo entonces se cumplirá esta profecía del Apocalipsis: “He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él” (Apocalipsis 1:7).

¿Cómo debemos recibir la aparición y la obra del Señor?

Mientras Dios encarnado obra en secreto, ¿qué podemos hacer para poder recibir al Señor? En Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. En Mateo 25:6 dice: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’”. Podemos ver en estos versos que, en los últimos días, Dios usará sus palabras para llamar a nuestras puertas, y usará a la gente para gritar la noticia de que el novio ha regresado. Por lo tanto, cuando alguien nos predica el evangelio, debemos buscar con el corazón abierto y centrarnos en escuchar la voz de Dios. Mientras reconozcamos que es la voz de Dios, debemos apresurarnos a aceptar y someternos, y seguir el ritmo de la obra de Dios en los últimos días. Esto es lo que significa recibir el regreso del Señor.

En la actualidad, solo la Iglesia de Dios Todopoderoso da testimonio abiertamente de que el Señor ha venido en secreto en la carne y que es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras y realiza la obra de juicio comenzando por la casa de Dios, purificando y salvando a todos los que acuden ante Él. Dios Todopoderoso apareció y ha estado realizando Su obra durante casi 30 años, y ya ha creado un grupo de vencedores; la obra de juicio de Dios está ahora cercana a su final. Uno tras otro, ocurren desastres por todo el mundo; los días de Noé se acercan. Debemos ser las vírgenes prudentes y apresurarnos a investigar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, ya que al hacerlo tendremos la oportunidad de recibir al Señor y quedar atrapados antes de que lleguen los desastres. Si nos aferramos a la idea de que el Señor viene con las nubes y nos negamos a buscar e investigar la obra de Dios encarnado, entonces seremos abandonados y eliminados por el Señor, y seremos barridos por los desastres y castigados. Es como dice Dios Todopoderoso: “Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese será el momento del final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malos. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando sólo exista la expresión de la verdad” (‘En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra’ en “La Palabra manifestada en carne”).

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El valor inherente de la Biblia y cómo se aborda y utiliza la Biblia de una forma que se conforme a la voluntad de Dios


Versículos bíblicos como referencia:

“Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40).

Las palabras relevantes de Dios:

Hoy, estoy diseccionando la Biblia de esta forma y eso no significa que la aborrezca, o que niegue su valor como referencia. Te estoy explicando y aclarando el valor inherente y los orígenes de la Biblia para que no sigas atrapado en las tinieblas. Porque las personas tienen muchas opiniones sobre ella, y la mayoría de ellas son equivocadas; leer la Biblia de esta forma no sólo evita que obtengan lo que deberían, sino, más importante, obstaculiza la obra que pretendo hacer. Interfiere tremendamente con la obra del futuro, y sólo ofrece inconvenientes, no ventajas. Por tanto, lo que te estoy enseñando es simplemente la esencia y la historia interna de la Biblia. No te estoy pidiendo que no la leas o que vayas por ahí proclamando que está desprovista de valor, sino sólo que tengas el conocimiento y la opinión correctos de ella. ¡No seas demasiado parcial! Aunque la Biblia es un libro de historia escrito por los hombres, también documenta muchos de los principios por los cuales los antiguos santos y profetas servían a Dios, así como las experiencias de los apóstoles recientes en su servicio a Él, todo lo cual vieron y conocieron verdaderamente estas personas, y puede servir de referencia para las personas de esta era en su búsqueda del camino verdadero. Por tanto, al leer la Biblia, las personas también pueden obtener muchos caminos de vida que no pueden encontrarse en otros libros. Estos caminos son los caminos de vida de la obra del Espíritu Santo, experimentados por profetas y apóstoles en eras pasadas, y muchas de las palabras son valiosas y pueden proveer lo que las personas necesitan. Así pues, a todas las personas les gusta leer la Biblia. Como hay tanto oculto en ella, las opiniones de las personas sobre ella son diferentes de las que tienen sobre los escritos de grandes figuras espirituales. La Biblia es un registro y una recopilación de las experiencias y el conocimiento de personas que sirvieron a Jehová y a Jesús en la antigua era y en la nueva; así, las generaciones posteriores han sido capaces de obtener de ella mucho esclarecimiento, iluminación y sendas de práctica. La razón por la que la Biblia es más elevada que los escritos de cualquier gran figura espiritual es que sus escritos se basan en la Biblia, todas sus experiencias proceden de ella, y todos la explican. Así pues, aunque las personas puedan obtener provisión de los libros de cualquier gran figura espiritual, siguen adorando la Biblia, ¡porque parece muy elevada y profunda para ellos! Aunque la Biblia reúne algunos de los libros de las palabras de vida, como las epístolas de Pablo y de Pedro, y, aunque estos libros pueden proveer a las personas y ayudarles, los mismos siguen siendo obsoletos, siguen perteneciendo a la era antigua, y por muy buenos que sean, sólo son apropiados para un período, y no son eternos. Y es que la obra de Dios siempre está desarrollándose, y no puede simplemente detenerse en la época de Pablo y Pedro, o permanecer siempre en la Era de la Gracia en la que Jesús fue crucificado. Por tanto, estos libros sólo son apropiados para la Era de la Gracia, no para la Era del Reino de los últimos días. Sólo pueden proveer para los creyentes de la Era de la Gracia, no para los santos de la Era del Reino, y, por muy buenos que sean, siguen siendo obsoletos. Ocurre lo mismo con la obra de creación de Jehová o Su obra en Israel: por muy grande que fuera, llegaría a estar obsoleta, y llegaría el tiempo en el que esto pasaría. La obra de Dios también es igual: es grande, pero llegará un momento en el que termine; no siempre puede permanecer en medio de la obra de la creación ni entre la de la crucifixión. No importa cuán convincente fue la obra de la crucifixión ni lo efectiva que fue para derrotar a Satanás; la obra sigue siendo, después de todo, obra, y las eras siguen siendo, después de todo, eras. La obra no siempre puede permanecer sobre la misma base ni los tiempos pueden permanecer inmutables, porque existió la creación y también existirán los últimos días. ¡Es inevitable! Por consiguiente, las palabras de vida del Nuevo Testamento —las epístolas de los apóstoles y los Cuatro Evangelios— han pasado a ser hoy libros históricos, viejos almanaques, y ¿cómo podrían los viejos almanaques llevar a las personas a la nueva era? Independientemente de lo capaces que sean estos almanaques de proveer vida a las personas y de llevarlas a la cruz, ¿acaso no están obsoletos? ¿No están desprovistos de valor? Por tanto, digo que no deberías creer ciegamente en estos almanaques. Son demasiado antiguos, no pueden llevarte a la nueva obra y sólo pueden ser una carga para ti. No sólo no pueden llevarte a la nueva obra y a una nueva entrada, sino que te conducen a viejas iglesias religiosas; si así fuera, ¿no estarías retrocediendo en tu creencia en Dios?

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Esta ha formado parte de la historia humana durante varios milenios. La gente, además, le da la misma consideración que a Dios, hasta el punto de desplazarlo en los últimos días, para Su disgusto. Entonces, cuando la ocasión lo permitió, Dios se sintió obligado a aclarar la verdadera historia y los orígenes de la Biblia; de no haberlo hecho, la Biblia aún ocuparía el lugar de Dios en el corazón de la gente y esta emplearía las palabras de la Biblia para calibrar y condenar los actos de Dios. Al explicar la esencia, la estructura y los defectos de la Biblia, de ningún modo estaba negando Dios su existencia ni la estaba condenando; por el contrario, estaba aportando una descripción adecuada y oportuna que restablecía la imagen original de la Biblia, abordaba los malentendidos respecto a ella y le daba a la gente la perspectiva correcta de la Biblia para que dejara de idolatrarla y de estar perdida; es decir, para que, temerosa hasta de enfrentarse al trasfondo y los fallos reales de la Biblia, no confundiera más su fe ciega en ella con la fe y adoración hacia Dios. Una vez que la gente tiene una comprensión pura de la Biblia, puede dejarla de lado sin reparos y aceptar valientemente las nuevas palabras de Dios. Este es el objetivo de Dios en estos capítulos. La verdad que Dios quiere contar en ellos es que ninguna teoría ni realidad puede reemplazar Su obra y Sus palabras de hoy en día y que nada puede sustituirlo a Él. Si la gente no puede escapar de la trampa de la Biblia, nunca podrá presentarse ante Dios. Si desea presentarse ante Dios, primero debe purificar su corazón de cualquier cosa que pueda reemplazar a Dios; entonces lo satisfará.

Extracto de ‘Introducción’ de Las palabras de Cristo cuando Él entró en las iglesias en “La Palabra manifestada en carne”

Si deseas ver la obra de la Era de la Ley y cómo siguieron los israelitas el camino de Jehová, debes leer el Antiguo Testamento; si deseas entender la obra de la Era de la Gracia, debes leer el Nuevo Testamento. Sin embargo, ¿cómo ves la obra de los últimos días? Debes aceptar el liderazgo del Dios de hoy y entrar en la obra de hoy, porque esta es la nueva obra y nadie la ha registrado anteriormente en la Biblia. Hoy, Dios se ha hecho carne y ha seleccionado a otros escogidos en China. Él obra en estas personas, continúa Su obra en la tierra y continúa la obra de la Era de la Gracia. La obra de hoy es una senda por la que el hombre nunca ha caminado, y es un camino que nadie ha visto jamás. Es una obra que nunca se ha llevado a cabo antes; es la obra más reciente de Dios en la tierra. Así pues, la obra que nunca se ha realizado antes no es historia, porque el ahora es el ahora, y aún no se ha convertido en pasado. Las personas no saben que Dios ha llevado a cabo una obra mayor y más nueva en la tierra y fuera de Israel, que ya ha ido más allá del ámbito de Israel, así como de la predicción de los profetas; que es una obra nueva y maravillosa fuera de las profecías, y una obra más nueva más allá de Israel; una obra que las personas no pueden percibir ni imaginar. ¿Cómo podría contener la Biblia registros explícitos de tal obra? ¿Quién podría haber registrado cada fragmento de la obra de hoy, sin omisión y de antemano? ¿Quién podría haber registrado en aquel viejo libro enmohecido esta obra más poderosa y sabia que desafía las convenciones? La obra de hoy no es historia, y, por tanto, si deseas caminar por la nueva senda de hoy, debes apartarte de la Biblia, ir más allá de los libros de profecía o historia que están en ella. Solo entonces serás capaz de caminar por la nueva senda apropiadamente, y solo entonces serás capaz de entrar en el nuevo ámbito y en la nueva obra. Debes entender por qué hoy se te pide que no leas la Biblia, por qué hay otra obra independiente de ella, por qué Dios no busca una práctica más nueva y detallada en ella, y por qué hay, en su lugar, una obra más poderosa fuera de ella. Esto es todo lo que deberíais entender. Debes conocer la diferencia entre la obra antigua y la nueva, y, aunque no leas la Biblia, tienes que ser capaz de diseccionarla; si no, seguirás adorándola, y te será difícil entrar en la nueva obra y pasar por nuevos cambios. Ya que hay un camino más elevado, ¿por qué estudiar ese, que es más bajo y obsoleto? Ya que hay declaraciones más nuevas y una obra más nueva, ¿por qué vivir entre viejos registros históricos? Las nuevas declaraciones pueden proveer para ti, lo que demuestra que esta es la nueva obra; los viejos registros no pueden saciarte ni satisfacer tus necesidades actuales, y esto prueba que son historia, y no la obra de aquí y ahora. El camino más elevado es la obra más nueva, y con ella, por muy alto que fuera el camino del pasado, sigue siendo la historia de las reflexiones de las personas; independientemente de su valor como referencia, sigue siendo el camino antiguo. Aunque se registra en el “libro sagrado”, el camino antiguo es historia; aunque no hay constancia del mismo en el “libro sagrado”, el nuevo camino es del aquí y el ahora. Este camino puede salvarte y cambiarte, porque es la obra del Espíritu Santo.

Extracto de ‘Relativo a la Biblia (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.


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