Respuesta: Es una pregunta importante. Él hombre debe conocer la obra de Dios y Su esencia si quiere conocer a Dios mismo. Si somos incapaces de distinguir la obra de Dios del trabajo del hombre, y si no vemos la diferencia entre el hombre utilizado por Dios y Dios encarnado, seremos muy proclives a considerar al hombre que admiramos como el hombre que es utilizado por Dios, y a considerar el trabajo del hombre como la obra hecha por Dios. Nosotros seguimos al hombre, pero creemos que estamos siguiendo a Dios. Al mismo tiempo, no nos damos cuenta de que nos estamos alejando de Él, de El y ofendemos a su carácter. Durante más de dos mil años nadie pudo ver claramente la diferencia entre la obra y la esencia de Dios encarnado y el hombre que Dios utilizó. Cuando los últimos días lleguen, Dios Todopoderoso vendrá a explicarlo. Vamos a leer algo de la palabra de Dios sobre a la diferencia entre la obra hecha por Dios encarnado y la del hombre utilizado por Dios.
Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios mismo involucra la obra de toda la humanidad y también representa la obra de toda la era, lo que significa que la propia obra de Dios representa toda la dinámica y la tendencia de la obra del Espíritu Santo, mientras que la obra de los apóstoles viene después de la propia obra de Dios y la continúa, y no lidera la era ni tampoco representa las tendencias de la obra del Espíritu Santo en una era completa. Ellos solo hacen la obra que el hombre debe hacer, que nada tiene que ver con la obra de gestión. La obra que hace Dios mismo es un proyecto dentro de la obra de gestión. La obra del hombre es solo el deber que cumplen las personas que están siendo usadas y no tiene relación con la obra de gestión” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“La obra de Dios encarnado da inicio a una nueva era y los que continúan Su obra son los que Él usa. Toda la obra hecha por el hombre está dentro del ministerio de Dios en la carne y no puede ir más allá de esta esfera. Si Dios encarnado no hubiese venido a hacer Su obra, el hombre no sería capaz de dar fin a la era antigua y no sería capaz de dar inicio a la nueva era” (‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“El Dios encarnado es esencialmente diferente de las personas usadas por Dios. El Dios encarnado puede hacer la obra de la divinidad, mientras que las personas usadas por Dios no pueden. Al principio de cada era, el Espíritu de Dios habla personalmente e inicia la nueva era para llevar al hombre a un nuevo comienzo. Cuando Él ha terminado de hablar, esto significa que la obra de Dios dentro de Su divinidad está completa. A partir de entonces, todas las personas siguen la guía de aquellos usados por Dios para entrar en su experiencia de vida” (‘La diferencia esencial entre el Dios encarnado y las personas usadas por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“Todo lo que Dios expresa es lo que Él mismo es, y esto está fuera del alcance del hombre; es decir, está fuera del alcance de su pensamiento. Él expresa Su obra de liderar a toda la humanidad, y esto no tiene relación con los detalles de la experiencia humana, pero sí tiene que ver con Su propia gestión. Lo que el hombre expresa es su experiencia, mientras que Dios expresa Su ser, que es Su carácter inherente fuera del alcance del hombre. La experiencia del hombre es su perspectiva y el conocimiento que adquiere basándose en la expresión que Dios hace de Su ser. Tal perspectiva y conocimiento se llaman el ser del hombre, y la base de su expresión es el carácter inherente del hombre y su calibre; por este motivo también se le llama el ser del hombre. […] Las palabras que habló Dios encarnado son expresión directa del Espíritu, y expresan la obra que ha hecho el Espíritu, que la carne no ha experimentado ni visto, pero aun así expresa Su ser, porque la esencia de la carne es el Espíritu, y Él expresa la obra del Espíritu” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“La obra de las personas que son utilizadas también es la obra del Espíritu Santo. Aun así, la obra de Dios es la expresión completa del Espíritu Santo, que es absolutamente verdadera, mientras que la obra de las personas que están siendo usadas se mezcla con muchas cosas humanas y no es expresión directa del Espíritu Santo, mucho menos Su expresión completa” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“La obra del hombre representa su experiencia y su humanidad. Lo que el hombre ofrece y la obra que hace lo representan a él. La perspectiva del hombre, el razonamiento del hombre, su lógica y su rica imaginación, todo se incluye en su obra. En particular, la experiencia del hombre puede representar su obra, y las experiencias de una persona se convierten en los componentes de su obra. La obra del hombre puede expresar su experiencia” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“La obra que hace Dios no es representativa de la experiencia de Su carne; la obra que el hombre hace es representativa de la experiencia del hombre. Todos hablan de su experiencia personal. Dios puede expresar directamente la verdad mientras que el hombre sólo puede expresar la experiencia que corresponde a haber experimentado de la verdad. La obra de Dios no tiene reglas y no está limitada por el tiempo o los límites geográficos. Puede expresar lo que Él es en cualquier momento, en cualquier lugar. Obra como le place. La obra del hombre tiene condiciones y contexto; sin ello, sería incapaz de obrar y es incapaz de expresar su conocimiento de Dios o su experiencia de la verdad. Solo tienes que comparar las diferencias que hay entre ellas para saber si es la propia obra de Dios o la obra del hombre” (‘La obra de Dios y la obra del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).
A partir de estas palabras, entendemos que tanto la obra de Dios encarnado como el trabajo de la gente utilizada por Dios son aparentemente el trabajo y la palabra del hombre, pero que sigue habiendo diferencias sustanciales en su trabajo. En apariencia, el Dios encarnado es un hombre normal y ordinario, pero Él es la carne que lleva el Espíritu de Dios y Su esencia es divina, por lo que Él puede expresar directamente la verdad y expresar el carácter justo de Dios y lo que Dios tiene y es. Él puede revelar el misterio del plan de gestión de Dios, iniciar una nueva era y finalizar la vieja era. Toda la humanidad está avanzando con la obra que Dios realiza. Con la obra de Dios viene una nueva era y la vieja finaliza, y toda la humanidad avanza hacia esa nueva era. Esto es prueba suficiente de que la obra de Dios encarnado guía la era entera para avanzar. Sin embargo, el trabajo del hombre no puede iniciar una nueva era ni terminar la vieja. Además, otra diferencia sustancial es que la obra de Dios encarnado y Su palabra son expresiones de divinidad, que no se mezclan con el pensamiento, la lógica y el razonamiento humanos. Este es el significado original del Espíritu de Dios, que no está mezclado con la voluntad humana. Las palabras que Dios encarnado ha expresado son la verdad, con poder y autoridad, de modo que puedan ser la vida del hombre y cambiar su carácter. Pueden purificarle, perfeccionarle y salvarle. Finalmente, el hombre puede ser llevado a buen destino. Las personas utilizadas por Dios, sin embargo, son humanas y no Dios encarnado, por lo que no pueden iniciar una nueva era ni terminar una vieja, ni pueden conducir al hombre en la dirección de una nueva era. Su trabajo no está relacionado con la gestión de Dios. En cambio, colaboran con la humanidad según la obra de Dios y compartir su experiencia. Esta experiencia y el conocimiento representan lo que el hombre tiene y es, con la fantasía, la lógica, el razonamiento con la fantasía, la lógica, el razonamiento, las lecciones del hombre, etc. Aunque la mayoría concuerdan con la verdad y puede suminstrar y apoyar al hombre. no son la verdad y no pueden ser la vida del hombre. Solo si el trabajo del hombre colabora con la obra de Dios puede dar como resultado la purificación, la salvación y el perfeccionamiento del hombre. Esta es la diferencia entre la obra de Dios encarnado y la del hombre que es utilizado por Dios.
Esto tendrá sentido cuando nos fijemos en la obra de Dios y en la del hombre. Cuando el Señor Jesús vino a hacer Su obra, Él dijo que el reino de los cielos estaba cerca y el hombre debía arrepentirse. Él hizo una etapa de la obra para redimirnos cuando inició la Era de la Gracia y finalizó la Era de la Ley. Así pues, la nueva era del hombre comenzó con la Era de la Gracia. Él Señor Jesús expresó Su carácter de misericordia y amor para que el hombre pudiera ser redimido a través de la ofrenda por el pecado. Entonces el hombre ya no era maldito ni estaba condenado, sino que era apto para venir ante Dios a orar y clamar ante Él, y para disfrutar de la verdad y la gracia concedidas a él por Dios. Cuando Jesús terminó Su obra y ascendió al cielo, Sus apóstoles continuaron la labor de suministrar y servir al hombre según la obra y las palabras de Jesús. Compatieron su experiencia y conocimiento de la palabra de Dios con el fin de guiara los elegidos a practicar la palabra del Señor y difundir Su salvación; fundaron iglesias y servieron a los creyentes. Colaboraron con la obra de Dios según la palabra del Señor Jesús. Hicieron lo que Él les había enseñado, que era cumplir con el deber del hombre. Las cartas que escribieron y lo que decían nos relataron sus conocimientos y experiencias acerca de la palabra y la obra del Señor Jesús. Sin duda estaban en consonancia con la verdad y “sin embargo” todavía no eran consideradas como la obra y a la palabra del Señor. Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, llega para comenzar la Era del Reino y terminar la Era de la Gracia. La Era del Reino comienza con la obra de Dios Todopoderoso “como sabemos”. Dios Todopoderoso ha llevado a cabo la obra del inicio del juicio por la casa de Dios. Él ha revelado todos los misterios del plan de gestión de Dios a seis mil años, ha expresado toda la verdad de la purificación y la salvación de la humanidad, ha revelado Su esencia sagrada y justa a la humanidad, así como Su majestad, Su ira y Su carácter que no admite ofensa, con el fin de liberar al hombre de su carácter pervertido y de la influencia de Satanás y acabar llevando al hombre a su hermoso destino. La obra de Dios Todopoderoso culmina el plan de gestión de Dios y finalizará por completo la vieja era. Toda Su palabra se cumplirá y verificará y, al final, toda la humanidad reconocerá que Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero y verá cómo se cumple la palabra de Dios Todopoderoso y finaliza a la vieja era. Después de que Dios Todopoderoso haya hecho un grupo de vencedores, caerán todo tipo de desastres, y la humanidad pasará por desastres y adversidades y, entonces, Dios descenderá del cielo en una nube y se aparecerá a la gente de todas las naciones. Esto es suficiente para demostrar que la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días es comenzar y terminar una era. El trabajo del hombre utilizado por Dios se basa en tanto en la obra como en la palabra de Dios Todopoderoso, para que Él pueda compartir Su conocimiento de ellos y, de esta manera, pueda pastorear al pueblo escogido de Dios, guiarlo a través de la búsqueda de la verdad, y adentrarle en la realidad de la palabra de Dios. Él puede llevarlos a testimoniar públicamente el evangelio de la venida del reino. ante todo el mundo y toda la humanidad. Él hombre utilizado por Dios sólo colabora con la obra de Dios y cumple con su deber según la obra de Dios. Así es cómo la obra de Dios encarnado se diferencia fundamentalmente del trabajo del hombre utilizado por Dios. Cada uno de ellos tiene una esencia específica que lo determina.
La diferencia entre el trabajo del hombre utilizado por Dios y la obra de Dios encarnado. Creo que todos lo tenemos claro. Además, hay otra diferencia entre ellos, la diferencia esencial entre Dios encarnado y el hombre utilizado por Dios. Vamos a leer la palabra de Dios Todopoderoso y veamos qué podemos aprender acerca de los dos.
“El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne vestida con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso; Él es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne, mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo” (‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“Al ser un hombre con la esencia de Dios, Él está por encima de todos los humanos creados y de cualquier hombre que pueda desarrollar la obra de Dios. Por tanto, entre todos los que tienen un caparazón humano como el suyo, entre todos los que poseen humanidad, solo Él es el Dios mismo encarnado, todos los demás son humanos creados. Aunque todos poseen humanidad, los humanos creados no tienen más que humanidad, mientras que Dios encarnado es diferente. En Su carne, no sólo tiene humanidad sino que, más importante aún, también tiene divinidad” (‘La esencia de la carne habitada por Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“La divinidad de Cristo está por encima de todos los hombres; por lo tanto, Él es la autoridad suprema de todos los seres creados. Esta autoridad es Su divinidad, es decir, el carácter y el ser de Dios mismo, que determina Su identidad” (‘La esencia de Cristo es la obediencia a la voluntad del Padre celestial’ en “La Palabra manifestada en carne”).
“Como Dios es santo y puro, y real y verdadero, Su carne procede del Espíritu. Esto es definitivo e incontrovertible. No sólo ser capaz de dar testimonio de Dios mismo, sino también ser capaz de dedicarse por completo a hacer la voluntad de Dios: esto representa un aspecto de la esencia de Dios. Que la carne proceda del Espíritu con una imagen significa que la carne con la que el Espíritu se viste es, esencialmente, diferente a la carne de los seres humanos, y esta diferencia radica, principalmente, en su espíritu” (‘Capítulo 9’ de Interpretaciones de los misterios de las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”).
“Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, manifestará la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. […]
[…] A final de cuentas, Dios es Dios, y el hombre es el hombre. Dios tiene la esencia de Dios y el hombre la del hombre” (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Dios Todopoderoso ha dejado muy claro que Dios encarnado es el Espíritu de Dios hecho carne. Aunque Él tiene humanidad normal, Su esencia es la divinidad. No obstante, la esencia del hombre utilizado por Dios es humana. Eso es todo lo que es. No tiene ni un poquito de esencia divina. Que Cristo tenga esencia divina significa que lo que posee el Espíritu de Dios: Su carácter innato, Su justa y santa esencia, lo que Dios tiene y es, Su omnipotencia y Su sabiduría, así como Su autoridad y poder se materializan en la carne. Esta carne es la que tiene la esencia divina, es el Dios real que ha venido a la tierra para obrar y salvar a la humanidad. Porque Cristo tiene la esencia divina, Su estado emocional, Sus actitudes, puntos de vista y opiniones sobre distintas personas, hechos y cosas, y Sus pensamientos todos son la verdad y la expresión de Su carácter de vida junto con Su esencia sagrada. Cristo puede representar totalmente a Dios, puede expresar directamente la voz de Dios, Su carácter y lo que Él tiene y es a través de Su identidad. Él puede otorgar al hombre la verdad, el camino y la vida, y esto es inalcanzable para cualquier ser humano creado. Como Cristo tiene plena divinidad, Él puede expresar directamente la palabra de Dios en cualquier momento o lugar, en vez de transmitirla como los profetas que solo expresan unas pocas palabras de Dios cada tanto. Cristo sólo expresa la verdad y la obra de Dios en la nueva era. Él no habla sobre Su conocimiento y experiencia de las palabras de Dios. Porque Cristo tiene plena divinidad, Él puede expresar la verdad en cualquier momento y lugar para abastecer, regar, pastorear y conducir a toda la humanidad. Y como Cristo tiene plena divinidad, Él puede asumir la obra de Dios. Puede conducir a la humanidad y redimirla; puede conquistarla y salvarla y poner fin a toda la era anterior. Pero los hombres utilizados por Dios tienen esencia humana. No poseen ninguna divinidad, sólo humanidad, por lo que sólo pueden hacer el trabajo del hombre y cumplir con el deber del hombre. Aunque tienen el esclarecimiento, la iluminación, la obra y la perfección del Espíritu Santo, en el mejor de los casos sólo pueden ayudar en la obra de Dios y expresar su conocimiento y experiencia. Sus palabras podrían concordar con la verdad y beneficiar a los demás la mayor parte del tiempo, pero no son la verdad ni son equiparables con la palabra de Dios. Lo que hace Dios encarnado es iniciar y concluir una era. Él puede expresar directamente la verdad y conducir a toda la humanidad. Pero los hombres utilizados por Dios o los que tienen la obra del Espíritu Santo, en el mejor de los casos sólo están colaborando en la obra de Dios y cumpliendo con el deber del hombre. Lo que expresan es simplemente su propio conocimiento y experiencia de la palabra de Dios, y lo que dicen concuerda con la verdad. Independientemente de cuánto tiempo hayan trabajado para Dios y cuánto hayan hablado, ellos sólo comparten la experiencia y el conocimiento de la palabra de Dios. Solo exaltan y dan testimonio de Dios. Esta es la diferencia fundamental entre Dios encarnado y los hombres utilizados por Dios o aquellos que tienen la obra del Espíritu Santo.
Dios encarnado tiene la esencia divina. Entonces, Su palabra y Su obra no están contaminadas por los pensamientos, las nociones, la imaginación y la lógica del hombre, y Él expresa directamente todo lo que la divinidad tiene y es y el significado original del espíritu de Dios. Al igual que en la Era de la Gracia, el Señor Jesús reveló los misterios del reino de los cielos, trajo el camino del arrepentimiento y manifestó Su carácter de amor y misericordia, etcétera. Todo esto son las expresiones directas del Espíritu de Dios, son todas revelaciones naturales de Su carácter y todo lo que Él tiene y es. Todo esto está fuera del alcance del pensamiento humano. En los últimos días, Dios Todopoderoso expresa toda la verdad para purificar, salvar y perfeccionar al hombre. Él muestra el carácter santo y justo de Dios que no tolera ninguna ofensa, y revela todos los misterios de Su plan de gestión, como el misterio de Su encarnación, la diferencia entre la obra de Dios y del hombre, el propósito del plan de gestión de Dios, la realidad de las tres etapas de la obra de Dios, la fuente de la corrupción del hombre, cómo este debe liberarse del pecado para alcanzar la salvación de Dios, el futuro destino de la humanidad, etcétera. Todo lo que hace Dios Todopoderoso es la expresión directa de la divinidad y el significado original del Espíritu de Dios, lo que no puede imaginar la mente del hombre. La obra y la palabra de Dios encarnado y su carácter expreso son suficientes para demostrar que la esencia de Dios encarnado es la esencia divina y que Él no es otro que el propio Dios, el Único. Sin embargo, los hombres usados por Dios no pueden reemplazarlo para hacer Su obra divina, ni pueden expresar directamente el significado original de Su espíritu. Sólo pueden hacer la obra humana de cooperar sobre la base de la obra de Dios, compartir su conocimiento y experiencia, guiar al pueblo escogido de Dios para que entre en la realidad de la verdad de las palabras de Dios, dando testimonio y sirviéndole, como es el deber del hombre. Hacen la obra alcanzable por la mente del hombre, la obra que el hombre puede experimentar, la obra que es esencialmente lo que el hombre tiene y es. Como Dios encarnado y los hombres que Él utiliza son diferentes en esencia, la naturaleza de sus trabajos es completamente diferente. La diferencia fundamental entre los hombres utilizados por Dios y Dios encarnado es la diferencia misma entre Dios y el hombre. Uno tiene la esencia de Dios, mientras que el otro tiene la esencia del hombre. Sólo el que tiene esencia divina puede hacer la obra de Dios, mientras que los de esencia humana sólo pueden hacer el trabajo del hombre. Esto es algo que todos los creyentes en Dios deben entender.
Ahora entendemos cómo la obra de Dios y el trabajo del hombre son tan diferentes, así como el modo en que Dios encarnado se diferencia substancialmente del hombre utilizado por Dios. Pero hay más. Nosotros todavía debemos determinar la diferencia entre el trabajo de los hombres utilizados por Dios y el trabajo de los líderes religiosos y otras figuras importantes. Esto también es muy importante. Si no sabemos distinguir la obra de Dios de la del hombre, ni tampoco a los hombres que utiliza Dios de esos fariseos hipócritas, seremos proclives a adorar y seguir a los hombres ¡y nos desviaremos fácilmente del camino verdadero! Será como cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra y el pueblo judío elegido por Dios siguió a los fariseos hipócritas y lo rechazó. En los últimos días, Dios Todopoderoso lleva a cabo la obra de juicio. En el mundo religioso, los pastores y líderes, los fariseos actuales, engañan, inhiben y limitan a muchísima gente, provocando así que rechacen al Cristo de los últimos días. Esta es una apremiante lección que debemos aprender. Para seguir a Dios, debemos saber discernir la esencia de los líderes religiosos y los fariseos hipócritas. Obran con sus dones y talentos, interpretando la Biblia según sus nociones, sus fantasías y su razonamiento lógico. Lo que realmente predican son teorías teológicas y estudios bíblicos. Solo se preocupan de interpretar y predicar las palabras de los hombres contenidas en la Biblia, en lugar de enaltecer y dar testimonio de las palabras de Dios incluidas en ella. Con las palabras de los hombres sustituyen las palabras del Señor Jesús, al que así convierten en mero figurante. Esta obra es totalmente contraria a la voluntad de Dios. Esta es la clave de la oposición de los fariseos a Dios. Las personas religiosas se creen el liderazgo y el pastoreo de los fariseos y los siguen a ciegas. Siguen a Dios durante años y años, pero jamás reciben ningún sustento de la verdad ni la vida. En el mejor de los casos, solo pueden esperar recibir algo de conocimiento de la Biblia y teorías teológicas. Se vuelven cada vez más arrogantes, santurronas e insolentes de carácter y carecen de la más mínima veneración por Dios. Poco a poco, Dios pierde Su lugar en sus corazones y, sin saberlo, siguen la senda de oposición a Dios de los fariseos. En concreto, muchos líderes y personajes religiosos sacan la Biblia de contexto y la malinterpretan, difundiendo herejías y falacias acordes a las nociones y fantasías del hombre, y satisfacen sus ambiciones y deseos con el fin de engañar, aprisionar y manipular a las personas religiosas. Muchos consideran estas herejías y falacias palabra de Dios, la verdad. Los llevan por el camino equivocado. Estos líderes religiosos y presuntos hombres ilustres son precisamente los anticristos que Dios ha dejado al descubierto con Su obra de juicio en los últimos días. Estos hechos son suficientes para demostrar que el trabajo de estos presuntos líderes religiosos y figuras espirituales no proviene de la obra del Espíritu Santo. Más bien, son unos simples fariseos y anticristos que nos engañan y hacen daño. Todos ellos se oponen a Dios y lo traicionan. Son los que crucifican a Dios una vez más ¡y Él los ha maldecido!
Algunas personas no han sido conscientes. Consideran que las personas que mandan en las iglesias, los impostores, son los hombres utilizados por el Espíritu Santo, y consideran que lo que dicen, todas sus palabras falaces, son la luz del Espíritu Santo incluso como la palabra de la verdad de Dios. Esta es gente que sigue a Dios de palabra, pero que, en esencia, adora a los seres humanos. En el fondo de su corazón no hay lugar para Dios. Ellos se han alejado y han traicionado a Dios ciegamente. Es realmente lamentable que hagan esto. Por esta razón, el mundo religioso es eliminado y abandonado por la obra de Dios. Si nunca podemos discernir del trabajo del hombre de la obra de Dios, tendremos problemas. Y si no podemos averiguar si es el trabajo de los hombres utilizados por Dios o el de los hipócritas fariseos. nunca escaparemos del control de los anticristos o del engaño de los impostores religiosos. Si continuamos siguiendo a Dios de esta manera, independientemente de cuánto tiempo trabajemos en ello, será en vano. Nunca tendremos la oportunidad de obtener Su aprobación. Vamos a leer algo más de la palabra de Dios Todopoderoso. “Sería mejor que aquellas personas que dicen que siguen a Dios abrieran los ojos y miraran bien para ver exactamente en quién creen: ¿Realmente es en Dios en quien crees o en Satanás? Si sabes que no es en Dios en quien crees sino en tus propios ídolos, entonces sería mejor que no afirmaras que eres un creyente. Si realmente no sabes en quién crees, entonces, una vez más, sería mejor que no dijeras que eres un creyente. ¡Decirlo sería una blasfemia! Nadie te está obligando a creer en Dios. No digáis que creéis en Mí; ya que he oído bastante esa plática y no deseo volver a oírla, porque en lo que creéis es en los ídolos que están en vuestro corazón y en los bravucones locales que están entre vosotros. Aquellos que sacuden la cabeza cuando oyen la verdad, que sonríen cuando oyen hablar de la muerte son la simiente de Satanás, y son quienes serán eliminados” (‘Una advertencia a los que no practican la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Extracto del guion de la película de “Ser arrebatados en el peligro”
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Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso