Señales de los últimos tiempos según la Biblia han aparecido, ¿cómo será la venida de Cristo?

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Señales de los últimos tiempos según la Biblia han aparecido, ¿cómo será la venida de Cristo?

Por Zhou Jing

Un día vi una animada discusión en línea; la gente decía que cuatro lunas de sangre apareciendo por la noche en el hemisferio occidental es una advertencia de los tiempos finales, y que los grandes terremotos son cada vez más frecuentes en todo el mundo. Pensé: “Las cuatro lunas de sangre ya han sucedido, han aparecido fenómenos celestes, los desastres ocurren con frecuencia en todo el mundo, los incidentes terroristas están aumentando, las guerras están constantemente estallando... Todas las señales muestran que básicamente las profecías del regreso del Señor se han cumplido, así que ¿por qué no lo he visto bajar en una nube para encontrarse con nosotros? ¿Es que el Señor aún no ha regresado o que ha regresado, pero yo no lo he visto? ¿Cómo puedo dar la bienvenida a Su regreso?” Esta confusión apareció alrededor de mi corazón dejándome desconcertada. Tratando de obtener algo de claridad sobre este tema, comencé a orar y orar al Señor, pidiéndole que me ilumine y me guíe para que pueda dar la bienvenida a Su regreso y no ser abandonada por Él.

Después de un período de tiempo, la hermana Gan, a quien no había visto en unos meses, vino a verme; sabía que esto fue arreglado por el Señor. La hermana Gan había estado trabajando para el Señor durante varios años y era una persona reflexiva y perspicaz. Pensé que podría resolverme este problema, así que dije, “Hermana Gan, hay algo en lo que estoy un poco confundida y que me gustaría entender. Está registrado en la Biblia: ‘Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria’ (Lucas 21:27). ‘He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él; sí. Amén’ (Apocalipsis 1:7). Dice que cuando el Señor venga, descenderá sobre una nube con gran gloria y poder; aparecerá abiertamente y todos podrán verlo. Por lo tanto, siempre hemos estado esperando a que venga en una nube para llevarnos al cielo. En todo el mundo ahora hay desastres constantes, terremotos, hambrunas y frecuentes brotes de guerras, además de muchos fenómenos celestes. Todas las señales muestran que las profecías del regreso del Señor se han cumplido básicamente, así que ¿por qué es que todavía no lo hemos visto bajar sobre una nube para arrebatarnos? ¿Qué está pasando realmente?”

La hermana Gan escuchó lo que tenía que decir, lo pensó un poco y luego dijo: “Esta pregunta tuya es algo que todos los que esperamos dar la bienvenida a la segunda venida del Señor queremos entender. Si queremos dar la bienvenida a Su regreso, primero tenemos que saber cómo vendrá realmente el Señor en los últimos tiempos, ¡esto es crucial! De hecho, hay profecías en la Biblia sobre otra manera en que el Señor vendrá, no sólo viniendo en una nube como usted mencionó. Por ejemplo, está Apocalipsis 16:15: ‘He aquí, vengo como ladrón’. Y en Apocalipsis 3:3 se dice: ‘[...] si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti’. O en Mateo 24:44: ‘Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre’. Estas profecías afirman que vendrá en secreto, como un ladrón, y nadie lo sabrá. Hermana, eche un vistazo a las escrituras, nosotros acabamos de hablar de eso: En algunos lugares se dice que el Señor regresará abiertamente en una nube, en algunos lugares se dice que vendrá en secreto y nadie lo sabrá. ¿Alguna vez hemos pensado en esto? ¿Por qué las profecías sobre el regreso del Señor, dirían cosas diferentes?”

No entendí lo que ella dijo, y pensé: “Así es. Apocalipsis 1:7 dice: ‘He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron’; pero Apocalipsis 16:15 dice: ‘He aquí, vengo como ladrón’. ¿Qué significa eso? ¿Cómo vendrá realmente el Señor?”

Confundida, le respondí a la hermana Gan: “Algunas de estas profecías dicen que el Señor bajará abiertamente, mientras que otras dicen que vendrá en secreto. Parecen ser contradictorias, pero sé que no hay agujeros en las palabras del Señor y es que no entiendo esto ahora. Por favor, comparta un poco de comunión conmigo en esto”.

Sonriendo, la hermana Gan dijo: “El Señor es fiel y estas profecías se cumplirán, llegarán a su fin. Aunque parecen estar en conflicto, no lo están en absoluto. ‘Como ladrón’ dice que el Señor regresará en secreto, y ‘viene con nubes’ se refiere a Él que viene abiertamente. Es decir, cuando regrese, primero vendrá en secreto, y después de eso aparecerá abiertamente”.

“Primero en secreto y luego abiertamente!” Exclamé con sorpresa.

“Sí, cuando el Señor regrese, primero vendrá en secreto encarnando como el Hijo del hombre, y luego una vez que haya terminado esa obra vendrá en una nube y aparecerá abiertamente a todos los pueblos de todas las naciones”, explicó pacientemente.

Le dije con entusiasmo: “¿Así que se encarnará como el Hijo del hombre primero, viniendo en secreto, y luego aparecerá en una nube? Es la primera vez que he oído hablar de eso!

La hermana Gan sonrió y dijo: “¡Echemos un vistazo a más versículos de las Escrituras y entonces lo entenderán! El Señor Jesús dijo: ‘Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre’ (Mateo 24:27). ‘Porque como el relámpago al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’ (Lucas 17:24-25). Estos versículos mencionan ‘el Hijo del hombre’ y ‘la venida del Hijo del hombre’. El ‘Hijo del hombre’ nace de una persona, posee una humanidad normal, y come, usa ropa, vive y actúa como una persona normal; se parece a una persona normal por fuera. Sin embargo, posee una esencia divina, es capaz de expresar la verdad y realizar la obra para salvar a la humanidad. Es igual que el Señor Jesús fue llamado ‘el Hijo del hombre’ porque era el Espíritu de Dios realizado en la carne, y aunque desde el exterior parecía normal, regular, esa carne era Dios en esencia y poseía la divinidad plena. Por eso el Señor Jesús era Cristo, era Dios mismo. Es por lo que el Señor Jesús mencionó ‘el Hijo del hombre’ y ‘La venida del Hijo del hombre’. Todo eso se refería a que Dios regresaba en los últimos tiempos en la carne. La Biblia también dice: ‘Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’. Todos sabemos que sólo cuando Dios se viste en la carne como el Hijo del hombre y viene entre la humanidad en secreto, la gente no lo reconoce como Dios; toman al Hijo del hombre encarnado como una persona normal, y es por eso por lo que rechazan, calumnian y juzgan a Dios, e incluso se rebelan contra Dios en la carne y se oponen a Él. Es por eso que Dios ‘sufrirá muchas cosas’. Al igual que cuando el Señor Jesús apareció y obró estando en la carne, Él sufrió rechazo, calumnia, burla, blasfemia y condenación de la humanidad y finalmente fue clavado en la cruz. Si el Señor bajara sobre una nube y se apareciera abiertamente a la gente cuando volviera, todos lo verían, temblarían de miedo y se postrarían ante Dios en adoración. Nadie se atrevería a rebelarse ni oponerse a Dios. Entonces, ‘‘Pero primero es necesario que Él padezca mucho y sea rechazado por esta generación’, ¿cómo cumplirse? Así que podemos estar seguros de que el regreso del Señor será primero en secreto, en la carne, y después de eso aparecerá abiertamente en una nube”.

Después de escuchar lo que tenía que decir, lo reflexioné en mis adentros. “Así que hay una base bíblica para la afirmación de que cuando el Señor regrese, primero vendrá en secreto, y después de eso aparecerá abiertamente en una nube. ¿Cómo es que he estado leyendo la Biblia todos estos años, pero nunca descubrí que regresaría de dos maneras diferentes? ¡Waw! Pero ¿por qué primero se haría carne y vendría en secreto, y luego aparecería abiertamente? ¿De qué se trata? Tengo que preguntar. Entonces dije: “Hermana Gan, de su comunión he entendido que el regreso del Señor primero será en secreto y luego aparecerá abiertamente, y tomándolo de esta manera, las profecías bíblicas ya no parecen estar en conflicto. Pero realmente no entiendo por qué primero vendría en secreto y luego aparecería abiertamente. ¿Cuál es la voluntad del Señor en esto?”

La hermana Gan respondió: “La verdad es que Dios primero se hace carne y realiza Su obra en secreto y luego aparece abiertamente en los últimos tiempos, esto es enteramente lo que se requiere para Su obra, y es algo que nosotros, seres humanos corruptos, también necesitamos. Creemos en el Señor y que hemos sido redimidos por el Señor Jesús; nuestros pecados han sido perdonados. Sin embargo, nuestra naturaleza pecaminosa todavía está profundamente arraigada y no podemos evitar pecar con frecuencia, o incluso hacer cosas para rebelarse contra Dios u oponerse a Él. Es un hecho innegable. Jehová Dios dijo: ‘[…] seréis, pues, santos porque yo soy santo’ (Levítico 11:45). Y en Hebreos 12:14 dice: ‘[…] y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’. Personas como nosotros que están constantemente pecando y luego confesando son absolutamente indignos de ver el rostro del Señor, y no estamos calificados para entrar en el reino de los cielos. Es por eso que el Señor Jesús pronunció la profecía hace mucho tiempo: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir’ (Juan 16:12-13). ‘El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final’ (Juan 12:48). También está Apocalipsis 2:7: ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios’. Lo que entendí de estas profecías es que cuando el Señor venga en los últimos tiempos, expresará más palabras y hará la obra de juicio que comienza con la casa de Dios. Vendrá a transformar, purificar y salvar a la humanidad y rescatarnos completamente del dominio de Satanás. Su obra de los últimos tiempos también incluirá la separación de las personas de acuerdo con su especie — Revelará a los verdaderos y falsos creyentes, el trigo y la cizaña, las ovejas y las cabras, separando a todos de acuerdo con su especie, y entonces recompensará el bien y castigará el mal. Durante el período de tiempo que Dios está obrando en secreto, aquellos que acepten la obra de juicio de Dios serán arrebatados ante el trono de Dios. Experimentarán el juicio y el castigo de las palabras de Dios y obtendrán un verdadero conocimiento de su propia naturaleza satánica y la raíz de su resistencia a Dios. También llegarán a tener comprensión del carácter justo de Dios que no tolerará ninguna ofensa. Sus caracteres corruptos serán purificados y transformados gradualmente; pisarán el camino de buscar la verdad y ser plenamente salvados por Dios. Sin embargo, aquellos que nunca buscan la aparición de Dios durante Su período realizando Su obra en secreto o incluso rechazan y condenan la obra y las palabras de Dios serán aquellos expuestos como no creyentes, como los malvados en la obra de Dios de los últimos tiempos. Cuando la obra secreta de Dios haya llegado a su fin, lloverá grandes desastres para comenzar a recompensar el bien y castigar el mal, y luego después de estos desastres se aparecerá públicamente a todos los pueblos. Cuando los que rechazaron y se opusieron a Dios ven que el que estaban rechazando y oponiéndose verdaderamente fue el Señor Jesús retornado, llorarán y rechinarán sus dientes. Esto cumple estas palabras del Señor: ‘He aquí, viene con las nubes y todo ojo le verá, aun los que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él; sí. Amén’ (Apocalipsis 1:7). De esto podemos ver que la obra de Dios está llena de sabiduría, y esto es también una expresión del carácter justo de Dios”.

Escuchar esta comunión de la hermana Gan iluminó mi corazón considerablemente; me di cuenta de que así es como se cumplirán las profecías del regreso del Señor. Cuando el Señor regrese, primero se hará carne y vendrá en secreto para expresar la verdad, hacer la obra de juicio y hacer un grupo de vencedores; sólo después de eso se le mostrará abiertamente a la humanidad. Cualquiera que no acepte la obra de Dios durante Su período de obra en secreto, y el que sólo quiera juzgar y condene la obra y las palabras de Dios es alguien que odia la verdad y sólo puede caer en el desastre y ser castigado cuando Dios aparezca abiertamente. Dios también utilizará este método para exponer el trigo y la cizaña, las ovejas y las cabras, los siervos buenos y malos, separando a todas las personas de acuerdo con su especie. ¡Dios es tan sabio, tan todopoderoso! Nunca entendí cómo iba a venir el Señor, pero sólo sabía mirar estúpidamente las nubes en el cielo esperando que el Señor cayera sobre una de ellas. Nunca busqué ni medité en todas las profecías acerca de Su segunda venida, por lo que pasé por alto las profecías acerca de que el que venía en secreto. ¡Eso fue tan peligroso! ¡Si hubiera seguido esperando así no sólo habría sido incapaz de acoger al Señor, sino que habría perdido mi oportunidad de ser completamente salvo por Dios y entrar en el reino de los cielos! Esto me hizo sentir un poco ansiosa, así que me apresuré a preguntar: “Hermana Gan, entonces, ¿qué debemos hacer para encontrar la obra del Señor cuando venga en secreto, y dar la bienvenida a Su regreso?”

Ella sonrió y dijo: “Acabamos de ver lo que se profetiza en la Biblia que cuando el Señor regrese en los últimos tiempos pronunciará más palabras y hará la obra de juzgar y limpiar a la humanidad. Así que la clave para dar la bienvenida a Su segunda venida es aceptar Sus palabras de los últimos tiempos y mantenerse al día con la nueva obra de Dios. El Señor Jesús dijo: ‘Pero a medianoche se oyó un clamor: «¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo»’ (Mateo 25:6). ‘Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen’ (Juan 10:27). Las ovejas de Dios son capaces de escuchar la voz de Dios; todos aquellos que escuchen las declaraciones de Dios y de ellos sean capaces de reconocer Su voz podrán acoger la aparición del Señor. Es como los discípulos del Señor Jesús, Pedro, Juan, Mateo y los demás. Cuando escucharon los sermones del Señor Jesús sobre el evangelio del reino de los cielos, pudieron determinar de Su obra y palabras que era el Mesías que habían esperado, y así lo siguieron sin vacilar. Eran vírgenes sabias. Si queremos dar la bienvenida a la segunda venida del Señor, también tenemos que ser vírgenes sabias, centrándonos en escuchar Su voz. Si escuchamos a alguien decir que el Señor ya ha regresado, que ha pronunciado nuevas palabras y está haciendo la obra de juzgar y purificar a la humanidad, no podemos perder tiempo en examinarla. Mientras podamos confirmar que es obra y palabras de Dios, debemos aceptarla y someternos a ella. De esa manera podremos acoger el regreso del Señor y asistir a la fiesta con Él”.

Al escuchar la comunión de la hermana Gan, respondí con entusiasmo: “¡Gracias al Señor! Ahora sé que la clave para acoger la segunda venida del Señor está en ser una virgen sabia y tener cuidado de escuchar la voz de Dios. Mientras pueda confirmar que Dios pronuncia palabras, debo apresurarme a aceptar esto, esa es la única manera de dar la bienvenida a Su regreso. Hermana Gan, sólo han pasado unos meses desde que la vi. ¿Cómo has llegado a entender tanto rápidamente?”

Ella dijo felizmente: “¡Gracias al Señor! Todo lo que he hablado hoy sólo lo llegué a entender después de leer un libro determinado. Traje una copia conmigo hoy. ¿Qué tal si lo echamos un vistazo juntos?”

Emocionada, asentí y dije: “¡Maravilloso!”

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

Los desastres son más y más graves, las señales del fin del mundo han aparecido. Cada vez más creyentes en el Señor han comenzado a intuir que se acerca el día de la venida del Señor y que el reino de Dios está a punto de llegar. El Señor Jesús dijo en una ocasión: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). Esto es lo que el Señor nos pide a cada uno de nosotros. Solo si nos arrepentimos de verdad seremos protegidos por Dios y llevados al reino celestial antes de la gran tribulación. Entonces, ¿qué es el verdadero arrepentimiento y cómo podemos alcanzarlo? Puede hacer clic en los siguientes medios de contacto para discutir en línea y contactarnos.

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

¿Cómo aprender a leer la Biblia y entenderla?

 Xiao Xiao (Francia)

La lectura de la Biblia es una obligación diaria para los cristianos, además de indispensable en la senda hacia la verdad y la madurez en la vida espiritual. El Señor Jesús dijo: “Escrito está: ‘No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). Es evidente que leer las palabras de Dios con frecuencia y valorarlas con el corazón es obligación de todo cristiano, pero ¿cómo debemos leer la Biblia para recibir la guía del Espíritu Santo y lograr resultados positivos? Esta es una cuestión de suma importancia para nosotros. Es probable que todos hayamos leído la Escritura de la siguiente manera. A veces somos capaces de recibir el esclarecimiento y la guía de Dios y de entender Su voluntad y Sus exigencias; nuestro espíritu se conmueve y tenemos fe y determinación para practicar las palabras de Dios en la vida diaria. Cada vez nos gusta más asistir a reuniones, orar y leer la Escritura y durante ese tiempo, además, maduramos en la vida espiritual. Sin embargo, algunas veces no disfrutamos la lectura de la Biblia y no percibimos el esclarecimiento ni la iluminación del Espíritu Santo. Sólo entendemos el significado literal de los pasajes bíblicos y nos falta sentido de la voluntad y las exigencias de Dios; no sabemos defender las palabras de Dios en la vida diaria y no maduramos espiritualmente. En ocasiones puede que hasta nos entre sueño leyendo la Biblia y cada vez tengamos menos ganas de hacerlo, de asistir a reuniones y de orar. Esto puede ser muy confuso. Si leemos la Biblia como siempre, ¿por qué se dan dos resultados totalmente distintos? ¿Cómo podemos leer la Biblia para obtener resultados positivos? A fin de recibir luz a partir de la lectura de la Biblia, comprendiendo estos tres principios podemos acercarnos más a Dios y recibir Su esclarecimiento y guía con facilidad.

1. Al leer la Biblia, es imprescindible sosegar el corazón ante Dios para recibir el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo.

Aunque perseveremos en la lectura diaria de la Biblia a una hora fija, si no sosegamos el corazón ante Dios durante ese tiempo, simplemente leeremos la Biblia mientras pensamos en cómo ocuparnos de los asuntos familiares o laborales. Esa manera de leer la Escritura se limita a seguir una norma y llevar a cabo un ritual. En tal caso, es probable que lo hagamos mecánicamente y alcancemos una comprensión superficial; de ningún modo podremos recibir esclarecimiento del Espíritu Santo, no adquiriremos nueva luz y, naturalmente, ya no tendremos gozo espiritual. Especialmente en una época tan acelerada, las ocupaciones laborales y las complicadas relaciones interpersonales nos dejan exhaustos de cuerpo y mente, así que, cuando leamos la Escritura, debemos tener todavía más en cuenta el sosiego ante Dios y meditar con esmero Sus palabras. Esta es la única vía para recibir esclarecimiento y guía del Espíritu Santo.

Dice la palabra de Dios: “Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren” (Juan 4:23). “Acallar el corazón en presencia de Dios es el paso más crucial para entrar en Sus palabras. […] Solo después de que las personas son capaces de estar en paz delante de Dios, el Espíritu Santo puede tocarlas y las puede esclarecer e iluminar, y solo entonces pueden tener comunión verdadera con Dios y pueden entender Su voluntad y la guía del Espíritu Santo” (“Acerca de acallar el corazón delante de Dios”). En las palabras de Dios comprobamos que Él nos exige que lo adoremos con honestidad de espíritu. Si deseamos ser movidos por el Espíritu Santo y conseguir resultados positivos de la lectura de la Biblia, debemos sosegarnos ante Dios, meditar con esmero Sus palabras y escuchar Su guía, pues el tiempo que pasamos leyendo la Escritura es también el tiempo que tenemos para acercarnos a Dios, adorarlo y entender verdades de la Escritura. Sólo si veneramos a Dios de corazón, nos volcamos de todo corazón en Sus palabras y buscamos y meditamos sinceramente podemos recibir esclarecimiento y orientación del Espíritu Santo, ser movidos por Él y comprender el sentido de las palabras de Dios. Por tal motivo, antes de leer la Biblia debemos encontrar un lugar tranquilo y evitar a las personas, circunstancias o cosas que puedan distraernos. Debemos hacer una oración antes de empezar, sosegar deliberadamente el corazón ante Dios y pedirle que nos guíe para que entendamos la verdad de Sus palabras. Cuando nos volcamos de todo corazón en las palabras de Dios podemos recibir Su esclarecimiento y guía, y no sólo podemos comprender Su voluntad y Sus exigencias, sino también aprender nuevas perspectivas y conocimientos sobre Sus palabras. Cuanto más practiquemos esto, más oportunidades tendremos de ser movidos por el Espíritu Santo al leer la Escritura y seremos capaces de descubrir qué podemos hacer para cumplir la voluntad de Dios. Entonces maduraremos en la vida espiritual con mayor rapidez.

2. No leas por leer: elige pasajes acordes a tus problemas y dificultades reales.

En primer lugar, hemos de saber que leer la Biblia no implica seguir una norma ni llevar a cabo una tarea. Se trata, más bien, de resolver nuestros problemas y dificultades de carácter práctico para tener un sendero de práctica en nuestra vida diaria. Sin embargo, estamos sujetos a error en la lectura de la Biblia; a veces nos limitamos a seguir las normas y pasar de un capítulo a otro, de un versículo a otro, o leemos cualquier página a la que llegamos sin rumbo. Leer la Escritura así, sin ningún objetivo, no da resultados positivos. Es como si un enfermo intenta tratar su enfermedad: no puede esperar una mejoría tomándose cualquier medicamento, sino que primero tiene que entender qué ha provocado realmente la enfermedad y de qué tipo es para poder recuperar la salud con el medicamento adecuado a su patología concreta. Lo mismo sucede al leer la Escritura. La palabra de Dios dice: “Cuando comas y bebas de las palabras de Dios, deberás comparar con ellas la realidad de tu estado. Es decir, cuando descubras tus defectos en el transcurso de tu experiencia real, deberás saber encontrar una senda de práctica y dar la espalda a tus motivaciones y nociones incorrectas. Si siempre te esfuerzas por estas cosas y pones todo tu corazón en lograrlas, tendrás una senda que seguir, no te sentirás vacío y, por tanto, podrás mantener un estado normal. Solo entonces serás una persona que soporta una carga en la vida, que tiene fe” (“Práctica (7)”). Con las palabras de Dios comprendemos que debemos tener en cuenta las dificultades y los problemas que nos encontramos en nuestra vida normal y que leer las palabras de Dios selectivamente es la única vía para lograr resultados positivos. Por tanto, antes de hacer la lectura diaria de las palabras de Dios, primero hemos de pensar un poco en nuestra situación espiritual actual, en la clase de personas, circunstancias y cosas a que nos hemos enfrentado últimamente, en el aspecto de la verdad con el que guardan relación y en el tipo de práctica que debemos tener para cumplir la voluntad de Dios. Entonces podremos buscar conscientemente, para su lectura, unas palabras de Dios adecuadas a nuestras dificultades reales. Esto es así porque las palabras de Dios dejarán al descubierto nuestras motivaciones incorrectas y nuestra corrupción, lo que puede señalarnos el sendero correcto de práctica. Siempre que actuemos según las exigencias de Dios y desechemos nuestras motivaciones y perspectivas incorrectas, nuestros problemas se resolverán y nuestra situación espiritual y nuestra relación con Dios podrán ir mejorando. Incorporando nuestros problemas personales a la lectura de la Biblia podemos lograr resolver nuestros problemas prácticos.

Por ejemplo, digamos que surge un conflicto entre nosotros y nuestra familia, o nuestros hermanos y hermanas, y no somos tolerantes ni pacientes con ellos, sino que damos muestras de mal genio. Para empezar, debemos aprender a sosegarnos ante Dios, plantearnos con qué aspecto de la verdad guarda relación este problema, qué nos exige Dios, etc. Una vez que hayamos captado estas cosas, sabremos buscar en la Escritura las exigencias de Dios para que tengamos amor, tolerancia y paciencia hacia los demás. Asimismo, podremos buscar pasajes en los que Dios nos pide introspección y que no nos centremos solamente en la otra persona. También podríamos leer cómo el Señor Jesús amaba y perdonaba a la gente. Con esta clase de lectura selectiva de la Escritura podemos apreciar lo arrogantes, ofendidos, mezquinos y conflictivos que somos con los demás. Igualmente podemos reconocer que es voluntad de Dios que aprendamos a perdonar al prójimo, que nos amemos, seamos magnánimos y tolerantes unos con otros; quiere que vivamos como cristianos. Luego, si pensamos un poco en la magnanimidad y tolerancia del Señor Jesús hacia la gente, por las que lavó personalmente los pies de Sus discípulos, nos emocionaremos más todavía. Cuando conozcamos estas verdades sentiremos ganas de amar al prójimo según las exigencias de Dios y, con naturalidad, cultivaremos la tolerancia y la comprensión hacia quienes nos rodean. Veamos otro ejemplo. Cuando nos volvemos débiles y negativos mientras predicamos el evangelio y nos topamos con los impedimentos, la represión, la calumnia y el juicio de las malvadas fuerzas de Satanás, podemos leer en la Escritura pasajes acerca de cómo tener en consideración la voluntad de Dios, así como sobre el perfeccionamiento de nuestra fe a manos de Dios. También podemos mirar fragmentos acerca de la prudencia ante las fuerzas de Satanás, opuestas a Dios, mientras predicamos el evangelio. Con la lectura de estas Escrituras podemos entender mejor la voluntad de Dios, ver que somos tan frágiles que nos volvemos negativos y débiles ante los fracasos o los reveses, y que tenemos muy poca fe. Puede que esto, asimismo, nos ayude a comprender que la propagación del evangelio del reino es nuestro deber y misión obligatorios y que hemos de soportar la persecución y las dificultades para dar testimonio de la obra de Dios. De igual modo, en la Escritura podemos llegar a conocer las exigencias de Dios hacia nosotros; debemos ser prudentes al difundir el evangelio en esta era del mal y aprender a ser astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. Cuando sepamos estas cosas tendremos fe para apoyarnos en Dios y podremos utilizar la prudencia para vencer a Satanás y seguir difundiendo el evangelio de Dios. Por ello, si leemos la Biblia selectivamente, dirigiéndonos a nuestras dificultades reales, podremos recibir con mayor facilidad el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo, alcanzar a entender la voluntad de Dios y tener un sendero de práctica correcto. Acto seguido, nuestra relación con Dios puede volverse más íntima; así es como se logra el mejor resultado de la lectura de la Escritura.

3. Céntrate en meditar las palabras de Dios y en entender el significado profundo de la verdad.

Muchos piensan que solamente alegran a Dios las personas que están muy familiarizadas con la Biblia y tienen muchos conocimientos bíblicos. Así, al leer la Escritura, hacemos mucho hincapié en leer y memorizar más pasajes para sabérnosla más al dedillo y de cabo a rabo. Sin embargo, no nos centramos en meditar las palabras de Dios para lograr entender de qué tratan realmente. Si lo pensamos detenidamente, tal vez nos parezca que esta práctica simplemente nos familiariza más con el texto bíblico y que llegamos a comprender algunos principios espirituales. No obstante, no entendemos las verdades inherentes a las palabras de Dios, no conocemos Su voluntad ni Sus exigencias y, en especial, nos falta verdadero conocimiento del propio Dios. Es más, en nuestra vida normal no sabemos experimentar ni practicar las palabras de Dios. De ese modo, puede que también nos volvamos cada vez más arrogantes por dominar tantos conocimientos y teorías de la Biblia. Alardeamos ante los hermanos y hermanas y nos lucimos interpretando teorías y conocimientos bíblicos; nos exhibimos para que nos admiren y adoren, y nos plantamos ante nuestros hermanos y hermanas al tiempo que tenemos una relación cada vez más distante con Dios. En lo espiritual, caemos en la oscuridad, involucionamos y no sentimos la presencia de Dios.

La palabra de Dios dice: “Cuando leía las palabras de Dios, Pedro no estaba centrado en entender las doctrinas y, menos aún, en obtener conocimiento teológico; más bien, se concentró en comprender la verdad y captar la voluntad de Dios y lograr un entendimiento de Su carácter y Su encanto. Pedro también intentó comprender los diversos estados corruptos del hombre a partir de las palabras de Dios, así como la naturaleza corrupta del hombre y sus verdaderas deficiencias, cumpliendo, así, con todos los aspectos de las exigencias que Dios le hace al hombre para que lo satisfaga. Pedro tuvo muchas prácticas correctas que se ciñeron a las palabras de Dios. Esto estuvo totalmente alineado con la voluntad de Dios y fue la mejor forma en la que una persona podía cooperar al tiempo que experimentaba la obra de Dios” (“Cómo caminar por la senda de Pedro”). Esto deja claro que, cuando Pedro leía las palabras de Dios, no se conformaba únicamente con comprender algunos conocimientos teológicos o cartas y doctrinas, sino que se esforzaba especialmente en lo que Dios exige, así como en la búsqueda y la contemplación reiteradas, y entonces captó el propósito y la voluntad inherentes a las palabras de Dios. Posteriormente, actuó conforme a las exigencias de Dios de tal modo que supo poner en práctica, con gran naturalidad, las palabras de Dios en todas las cosas y vivir la realidad de Sus palabras. La práctica de Pedro nos aporta una senda propia, práctica y viable. Las palabras de Dios son la verdad, expresión de Su carácter y de lo que Él tiene y es; todas contienen la voluntad y las exigencias de Dios. Si no las buscamos, meditamos ni percibimos detenidamente, no entenderemos nada más que doctrinas literales; desde luego, no la voluntad de Dios. Tampoco entenderemos de qué tratan realmente las palabras de Dios, por lo que, naturalmente, no podremos entrar en la realidad de las mismas. Así pues, cada vez que leamos un pasaje de ellas, debemos meditar con esmero lo siguiente: ¿Cuál era el propósito de Dios al decir esto? ¿Cuál es Su voluntad y cuáles Sus exigencias a la humanidad? ¿Qué quería que lográramos por medio de esto? ¿En qué fallo yo? ¿Cómo debo practicar y entrar en esto en mi vida real? ¿Qué puedo hacer para cumplir las exigencias de Dios? Al emprender este tipo de búsqueda y meditación, para cuando nos demos cuenta, Dios nos dará esclarecimiento y guía y nos permitirá comprender el significado profundo de Sus palabras. Tendremos algo de verdadero conocimiento del carácter y la voluntad de Dios, hallaremos un sendero de práctica y entrada y, así, entraremos paso a paso en la realidad de las palabras de Dios.

Observemos las siguientes palabras del Señor: “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3). “Antes bien, sea vuestro hablar: ‘Sí, sí’ o ‘No, no’; y lo que es más de esto, procede del mal” (Mateo 5:37). En las palabras de Dios vemos que Él posee una esencia de credibilidad: ama a los honestos y le disgustan los mentirosos y tramposos. Sólo los honestos pueden entrar en el reino de los cielos, mientras que los siniestros y taimados no pueden cruzar sus puertas. La oración y meditación de las palabras de Dios son la única vía para que podamos entender que Dios quiere que seamos honestos, inocentes y abiertos como niños, sin mentir de palabra y sin engaño ni falsedad de corazón. Llegados a ese punto en nuestros planteamientos, podemos pasar a la búsqueda: ¿Tenemos elementos de deshonestidad? Reflexionando sobre nuestros pensamientos y actos comprobamos que aún manifestamos mucha falsedad. En ocasiones, cuando estamos ante Dios en oración, decimos toda clase de maravillas y nos proponemos muchas cosas, pero casi nunca estamos a esa altura en la vida real. A veces hacemos algo mal y queremos reconocer el error ante otra persona, pero nos da miedo que nos desprecie, así que, para preservar nuestra imagen y reputación, decimos una media verdad y ocultamos la realidad. De vez en cuando, al comentar nuestras experiencias, estamos más que dispuestos a airear cómo ponemos en práctica las palabras de Dios, pero muy rara vez hablamos de cómo desafiamos y nos oponemos a Dios y de cuando no ponemos en práctica la verdad. A menudo aparentamos ser lo que no somos para que los demás conserven una buena imagen de nosotros. Alguna vez vemos a hermanos y hermanas que hacen cosas que no están en consonancia con la voluntad de Dios y queremos hablar con ellos, pero nos preocupa herirlos en su orgullo o nos da miedo que no acepten nuestra opinión y nos juzguen, por lo que mantenemos un ojo abierto y otro cerrado como si no supiéramos nada. Suma y sigue. Con la reflexión vemos cuánta falsedad manifestamos: en absoluto somos honestos y agradables a Dios, así que ¿cómo podría entrar alguien como nosotros en el reino de los cielos? Tras comprender estas cosas, debemos proceder a sopesar la senda hacia la honestidad en las palabras de Dios. En primer lugar, no podemos mentir de palabra, sino que debemos hablar con arreglo a la verdad. Hay que diferenciar las cosas: este es el fundamento de nuestra práctica. Pero, más que nada, es necesaria la honestidad de corazón. Este no puede albergar perversidad ni falsedad; todo cuanto decimos o hacemos está sujeto al escrutinio de Dios. No podemos mentir ni engañar para proteger nuestro estatus, reputación o imagen, sino que, ante un problema, deberíamos ser capaces de despojarnos de nuestras motivaciones incorrectas y hablar sin rodeos, con honestidad y con el corazón. Este es el primer paso hacia la honestidad. Si siempre meditamos seriamente las palabras de Dios de esta forma, procurando entender la esencia de la verdad más allá del sentido literal, comprenderemos cada vez mejor los pormenores de la verdad y, entonces, será más correcto lo que practiquemos en nuestra vida. Nos acercaremos más a la voluntad y las exigencias de Dios y nuestra práctica será más acorde a Su voluntad. Estaremos cada vez más cerca de Dios y nos sentiremos firmes, tranquilos y satisfechos en el alma.

Otro punto que cabe plantear es que, sea cual sea el aspecto que estemos leyendo de las palabras de Dios, no podemos conocerlo del todo y a fondo tras una o unas pocas lecturas. Esto siempre es un proceso. Las palabras de Dios son tan profundas que ocultan muchas verdades, por lo que no podemos tener demasiada prisa ni ansia por terminar. Debemos esforzarnos con ellas, sopesarlas y orar al respecto de manera constante y trabajar diligentemente para entender las verdades que contienen. También debemos llevarlas a la práctica en la vida diaria, reflexionándolas y entrando en ellas al mismo tiempo para que adquiramos a través de nuestras experiencias una comprensión más profunda de las verdades que contienen. Tras practicar esto durante un tiempo, podremos entender y profundizar poco a poco en la verdad, lo que nos aportará conocimiento de la misma.

Estos son los tres principios de la lectura de la Escritura. Poniéndolos en práctica podemos subsanar nuestros problemas de falta de esclarecimiento en la lectura o de ausencia de gozo espiritual, madurar en la vida espiritual y cultivar una relación de creciente cercanía con Dios. Queridos hermanos y hermanas, ¿a qué esperáis? ¡Haced la prueba!

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

La persona humilde está bendecida por Dios

El Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). A juzgar por esto, sólo los pobres en espíritu pueden entrar en el reino de los cielos ¿Entonces qué significa ser pobre en espíritu? ¿Qué manifiestan?

Un día, vi tales palabras en el libro de Job: “En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios” (Job 1:22). A través de esto podemos ver que, al enfrentarse a algo, Job temía a Dios, y no dijo nada insensatamente ni comentó sobre las acciones de Dios. Él sabía del dominio de Dios sobre todo lo que es. Sin importar lo que le aconteciera, Job no pecaba con sus labios, en su lugar, se sometía a la soberanía y los planes de Dios. Cuando toda la propiedad de Job fue arrebatada por ladrones, e incluso sus hijos murieron en la catástrofe, en lugar de quejarse al respecto, se inclinó, le rezó a Dios y obedeció Su dominio y Sus planes. Aún cuando todo su cuerpo estaba cubierto llagas, y aunado a eso, su esposa le advirtió que sus amigos le juzgaban a sus espaldas, Job no se quejaba y seguía alabando el nombre de Dios. El motivo por el cual Job consiguió la aprobación de Dios fue que él aceptó y se sometió a todas las cosas, y no hizo comentario ciego alguno sobre ellas. Pero la actitud de sus tres amigos hacia sus pruebas fue: Emitieron juicios sobre Job debido a sus propias concepciones y cometieron pecados con sus labios, como resultado ofendieron a Dios, lo que estimuló Su ira. La razón por la cual Dios se molestó con ellos fue el hecho de que emitieran juicio insensatamente sobre todo lo que Dios le hizo a Job, en lugar de rezar y buscar la voluntad de Dios. Sin embargo, cuando Job se encontró con todo esto, no pecó con sus labios ni hizo comentarios ciegos sobre la obra de Dios. En su lugar, sólo rezó y buscó la voluntad de Dios, diciendo: “¡Vive Dios, que ha quitado mi derecho, y el Todopoderoso, que ha amargado mi alma! Porque mientras haya vida en mí, y el aliento de Dios esté en mis narices, mis labios, ciertamente, no hablarán injusticia, ni mi lengua proferirá engaño” (Job 27:2-4). He aprendido lo que es humildad de la experiencia de Job. Es decir, como creyente, cuando lidiamos con la obra de Dios y nos enfrentamos a algo que no coincide con nuestra noción, no podemos pecar con nuestros labios; en su lugar deberíamos obedecer, buscar, y esperar, y no podemos definir la obra de Dios por nuestras propias nociones e imaginación, o inclusive juzgar lo que pueda o no hacer Dios. Dado que los pensamientos de Dios son más elevados que los pensamientos del hombre y Su obra no puede ser comprendido por nosotros.

En la Biblia existe una profecía: “Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Isaías 7:14). En la Era de la Ley, Dios les hizo una promesa a los Israelitas: Cuando Él venga, Su nombre será Emmanuel. Sin embargo, tomó el nombre de Jesús cuando vino, lo que fue distinto a lo que dictaba literalmente la profecía de la Biblia. Así que, la gente no reconoció que el Señor Jesús era Cristo y, los Fariseos negaron al Señor Jesús debido al dictamen literal de la profecía de la Biblia. Además, juzgaron y condenaron al Señor Jesús por sus concepciones e imaginación, carentes del corazón de buscar la voluntad de Dios con humildad. Siempre que la obra y la palabra del Señor Jesús no coincidió con sus ideas, se opusieron y las condenaron, tratando de manejarlo a Él. Como dice la Biblia: “Y los escribas que habían descendido de Jerusalén decían: Tiene a Beelzebú; y: Expulsa los demonios por el príncipe de los demonios” (Marcos 3:22). “Entonces salieron los fariseos y comenzaron a discutir con El, buscando de El una señal del cielo para ponerle a prueba” (Marcos 8:11). “Y le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos para sorprenderle en alguna palabra” (Marcos 12:13). Muchos otros versos como este mostraron que los Fariseos no rezaron, buscaron, ni examinaron la obra de Dios con humildad cuando lidiaban con la obra y los sermones del Señor Jesús, en su lugar, juzgaron y condenaron al Señor Jesús de acuerdo con sus nociones e imaginación. Al final, se encontraron con la ira y el castigo de Dios. Al contrario, Pedro y otros discípulos aceptaron y se sometieron a la obra del Señor Jesús con humildad. En lugar de juzgarlo y condenarlo de acuerdo con sus concepciones e imaginación, escucharon seriamente los sermones del Señor y buscaron el conocimiento de Dios, por ello, entendieron que la obra y la palabra del Señor Jesús iba más allá de la habilidad humana. Por ejemplo: Una palabra del Señor Jesús podría hacer que el viento y el mar cesaran la tempestad, y hacer que los muertos resucitaran, y con cinco hogazas de pan y dos peces, Él alimentó a 5.000 personas. En esto vieron que el poder y autoridad del Señor Jesús provenían de Dios, así que decidieron seguirlo. Al final, consiguieron Su salvación. Cuando El Señor Jesús le preguntó a Pedro quién era Él, Pedro respondió: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16). Y Jesús le dijo a Pedro, “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos” (Mateo 16: 17-19). Pedro buscó la verdad y la voluntad de Dios en todas las cosas. Practicó la verdad con un corazón de amar a Dios para satisfacerlo a Él. Al final, consiguió la bendición de Dios y Él le dio la llave del reino de los cielos. De los ejemplos anteriores, me he dado cuenta de que si queremos entrar en el reino de los cielos, debemos ser temerosos de Dios y buscar con humildad la verdad en todas las cosas. Adicionalmente, no podemos juzgar insensatamente y condenar la obra de Dios bajo nuestras nociones e imaginación, en su lugar deberíamos rezar y buscar la voluntad de Dios bajo nuestra condición de criatura. Sólo así podremos obtener la orientación, iluminación, gracia, y bendición de Dios.

De los fracasos de los tres amigos de Job y de los Fariseos de antaño, me he dado cuenta de que al lidiar con la obra de Dios, no podemos juzgarlo y condenarlo según nuestras concepciones e imaginación. Sólo si buscamos la verdad con un corazón humilde, como Pedro y Job, haciendo a un lado nuestras concepciones e imaginación para buscar la obra de Dios con humildad, podremos obtener la orientación e iluminación de Dios y seguir Sus pasos. En la actualidad, finalmente han llegado los últimos días. Es precisamente el momento para que el Señor vuelva a aparecer para trabajar, así que deberíamos buscar la obra del Espíritu Santo con humildad: Ya que ahí donde se encuentre la voz de Dios, yace la aparición y la obra de Dios, justo como es dicho varias veces en el libro de Apocalipsis: “‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.[...]’”. Las palabras de Dios dicen: “[...] ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que ‘Dios es la verdad, el camino y la vida’. […] Si queréis presenciar la aparición de Dios, si queréis seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero trascender vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo os debéis someter a la nueva obra de Dios; eso es lo que el hombre debe hace”. Los corderos de Dios pueden oír Su voz, y si queremos ganarnos la salvación de Dios y entrar en el reino de los cielos, primero, debemos hacer a un lado nuestras nociones e imaginación. Además, deberíamos oír la voz de Dios con humildad, sólo de esta forma podemos seguir los pasos de Dios, acudir al festín la boda del Cordero y conseguir la salvación de Dios.

(Traducido del original en inglés al español por WebTeachers)


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Escucha la voz de Dios para investigar el camino verdadero

Muchas personas que ahora creen en el Señor anhelan recibir Su regreso. Sin embargo, cuando algunos escuchan que hay personas que testifican que el Señor ha regresado, no concentran sus esfuerzos en buscar e investigar esta noticia, ni tampoco escuchan la voz de Dios para dar la bienvenida al Señor; más bien, creen que tienen que preguntar a los pastores y ancianos, y algunos incluso creen que tienen que mirar la evaluación del gobierno del Partido Comunista Chino (PCCh) sobre esa iglesia en particular. ¿Está realmente esta forma de hacer las cosas en línea con la voluntad de Dios? Si no escuchamos la voz de Dios, ¿podremos dar la bienvenida al Señor simplemente escuchando al gobierno del PCCh o a esos pastores y ancianos? ¿Cómo debería uno investigar correctamente el camino verdadero? Hagamos comunión en esto a continuación.

El Señor Jesús nos contó hace tiempo atrás cómo investigar de forma apropiada el camino verdadero. El Señor Jesús dijo: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27). Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo”. En Apocalipsis capítulos 2 y 3, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”, se menciona varias veces. De esto se puede ver que el Señor volverá en los últimos días y expresará las palabras del Espíritu Santo para las iglesias. Él llamará a nuestras puertas a través de Sus declaraciones. Cualquiera que escuche la voz de Dios y de ese modo pueda encontrarse con el Señor es una virgen prudente, y puede asistir a la fiesta con el Señor. Dado que solo Dios puede expresar la verdad y las palabras del Espíritu Santo para las iglesias, llegamos a conocer al Señor escuchando la voz de Dios. Esto absolutamente no puede estar equivocado. Por lo tanto, cuando escuchamos a alguien que grita “viene el Novio”, es decir, escuchamos a alguien testificar que el Señor ha regresado, debemos buscarlo activamente y darle la bienvenida, y escuchar para determinar si existe la verdad que se ha expresado. Mientras reconozcamos la voz de Dios, es nuestro deber aceptarlo y seguirlo sin volvernos atrás. Solo así podremos recibir al Señor. Es como cuando el Señor Jesús vino a obrar, cuando los discípulos como Pedro, Juan y Felipe investigaron el camino verdadero; no prestaron atención a los juicios de los fariseos y otros líderes religiosos sobre la obra del Señor Jesús, ni fueron restringidos por el gobierno romano. Más bien, se enfocaron solo en escuchar las enseñanzas del Señor Jesús. Cuando escucharon las poderosas y autoritarias palabras del Señor Jesús, que podían proporcionar sustento a la humanidad en cualquier momento y en cualquier lugar, determinaron que la palabra del Señor Jesús era en verdad la voz de Dios. Sabían que el Señor Jesús era el Mesías que había de venir, por lo que decidieron seguirlo. En los últimos días, también debemos centrarnos en dar la bienvenida al Señor escuchando la voz de Dios como el Señor nos lo mostró, ya que solo esto está de acuerdo con la voluntad del Señor.

Cuando se trata de investigar el camino verdadero y recibir el regreso del Señor, debemos pensar si nuestra práctica cumple con los requisitos del Señor. Si escuchamos a alguien testificándonos que el Señor ha venido pero no nos enfocamos en escuchar la voz de Dios, siempre queremos preguntar las opiniones de pastores y ancianos y ver la evaluación del gobierno del PCCh, ¿podremos dar la bienvenida al regreso del Señor? Piensa en los creyentes judíos que escucharon el camino del arrepentimiento expresado por el Señor Jesús. Solo escucharon las evaluaciones de los líderes religiosos y los fariseos. Cuando los fariseos juzgaron que el Señor Jesús era simplemente el hijo de un carpintero, no el Mesías que iba a venir, los creyentes judíos creyeron ciegamente y los acompañaron, y cuando los fariseos y el gobierno romano se coludieron para clavar al Señor Jesús a la cruz, los creyentes judíos gritaban que debía ser crucificado. Al final, siguieron a los líderes religiosos y al gobierno romano en su maldad y se convirtieron en personas que se resistieron a Dios, perdiéndose para siempre la salvación del Señor. Esto cumple lo que está escrito en la Biblia: “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” (Oseas 4:6). “[...] pero los necios mueren por falta de entendimiento” (Proverbios 10:21). Entonces, ¿queremos ahora seguir los pasos del pueblo judío? Cuando investigamos el camino verdadero, debemos aprender de su fracaso y prestar atención a la voz de Dios como el Señor nos lo indicó. De esta manera, nunca podemos estar equivocados al dar la bienvenida al Señor. Mientras pueda estar seguro de que lo que dicha forma expresa es la verdad y la voz de Dios, debe obedecer y seguirla. Solo esta es la forma correcta de investigar la verdadera forma.

A partir de ahora, en todo el mundo, solo la Iglesia de Dios Todopoderoso testifica abiertamente que el Señor Jesús ha regresado. Dios Todopoderoso ha expresado millones de palabras de verdad y está haciendo una etapa de la obra de juicio comenzando por la casa de Dios sobre la base de la obra de redención del Señor Jesús y ha dirigido a las personas hacia el camino de la purificación de sus pecados. Dios Todopoderoso ha revelado todos los misterios de la obra que Dios ha hecho desde la creación del mundo para la humanidad. Él revela el misterio del plan de gestión de Dios de 6,000 años, el misterio de las encarnaciones, el misterio de los nombres de Dios, la historia interna de sus tres etapas de obra, cómo Dios lleva a cabo la obra del juicio en los últimos días, la importancia de Su obra del juicio y los resultados que se lograrán, cómo Dios hará a los vencedores y cómo se realizará el reino de Dios en la tierra. También ha profetizado la belleza del Reino del Milenio y le ha dado a la humanidad el camino para lograr un cambio de carácter y purificarse en su fe. Además, Dios Todopoderoso ha revelado las raíces de nuestro pecado y oposición a Dios, y ha expuesto muy incisivamente los caracteres satánicos dentro de nosotros, como la arrogancia, el egoísmo y el desprecio. Esto permite a las personas reconocer que su propia naturaleza es la naturaleza de Satanás y ver que todo lo que viven es a la semejanza de Satanás, el diablo. Esto provoca el arrepentimiento verdadero y la voluntad de aceptar el juicio y el castigo de Dios, vivir de acuerdo con la palabra de Dios y deshacerse gradualmente de las ataduras y las limitaciones de un carácter satánico corrupto. Así es como se puede resolver fundamentalmente el problema de la naturaleza pecaminosa de la humanidad. Todas las verdades acerca de la obra de Dios y el reino de Dios, con respecto a la salvación y la purificación, nos las ha traído Dios Todopoderoso. Son las verdades de las que habló el Señor Jesús en la Era de la Gracia, que no nos fueron dadas entonces. Esto cumple completamente las profecías del Señor Jesús: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir” (Juan 16:12-13). “Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo; porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final” (Juan 12:47-48). “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17:17).

La mayoría de las palabras pronunciadas por Dios Todopoderoso han sido recopiladas en el libro “La Palabra manifestada en carne” Este libro ha sido traducido a más de 20 idiomas y ha sido publicado en línea para que personas de todo el mundo puedan buscar e investigar. Muchos que anhelan la aparición del Señor han regresado al nombre de Dios Todopoderoso. Aquellos que han regresado a Dios Todopoderoso, al igual que aquellos que siguieron al Señor Jesús, todos le dan importancia a escuchar la voz de Dios, no a las evaluaciones de los pastores y ancianos del mundo religioso o las del gobierno del PCCh. Al leer la palabra de Dios Todopoderoso, han reconocido que esta es la voz de Dios y es la verdad. Posee poder y autoridad, puede revelar los misterios de la verdad y puede limpiar y transformar a las personas. Están seguros en sus corazones de que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor y han aceptado la obra de Dios Todopoderoso. Por lo tanto, después de que estén seguros del camino verdadero, no importa cuántos rumores puedan haber en el mundo exterior, qué persecución u obstrucciones puedan enfrentar, siguen a Dios inquebrantablemente hasta el final y finalmente dan un rotundo testimonio de Dios. Algunas personas ya han sido hechas vencedoras por Dios. Son las vírgenes prudentes que han acogido al Señor antes de los desastres. Ahora que la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días está llegando a su fin, nuestra tarea urgente es escuchar la voz de Dios para recibir el regreso del Señor, solo esto es ser una virgen prudente. Dios Todopoderoso nos advierte: “Insto a las personas de todas las naciones, de todos los países e incluso de todas las industrias a escuchar la voz de Dios, contemplar Su obra y prestar atención al destino de la humanidad, para hacer que Dios sea el más santo, el más honorable, el superior y el único objeto de adoración entre la humanidad, y permitir así a toda la humanidad vivir bajo la bendición de Dios, así como los descendientes de Abraham vivieron bajo la promesa de Jehová, y como Adán y Eva, a quienes Dios creó primero, vivieron en el jardín del Edén”. “La obra de Dios avanza como una poderosa ola. Nadie puede demorarlo ni detener Su marcha. Solo aquellos que escuchan Sus palabras con atención y lo buscan y tienen sed de Él pueden seguir Sus huellas y recibir Su promesa. Aquellos que no, sufrirán un desastre abrumador y un castigo bien merecido”.

Los desastres ocurren constantemente en todo el mundo y los grandes desastres son inminentes. Si no nos enfocamos en escuchar la voz de Dios para recibir al Señor, y en lugar de eso rechazamos y condenamos la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, finalmente seremos rechazados y eliminados por Dios, llorando y rechinando nuestros dientes en los grandes desastres. Esto es lo que hay por investigar el camino verdadero sin escuchar la voz de Dios, enfocándose solo en las palabras del hombre y Satanás. Con esto en mente, ¿quieres ser una virgen prudente que escucha la voz de Dios, o quieres seguir los pasos del ignorante y terco pueblo judío? Este es un asunto de elección personal.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Jesús en la cruz


Versículos de la Biblia:

Marcos 15:29-32

29 Y los que pasaban le denostaban, meneando sus cabezas, y diciendo: ­Ah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo edificas,

30 Sálvate á ti mismo, y desciende de la cruz.

31 Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos á otros, con los escribas: A otros salvó, á sí mismo no se puede salvar.

32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le denostaban.

Lucas 23:39-43

39 Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate á ti mismo y á nosotros.

40 Y respondiendo el otro, reprendióle, diciendo: ¿Ni aun tú temes á Dios, estando en la misma condenación?

41 Y nosotros, á la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos: mas éste ningún mal hizo.

42 Y dijo á Jesús: Acuérdate de mí cuando vinieres á tu reino.

43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso.

Juan 19:25-29

25 Y estaban junto á la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.

26 Y como vió Jesús á la madre, y al discípulo que él amaba, que estaba presente, dice á su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

27 Después dice al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió consigo.

28 Después de esto, sabiendo Jesús que todas las cosas eran ya cumplidas, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Sed tengo.

29 Y estaba allí un vaso lleno de vinagre: entonces ellos hinchieron una esponja de vinagre, y rodeada á un hisopo, se la llegaron á la boca.

Queridos hermanos y hermanas, la paz en el Señor, “Historias bíblicas” es familiar para todos los cristianos, pero cada historia contiene los misterios que no conocemos. “Estudios bíblicos profundos” Te ofrece más contenidos. ¡Léelo por favor!


Versículos de la gran tribulación | Profecía bíblica sobre la Gran Tribulación

¿Qué sucederá durante y después de la gran tribulación? Aquí seleccionamos versículos sobre la gran tribulación para resolver sus dudas.

Eventos durante la gran tribulación

Destrucción de la religión falsa

“Y uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, vino y habló conmigo, diciendo: Ven; te mostraré el juicio de la gran ramera que está sentada sobre muchas aguas;” (Apocalipsis 17:1)

“y sobre su frente había un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.” (Apocalipsis 17:5)

“Y me llevó en el Espíritu a un desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres blasfemos, y que tenía siete cabezas y diez cuernos.” (Apocalipsis 17:3)

“Y me dijo: Las aguas que viste donde se sienta la ramera, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas. Y los diez cuernos que viste y la bestia, éstos odiarán a la ramera y la dejarán desolada y desnuda, y comerán sus carnes y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar su propósito: que tengan ellos un propósito unánime, y den su reino a la bestia hasta que las palabras de Dios se cumplan. Y la mujer que viste es la gran ciudad, que reina sobre los reyes de la tierra.” (Apocalipsis 17:15-18)

Ataque a la verdadera religión

“ Hijo del hombre, pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe de la cabecera de Mesech y Tubal, y profetiza sobre él.” (Ezequiel 38:1-2)

“Y subirás tú, vendrás como tempestad; como nublado para cubrir la tierra serás tú, y todas tus compañías, y muchos pueblos contigo. Así ha dicho el Señor Jehová: Y será en aquel día, que subirán palabras en tu corazón, y concebirás mal pensamiento; Y dirás: Subiré contra tierra de aldeas, iré á gentes reposadas, y que habitan confiadamente: todos ellos habitan sin muros, no tienen cerrojos ni puertas: Para arrebatar despojos y para tomar presa; para tornar tu mano sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido de las gentes, que se hace de ganados y posesiones, que mora en el ombligo de la tierra.” (Ezequiel 38:9-12)

“Y será en aquel tiempo, cuando vendrá Gog contra la tierra de Israel, dijo el Señor Jehová, que subirá mi ira en mi enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la tierra de Israel; Que los peces de la mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo, y toda serpiente que anda arrastrando sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la haz de la tierra, temblarán á mi presencia; y se arruinarán los montes, y los vallados caerán, y todo muro caerá á tierra. Y en todos mis montes llamaré contra él espada, dice el Señor Jehová: la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré con él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, y sobre sus compañías, y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido en ojos de muchas gentes; y sabrán que yo soy Jehová.” (Ezequiel 38:18-23)

Persecución religiosa

“Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros.” (Juan 15:18)

“Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.” (Juan 17:14)

“Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5:10)

Juicio de los habitantes de la tierra - Las ovejas y las cabras

“Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos á la izquierda. Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis; Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis á mí.” (Mateo 25:31-36)

Reunión de los gobernantes del Reino

“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.”(Mateo 24:31)

“El que venciere, poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”(Apocalipsis 21:7)

“Y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación á nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero.” (Apocalipsis 7:10)

Armagedón

“Porque son espíritus de demonios, que hacen señales, para ir á los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.” (Apocalipsis 16:14)

“Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.”(Apocalipsis 16:16)

“Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fué presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales había engañado á los que tomaron la señal de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo en azufre. Y los otros fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves fueron hartas de las carnes de ellos.” (Apocalipsis 19:19-21)

Eventos después de la gran tribulación

Satanás y los demonios serán atados

“Y VI un ángel descender del cielo, que tenía la llave del abismo, y una grande cadena en su mano. Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años; Y arrojólo al abismo, y le encerró, y selló sobre él, porque no engañe más á las naciones, hasta que mil años sean cumplidos: y después de esto es necesario que sea desatado un poco de tiempo.” (Apocalipsis 20:1-3)

“Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión” (Apocalipsis 20:7)

Comienza el Reino del Milenio

“Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” (Apocalipsis 5:9-10)

“ Después de estas cosas miré, y he aquí una gran compañía, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos.” (Apocalipsis 7:9)

“Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.” (Apocalipsis 7:14)

“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fué dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni á su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Mas los otros muertos no tornaron á vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (Apocalipsis 20:4-6)

“Estos son los que con mujeres no fueron contaminados; porque son vírgenes. Estos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere. Estos fueron comprados de entre los hombres por primicias para Dios y para el Cordero.” (Apocalipsis 14:4)

“Porque los malignos serán talados, Mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí á poco no será el malo: Y contemplarás sobre su lugar, y no parecerá. Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.” (Salmos 37:9-11)

Satanás será lanzado al lago de fuego

“Cuando los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlas para la batalla; el número de ellas es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.” (Apocalipsis 20:7-9)

“Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” (Apocalipsis 20:10)

Nuevo Cielo y Nueva Tierra No Hay Más Muerte

“Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una tierra nueva, y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria.” (Isaías 65:17)

“Pero gozaos y regocijaos para siempre en lo que yo voy a crear;

porque he aquí, voy a crear a Jerusalén para regocijo, y a su pueblo para júbilo.Me regocijaré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo;

no se oirá más en ella voz de lloro ni voz de clamor.” (Isaías 65:18-19)

“Construirán casas y las habitarán,

plantarán también viñas y comerán su fruto.

No edificarán para que otro habite,

ni plantarán para que otro coma;

porque como los días de un árbol, así serán los días de mi pueblo,

y mis escogidos disfrutarán de[a] la obra de sus manos.” (Isaías 65:21-22)

“Y VI un cielo nuevo, y una tierra nueva: porque el primer cielo y la primera tierra se fueron, y el mar ya no es. Y yo Juan vi la santa ciudad, Jerusalem nueva, que descendía del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque las primeras cosas son pasadas. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.” (Apocalipsis 21:1-5)

“El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.”(Apocalipsis 21:7)

Leer más sobre Versículos bíblicos: Mateo 24:36

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.


23 versículos de la biblia sobre el matrimonio

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Estudios bíblicos: 23 versículos de la biblia sobre el matrimonio

Versículos bíblicos para fortalecer su matrimonio; todos esperan tener un matrimonio feliz. Pero debido a diferentes estilos de vida, intereses, personalidades y puntos de vista o algunos asuntos familiares insignificantes, los conflictos aparecen y los cónyuges pueden incluso sospechar y pelear entre sí, lo que pondría a su familia en guerra y a su matrimonio en un callejón sin salida. Entonces, ¿qué podemos hacer para manejar nuestro matrimonio? Aquí me gustaría compartir con ustedes 23 versículos bíblicos para ayudarlos a tratar correctamente su matrimonio y vivir una vida pacífica con su cónyuge.

Reconocer que el matrimonio está predestinado por el Creador

Marcos 10:8

y los dos seran una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne.

Colosenses 3:18

Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.

¿Quién será nuestro cónyuge? Esto no puede ser decidido por nosotros mismos, sino que es controlado y predestinado por el Creador. Así como dice la palabra de Dios: “Un matrimonio no es el producto de las familias de ambos miembros, las circunstancias en las que crecieron, sus aspectos, sus edades, sus cualidades, sus talentos ni cualquier otro factor; más bien, surge de una misión compartida y un destino relacionado. Este es el origen del matrimonio, un producto del destino humano orquestado y organizado por el Creador”. El matrimonio que Dios arregla para nosotros es el mejor y más adecuado. Por lo tanto, un esposo y una esposa deben entender, respetar y cuidarse mutuamente, obedecer la soberanía y los arreglos de Dios, llevar las obligaciones y responsabilidades del otro en el matrimonio juntos y cumplir la misión que Dios nos ha confiado con una sola mente. Esta es la voluntad de Dios. A continuación, se muestran algunos versículos bíblicos que debemos entender.

Perdonar y guiar a otros a la senda de creer y adorar a Dios

Mateo 6:14

Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.

Lucas 5:32

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Después de que fuéramos corrompidos por Satanás, a menudo revelamos el carácter satánico corrupto, egoísta y despreciable y no podemos llevarnos bien con nuestro cónyuge, lo que daña nuestro matrimonio. Solo Dios puede salvarnos de el carácter corrupto y satánico. Por lo tanto, debemos guiar a nuestro cónyuge para creer y adorar a Dios. Cuando revelemos corrupciones, podemos orar a Dios para arrepentirnos con nuestro cónyuge, perdonar y renunciar a los errores de nuestro cónyuge, de acuerdo con las exigencias de Dios. Solo así podemos tener un matrimonio feliz.

Ser leal en el matrimonio

Génesis 2:24

Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

1 Pedro 3:7

Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.

1 Corintios 7:2

No obstante, por razón de las inmoralidades, que cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.

Hebreos 13:4

Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios.

En esta sociedad materialista y centrada en el dinero, debido a la influencia de las malas tendencias, los esposos que tienen relaciones fuera del matrimonio, las mujeres jóvenes que se divierten con los ricos, los hombres que mantienen a las amantes, y más aún se han convertido en un fenómeno social general. La lealtad de los cónyuges al matrimonio enfrenta un desafío extremo. En tal ambiente, ¿cómo podemos ser leales al matrimonio? Primero, debemos ver a través del matrimonio que está predestinado por Dios. Ser desleal al matrimonio es una forma maligna de comportamiento que viola los principios morales y es odiado por Dios. Además, “como el cielo vigila lo que haces”. Así que debemos tener un corazón temeroso de Dios, aceptar la observación de Dios en todo, orar más a Dios por Su protección y practicar para vivir a menudo delante de Dios. Sólo así podremos vencer a Satanás y dar testimonio al encontrarse con las tentaciones de Satanás.

Dejar a un lado las sospechas

Amós 3:3

¿Andan dos hombres juntos si no se han puesto de acuerdo?

Salmos 85:10

La misericordia y la verdad se han encontrado, la justicia y la paz se han besado.

1 Juan 3:18

Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

1 Pedro 3:8

En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde;

Sin el verdadero amor, los cónyuges sospecharán y se protegerán entre sí, y no podrán ser una sola mente, lo que hará que los cónyuges se distancien entre ellos e incluso llevarán su matrimonio hacia el final. En realidad, sospechar de otros a menudo no es la semejanza que una persona normal debe tener, pero una persona de mente estrecha y engañosa lo hace. Esas personas viven una vida muy miserable. A Dios le gustan las personas honestas que no sospechan de otras. Así que necesitamos ser honestos en el matrimonio. Al encontrar algunas cosas que no podemos ver o entender, debemos orar y buscar más a Dios y suplicarle que nos guíe. Al mismo tiempo, debemos abrir nuestro corazón y hablar con la verdad en nuestro corazón a nuestro cónyuge para comprendernos mutuamente. De esa manera, las sospechas no lastimaran el afecto matrimonial.

Los esposos deben mostrar consideración y respeto entre sí cuando hallan conflictos

Lucas 6:41

¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?

1 Juan 4:7

Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.

Mateo 11:29

Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas.

Efesios 4:29

No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.

Efesios 5:33

En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.

Los conflictos son inevitables en la vida matrimonial. Culpar y quejarse uno del otro no va a resolver ningún problema. Los esposos cristianos no sólo pueden mirar las deficiencias del otro, sino que deben reflexionar sobre nosotros mismos según las exigencias de Dios, aprender a comprender, mostrar consideración y respeto el uno por el otro. De esta manera los cónyuges pueden amarse mutuamente en lugar de dañar la relación.

Apoyarse uno al otro en tiempos de debilidad

Génesis 2:18

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él.

Eclesiastés 4:9-12

Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se calentará? Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.

Proverbios 18:22

El que halló esposa halló el bien, Y alcanzó la benevolencia de Jehová.

Efesios 4:2

con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor,

En nuestra vida cotidiana, algunas cosas malas pasan y nos hacen débiles y negativos. En este momento, los cónyuges deben ayudarse y alentarse mutuamente y confiar en Dios para superar estas dificultades juntos, para que podamos librarnos pronto de la negatividad y de la debilidad. Esto es amarse y respetarse mutuamente y es la semejanza que los cristianos deben tener.

Confía en Dios en todo momento

Zacarías 4:6

Entonces respondió y hablóme, diciendo: Esta es palabra de Jehová á Zorobabel, en que se dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Josué 1:9

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios será contigo en donde quiera que fueres.

La Biblia indica: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). En este mundo oscuro y malvado, los peligros y las tentaciones vienen sobre nosotros en cualquier momento. Sin el cuidado y la protección de Dios, seremos fácilmente devorados por Satanás. Así que, dondequiera y cuando sea, debemos confiar en Dios y a menudo vivir en presencia de Dios. Sólo por ser cuidados y protegidos por Dios podemos distanciarnos de las diversas tentaciones de Satanás. Que los versículos bíblicos a continuación nos recuerden: Dios está a nuestro lado y es nuestra ayuda siempre presente.

(Traducido del original en inglés al español por Xinia Arias Quirós)

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