Mostrando entradas con la etiqueta tribulación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tribulación. Mostrar todas las entradas

La palabra de Dios Todopoderoso | Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación



Dios Todopoderoso dice: " La obra realizada en el presente ha empujado hacia adelante la obra de la Era de la Gracia; esto es, la obra en todo el plan de gestión de seis mil años se ha movido hacia adelante. Aunque la Era de la Gracia ha terminado, la obra de Dios ha progresado más. ¿Por qué digo una y otra vez que esta etapa de la obra se construye sobre la Era de la Gracia y la Era de la Ley? Esto significa que la obra de hoy en día es una continuación de la obra realizada en la Era de la Gracia y ha sido una elevación de la obra realizada en la Era de la Ley. Las tres etapas están estrechamente interconectadas y cada una se vincula con la siguiente. ¿Por qué digo también que esta etapa de la obra se construye sobre la realizada por Jesús? Si esta etapa no se construyese sobre la obra realizada por Jesús, la crucifixión, la obra de redención realizada previamente, aún tendría que llevarse a cabo en ella. Esto no tendría sentido. Por tanto, no es que la obra haya terminado totalmente, sino que la era se ha movido hacia adelante y la obra se ha vuelto más elevada que antes. Podría decirse que esta etapa de la obra se edifica sobre el fundamento de la Era de la Ley y la roca de la obra de Jesús. La obra se edifica etapa a etapa, y esta etapa no es un nuevo comienzo. Sólo la combinación de las tres etapas de la obra puede considerarse el plan de gestión de seis mil años. Esta etapa se lleva a cabo sobre el fundamento de la obra de la Era de la Gracia. Si estas dos etapas de la obra no tienen relación, ¿por qué no hay crucifixión en esta etapa? ¿Por qué no cargo Yo con los pecados del hombre? Yo no vengo a través de la concepción por el Espíritu Santo ni seré crucificado para cargar con los pecados del hombre. Más bien, estoy aquí para castigar directamente al hombre. Si Mi castigo al hombre y Mi actual llegada, no por concepción del Espíritu Santo, no hubiesen ocurrido después de la crucifixión, entonces Yo no estaría calificado para castigar al hombre. Es precisamente porque Yo soy uno con Jesús, que vengo directamente a castigar y juzgar al hombre. La obra en esta etapa se construye totalmente sobre la obra de la etapa anterior. Esta es la razón por la que sólo esta obra puede traer al hombre a la salvación etapa por etapa. Jesús y Yo venimos del mismo Espíritu. Aunque nuestras carnes no tienen relación, nuestros Espíritus son uno; aunque lo que hacemos y la obra que llevamos no sean lo mismo, somos iguales en esencia; nuestras carnes adoptan distintas formas, y esto es debido al cambio en la era y la necesidad de nuestra obra; nuestros ministerios no son iguales, por lo que la obra que traemos y el carácter que revelamos al hombre también son diferentes. Esa es la razón por la que lo que el hombre ve y recibe hoy en día es diferente a lo del pasado; esto es así por el cambio en la era. Aunque el género y la forma de Sus carnes son diferentes, y aunque Ellos no nacieron de la misma familia, mucho menos en la misma época, Sus Espíritus son uno. Aunque Sus carnes no comparten la misma sangre ni una relación física de ninguna forma, esto no niega que Ellos sean las carnes encarnadas de Dios en dos períodos de tiempo diferentes. Es una verdad innegable que son las carnes encarnadas de Dios, aunque no compartan el mismo linaje o un lenguaje humano común (uno fue un varón que hablaba el lenguaje de los judíos y el otro es una mujer que sólo habla chino). Es por estas razones que Ellos realizan la obra que deben en diferentes países y en períodos de tiempo distintos también. A pesar del hecho de que son el mismo Espíritu y poseen la misma esencia, no hay ninguna similitud en absoluto entre los armazones externos de Sus carnes. Simplemente comparten la misma humanidad, pero la apariencia y el nacimiento de Sus carnes no son parecidos. Esto no ejerce ningún impacto en Sus respectivas obras o en el conocimiento que el hombre tiene de Ellos, porque, después de todo, son el mismo Espíritu y nadie puede separarlos. Aunque no tienen parentesco alguno, Sus seres por entero están dirigidos por Sus Espíritus, de forma que Ellos emprenden una obra diferente en distintos períodos de tiempo, con Sus carnes que no comparten un linaje. De manera similar, el Espíritu de Jehová no es el padre del Espíritu de Jesús, y el Espíritu de Jesús no es el hijo del Espíritu de Jehová: ambos son el único y mismo Espíritu, al igual que el Dios encarnado de hoy en día y Jesús. Aunque no tienen relación de sangre, son uno; esto se debe a que Sus Espíritus son uno. Él puede realizar la obra de compasión y misericordia, así como la de juicio justo y castigo del hombre y la de traer maldiciones sobre el hombre. Al final, Él puede realizar la obra de destruir el mundo y castigar a los malvados. ¿Acaso no hace todo esto Él mismo? ¿No es esto la omnipotencia de Dios? Él pudo establecer tanto las leyes para el hombre y promulgar mandamientos, y también pudo dirigir a los primeros israelitas a vivir sobre la tierra y guiarlos para edificar el templo y los altares, reinando sobre todos ellos. Debido a Su autoridad, Él vivió con ellos durante dos mil años sobre la tierra. Los israelitas no se atrevían a rebelarse; todos temían a Jehová y cumplían con los mandamientos. Toda esta obra se llevó a cabo gracias a Su autoridad y a Su omnipotencia. En la Era de la Gracia Jesús vino a redimir a toda la humanidad caída (no sólo a los israelitas). Él mostró compasión y misericordia al hombre. El Jesús que el hombre vio en la Era de la Gracia estaba lleno de misericordia y siempre era amoroso, porque Él había venido a liberar al hombre del pecado. Él podía perdonar al hombre sus pecados hasta que Su crucifixión liberó verdaderamente a la humanidad del pecado. Durante esa época, Dios se apareció al hombre en compasión y misericordia; es decir, Él se convirtió en una ofrenda por el pecado para el hombre y fue crucificado por los pecados del hombre de forma que él fuera perdonado para siempre. Él era misericordioso, compasivo, paciente y amoroso y todos los que seguían a Jesús en la Era de la Gracia también buscaban ser pacientes y amorosos en todas las cosas. Soportaban todo sufrimiento y nunca se defendían aunque les apalearan, maldijeran o apedrearan. Pero las cosas no son así en esta etapa final, del mismo modo que la obra de Jesús y la de Jehová no eran iguales aunque Sus Espíritus fueran uno. La obra de Jehová no era llevar la era a su fin, sino dirigirla y dar entrada a la vida de la humanidad sobre la tierra. Sin embargo, la obra ahora es conquistar a esos hombres profundamente corruptos de las naciones gentiles y no sólo guiar a la familia de China, sino a todo el universo. Ves que actualmente esta obra se está llevando a cabo sólo en China, pero en realidad ya ha comenzado a extenderse por otras partes. ¿Por qué razón buscan una y otra vez el verdadero camino los extranjeros? Eso se debe a que el Espíritu ya ha empezado Su obra y las palabras se dirigen ahora a las personas de todo el universo. Esto es ya la mitad de la obra. El Espíritu de Dios ha realizado una obra muy grande desde que se creó el mundo; Él ha realizado una obra diferente a lo largo de las distintas eras y en naciones distintas. Las personas de cada era ven Su carácter diferente, que se revela de forma natural por medio de la obra diferente que Él realiza. Él es Dios, lleno de compasión y misericordia; Él es la ofrenda por el pecado para el hombre y su pastor, pero Él también es juicio, castigo, y maldición sobre el hombre. Él pudo guiar al hombre para que viviese sobre la tierra durante dos mil años y también pudo redimir a la humanidad corrupta del pecado. Y hoy en día, Él también es capaz de conquistar a la humanidad que no lo conoce y someterla bajo Su dominio, de forma que todos se sometan totalmente a Él. Al final, Él quemará todo lo impuro e injusto del hombre en todo el universo, para mostrarle que Él no es sólo un Dios de compasión, misericordia, sabiduría, maravillas y santidad, sino que aún más, Él es un Dios que juzga al hombre. Para los malos entre la humanidad, Él es fuego, juicio y castigo; para aquellos que deben ser perfeccionados, Él es tribulación, refinamiento y prueba, así como consuelo, sustento, provisión de palabras, trato y poda. Y para los que son eliminados, Él es castigo, así como retribución. Dime, ¿no es Dios todopoderoso? Él puede realizar toda obra, no sólo la crucifixión como has imaginado. ¡Subestimas demasiado a Dios! ¿Crees que todo llegaría a su fin después de la redención de toda la humanidad a través de Su crucifixión? ¿Y que, después de esto, irías tras Él al cielo y comerías el fruto del árbol de la vida y beberías del río de la vida?… ¿Podría ser tan simple? Dime, ¿qué has conseguido? ¿Tienes la vida de Jesús? Fuiste realmente redimido por Él, pero la crucifixión fue la obra del propio Jesús. ¿Qué obligaciones has cumplido como hombre? Sólo tienes la piedad exterior pero no entiendes Su camino. ¿Es así como manifiestas a Jesús? Si no has recibido la vida de Dios o visto la totalidad de Su carácter justo, entonces no puedes pretender ser alguien que tiene vida y no eres digno de pasar por la puerta del reino de los cielos. "


Los recitados de La Iglesia de Dios Todopoderoso | La palabra de Dios Todopoderoso | Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación
Los recitados de La Iglesia de Dios Todopoderoso | La palabra de Dios Todopoderoso | Las dos encarnaciones completan el sentido de la encarnación

La voluntad de Dios | Sólo los perfeccionados pueden vivir una vida significativa




Dios Todopoderoso dice: "Si puedes escapar de estas influencias de la oscuridad y divorciarte de esas cosas impuras, si te vuelves santo, esto quiere decir que tú posees la verdad. No es que tu naturaleza haya cambiado sino que sólo eres capaz de poner la verdad en práctica y eres capaz de abandonar la carne. Esto es lo que tienen esos quienes han sido limpiados. La meta principal de la obra de conquista es limpiar a la humanidad para que el hombre pueda poseer la verdad, ¡porque el hombre ahora posee muy poca verdad! Hacer la obra de conquista en esta gente es de profundo significado. Todos habéis caído bajo la influencia de las tinieblas y habéis sido dañados profundamente. La meta de esta obra, entonces, es capacitaros para conocer la naturaleza humana y, por lo tanto, vivir la verdad. Ser perfeccionados es algo que todos los seres creados deberían aceptar. Si la obra de esta etapa implica sólo perfeccionar a la gente, entonces esto podría ser hecho en Inglaterra o América o Israel; esto podría ser hecho en la gente de cualquier nación. Pero la obra de conquista es selectiva. El primer paso de la obra de conquista es a corto plazo; además, será usada para humillar a Satanás y conquistar todo el universo. Esta es la obra preliminar de conquista. Alguien puede decir que cualquier criatura quien cree en Dios puede ser perfeccionada porque ser perfeccionado es algo que alguien puede lograr sólo después de un cambio a largo plazo. Pero ser conquistado es diferente. El espécimen a ser conquistado debe ser el que se quede más rezagado, el que viva en las tinieblas más profundas, también el más envilecido, el menos dispuesto a aceptar a Dios y el más desobediente a Dios. Esta es la clase de persona que puede dar testimonio de que fue conquistada. La meta principal de la obra de conquista es derrotar a Satanás. La meta principal de perfeccionar a la gente, por otro lado, es ganar a la gente. Es capacitar a la gente para que dé testimonio, después de haber sido conquistada, esta obra de conquista se ha puesto aquí, en gente como vosotros. El objetivo es tener gente que de testimonio después de haber sido conquistada. Esta gente conquistada será usada para lograr la meta de humillar a Satanás. Así que, ¿cuál es el principal método de conquista? El castigo, el juicio, echar maldiciones y revelarse, usando el carácter justo para conquistar a la gente para que sea completamente convencida, para que sus corazones y bocas se llenen de convicción debido al justo carácter de Dios. Usar la realidad de la palabra y usar la autoridad de la palabra para conquistar a la gente y convencerlas completamente, esto es lo que quiere decir ser conquistado. Esos quienes han sido perfeccionados no sólo son capaces de lograr la obediencia después de haber sido conquistados, sino que también son capaces de tener el conocimiento y cambiar su carácter. Conocen a Dios, experimentan el camino de amar a Dios y están llenos de la verdad. Ellos saben cómo experimentar la obra de Dios y son capaces de sufrir por Dios y tener sus propias voluntades. Los perfeccionados son esos quienes tienen un entendimiento efectivo de la verdad gracias a que han experimentado la verdad. Los conquistados son esos quienes conocen la verdad pero no han aceptado el significado real de la verdad. Después de haber sido conquistados, ellos obedecen, pero su obediencia es todo el resultado del juicio que recibieron. Ellos no tienen absolutamente ningún entendimiento del significado real de muchas verdades. Ellos reconocen la verdad verbalmente pero ellos no han entrado en la verdad; ellos comprenden la verdad, pero no han experimentado la verdad. La obra siendo hecha a esos que están siendo perfeccionados incluye castigos y juicios, junto con la provisión de la vida. Una persona quien valora entrar en la verdad es una persona a ser perfeccionada. La diferencia entre esos que van a ser perfeccionados y los conquistados radica en si entraron en la verdad. Esos quienes comprenden la verdad, han entrado en la verdad y están viviendo la verdad son los perfeccionados; esos quienes no comprenden la verdad, no entran en la verdad, es decir, esos quienes no están viviendo la verdad, es la gente que no puede ser perfeccionada. Si tal gente es capaz ahora de obedecer completamente, entonces es conquistada. Si los conquistados no buscan la verdad, si siguen pero no viven la verdad, si ellos perciben y escuchan la verdad pero no valoran vivir la verdad, ellos no pueden ser perfeccionados. Esos a ser perfeccionados practican la verdad de acuerdo al camino de perfección, es decir, practican la verdad que se erige en el camino de la perfección. A través de esto, ellos cumplen la voluntad de Dios, y son perfeccionados. Cualquiera que sigue hasta el final antes de que la obra de conquista concluye es un conquistado pero no se puede decir que sea un perfeccionado. Los perfeccionados se refieren a esos quienes, después de que la obra de conquista termina, son capaces de seguir la verdad y ser ganados por Dios. Se refiere a esos quienes, después de que la obra de conquista termina, permanecen firmes en la tribulación y viven la verdad. Lo que distingue ser conquistado de ser perfeccionado son las diferencias en los pasos de la obra y las diferencias en el grado en el cual se sostiene la verdad. Todos esos quienes no se han embarcado en el camino de la perfección, refiriéndose a esos quienes no poseen la verdad, en última instancia, serán eliminados. Dios puede ganar completamente sólo a esos quienes poseen la verdad y viven la verdad. Es decir, esos quienes viven a la imagen de Pedro son los perfeccionados, mientras que todos los demás son los conquistados. La obra hecha a esos quienes están siendo conquistados consiste sólo en colocar las maldiciones, el castigo y la exposición de la ira y lo que les llega sólo son la justicia y las maldiciones. Obrar en tal persona es revelar a secas, revelar el carácter pervertido que hay dentro de él de tal manera que el mismo la reconozca y esté completamente convencido. Una vez que el hombre se hace completamente obediente, la obra de conquista termina. Incluso si la mayoría de la gente todavía no está buscando entender la verdad, la obra de conquista habrá terminado. "

Comunicando “lealtad a Dios”

La obra de Dios ya se está acercando al fin. A todas y cada una de las personas, Dios les pregunta: “¿A quién eres leal?”. Esta pregunta de Dios conmueve los corazones de las personas y ellas comienzan a examinarse. Tal vez las personas nunca han sido serias con ellas mismas, pero esta vez las personas deben ser serias con ellas mismas. Dios define quién le pertenece en términos de quién es leal a Él y así determina el resultado de cada persona. Esto tiene sentido. Si eres leal a Dios, por supuesto perteneces a Dios y eres ganado por Dios. Esta clase de persona recibirá la alabanza de Dios. Si eres leal a Dios, debes tener suficientes buenas obras que sirvan como prueba y no puedes confiar en meras palabras ni pensamientos. Así que, ¿qué quiere decir ser leal a Dios? Lealtad a Dios quiere decir que, en todos los asuntos, uno escoge a Dios. Uno ama a Dios, uno sólo adora a Dios y uno puede obedecer y ser leal a todo lo que proviene de Dios. Uno puede rechazar y desechar a Satanás, a la carne y a diversas personas y cosas, y no estar restringido por ellas. Uno abandona todo con el fin de entregarse a Dios de esta manera. Aquellos que son leales a Dios lo son porque Dios tiene un lugar en sus corazones. Por lo tanto, aman a Dios y cumplen con sus deberes sin otras cosas que los restrinjan. No se sienten retados al llevar a cabo la verdad, al punto que permanecerán leales incluso hasta la muerte y no traicionarán a Dios. Aquellos que tienen otros amores nunca son capaces de superar ser restringidos por personas, cuestiones y cosas. Por lo tanto, tienen dificultad al llevar a cabo la verdad y esto es completamente natural. En tiempos de gran tribulación, los que cumplen con sus deberes han poseído algunas de estas clases de condiciones y han dado testimonio de lealtad a Dios. Pero todavía no son perfectos y deben continuar trabajando duro. Los que desempeñan sus deberes sólo de una manera superficial, no demuestran ninguna lealtad visible y dar testimonio está, por lo tanto, ausente en ellos y se necesitan esfuerzos mucho mayores para compensar esto. El testimonio de la lealtad a Dios es el testimonio de los victoriosos y sólo los victoriosos realmente son perfeccionados y son alabados por Dios. Si uno busca ser leal a Dios, entonces debe deshacerse de todas las cosas con el fin de cumplir con los deberes propios, incluyendo el mundo, incluyendo la propia familia, incluyendo el propio esposo o esposa, los hijos, la madre y el padre, para ser completamente leal a Dios. Esta es la única expresión genuina de lealtad a Dios. Dios no usa regulaciones para restringir a las personas y todo lo que las personas hacen se debe basar en la fe y en el verdadero amor por Dios. Si quieres ser leal a Dios, entonces debes poner a un lado todo lo demás y hacer todo con el fin de satisfacer a Dios. Pienso que esto es completamente razonable y no es una demanda demasiado grande. Los principios de práctica de las personas dependen de la fe y de las demandas de Dios en diferentes momentos. El momento final no es un momento trivial. En este momento crítico, si uno no puede ser leal a Dios, entonces uno se arrepentirá toda la vida. Los victoriosos son “Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va”, “y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte”, “todos tenéis parte en la tribulación, el reino y la paciencia de Cristo”. Esto es el testimonio de la propia lealtad a Dios, el testimonio de los victoriosos y dignos de la alabanza de Dios. Cómo Dios perfecciona a los victoriosos es lo que Él exige de las personas; las personas deben entender el corazón de Dios. La última etapa del testimonio se hace de esta manera. Lo que uno practicó en el pasado no ha cumplido la meta.

Música cristiana | "He decidido seguir a Dios" Dios es mi vida (MV)



I Al fin puedo ver la luz, después de tanto tiempo en la fe. Entre tropiezos, dificultades y rechazos. Muchas noches pasé en vela, orando, (con lágrimas en mi ropa). El mundo me rechazó, mis seres queridos me apartaron; vagué cada día sin hallar descanso. Fue la libertad, una farsa sin derechos humanos. ¡Cómo odio a Satanás! ¡Ansío que Cristo tome el poder! Deseo la luz en mi vida en este mundo oscuro. He decidido seguir a Cristo: es verdad, camino y vida. Deseo la luz en mi vida en este mundo oscuro. He decidido seguir a Cristo: es verdad, camino y vida.