Reflexión cristiana | La diferencia entre las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas

Han aparecido las señales del fin del mundo, ahora es el momento crítico de recibir al Señor. ¿Cómo debemos recibir a Él?  Lee este artículo, te responderá. 

Reflexión cristiana | La diferencia entre las vírgenes prudentes y las vírgenes insensatas

El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).

El Apocalipsis profetiza: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).

Dios dice: “Todos los que pueden obedecer las declaraciones actuales del Espíritu Santo son benditos. No importa cómo solían ser o cómo el Espíritu Santo solía obrar en ellos, los que han obtenido la última obra de Dios son los más bendecidos y los que no pueden seguir la última obra hoy son eliminados. Dios quiere a los que son capaces de aceptar la nueva luz y Él quiere a los que aceptan y conocen Su última obra. ¿Por qué se dice que debéis ser una virgen casta? Una virgen casta puede buscar la obra del Espíritu Santo y entender las cosas nuevas y, además, puede desechar las antiguas nociones y obedecer la obra de Dios hoy”.

La Palabra de Dios nos da un mensaje importante. En el asunto de recibir al Señor, las vírgenes prudentes prestan atención a la voz de Dios y saben vigilar y preparar el “aceite”, cuando escuchen la voz de Dios, pueden dejar a un lado su propio concepto e imaginación, buscar la nueva obra del Espíritu Santo, aceptar y obedecer las palabras y obra de Dios en la nueva era y seguir los pasos del Cordero. Al igual que cuando el Señor Jesús llevó a cabo obra, la mujer samaritana, Pedro y Natanael, después de haber escuchado Sus palabras, reconocieron que Él era el Mesías venidero y acabaron siguiendo a Él y recibiendo Sus bendiciones. Las vírgenes insensatas, en cambio, no dan importancia a la voz de Dios, sino que se aferran a las letras de acuerdo con sus nociones y fantasías y no investigan la obra presente de Dios, y finalmente caerán en la oscuridad y serán abandonadas por el Señor. Al igual que los fariseos y los pueblos judíos, por muy autoritarias y poderosas que fueran las palabras del Señor Jesús, no las buscaron, ni las estudiaron, sino que frenéticamente se resistieron y condenaron a Él, e incluso crucificaron al Mesías que ya había venido, al final fueron maldecidos y castigados por Dios.

Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.


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