La palabra de Dios Todopoderoso dice:
En medio del sufrimiento extremo, Job se da cuenta realmente del cuidado de Dios por la humanidad
Después de las preguntas de Jehová Dios a Satanás, este estaba secretamente feliz. Sabía que tendría permiso una vez más para atacar al hombre perfecto a los ojos de Dios, y esto era una oportunidad rara para Satanás. Quería usarla para socavar por completo la convicción de Job, para hacerle perder la fe en Dios y que no le temiese más ni bendijese el nombre de Jehová. Esto le proporcionaría una oportunidad a Satanás: cualquiera que fuera el lugar o el momento, sería capaz de hacer de Job un juguete bajo su mando. Satanás escondía sus ardides malvados sin dejar huella, pero no podía mantener su naturaleza maligna bajo control. Esta verdad se entrevé en su respuesta a las palabras de Jehová Dios, tal como lo registran las escrituras: “Y Satanás respondió a Jehová, y dijo: Piel por piel, sí, el hombre dará todo lo que tiene a cambio de su vida. Pero estira Tu mano ahora y toca sus huesos y su carne y te maldecirá de frente” (Job 2:4-5).* Las personas no pudieron evitar adquirir un conocimiento y un sentido sustanciales de la malicia de Satanás a partir de este diálogo entre Dios y Satanás. Habiendo oído estas falacias de Satanás, todos aquellos que aman la verdad y detestan el mal aborrecerán indudablemente más su bajeza y su desfachatez, se sentirán horrorizados y asqueados por sus falacias y, al mismo tiempo, ofrecerán oraciones profundas y deseos sinceros por Job, pidiendo que este hombre de rectitud logre la perfección, deseando que este hombre que teme a Dios y se aparta del mal venza para siempre las tentaciones de Satanás, viva en la luz y en medio de la dirección y las bendiciones de Dios; desearán, asimismo, que los hechos justos de Job puedan impulsar y alentar a quienes buscan el camino de temer a Dios y apartarse del mal. Aunque el propósito malicioso de Satanás puede verse en su proclamación, Dios aprobó serenamente la “petición” de Satanás, pero también puso una condición: “Él está en tu mano, pero salva su vida” (Job 2:6).* Como esta vez Satanás había pedido extender su mano y lastimar la carne y los huesos de Job, Dios dijo: “pero salva su vida”. Estas palabras significan que Él entregó la carne de Job a Satanás, pero mantuvo su vida. Satanás no podía tomar la vida de Job, pero aparte de esto podía emplear cualquier medio o método contra él.