El Señor jesús dijo: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
Los creyentes que creen verdaderamente en el Señor anhelan recibir Su regreso. Cuando el Señor venga a llamar nuestra puerta, sólo si prestamos atención a escuchar Su voz buscando e investigando activamente, podremos reconocer Su voz y acabamos recibiéndolo al Señor y yendo a la banquete con Él. Si cerramos nuestro corazón, no estamos dispuesto a escuchar Su voz, perderemos la oportunidad de encontrarnos con el Señor. Echemos un vistazo al pasado, hace 2000 años, cuando el Señor Jesús vino a llevar a cabo la obra, algunos judíos y fariseos habían escuchado las palabras del Señor, no sólo no lo aceptaron, sino que también lo blasfemaron y condenaron. Por el contrario, Pedro, Juan y Santiago reconocieron que el Señor Jesús era el Mesías profetizado por escuchar Sus palabras, por lo que siguieron a Él. Pues, todos ellos habían escuchado las palabras del Señor y habían visto Su obra, ¿por qué algunos aceptaron al Señor, y otros perdieron Su salvación? Obviamente, si queremos recibir al Señor cuando nos toque la puerta, nos debemos concentrarnos en oír la voz de Dios para que podamos encontrarnos con Él.
Dios dice:“Ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida” ("La Palabra manifestada en carne"). Queridos hermanos y hermanas, vamos a buscar la voluntad de Dios, descubrir Su aparición y seguir Sus huellas por Sus palabras. Dios es la verdad, el camino y la vida. Sus palabras coexisten con Su apariencia, y Su carácter y Sus pasos están abiertos a los seres humanos todo el tiempo.
Recomendación: la venida de Cristo
Recibiendo el regreso del Señor, pensamos en la parábola de las diez vírgenes. Las vírgenes prudentes se centraron en escuchar la voz de Dios y salieron a recibir al Señor, siguiendo Sus huellas. Aquellas vírgenes insensatas que se aferraron a sus propios conceptos e imaginaciones y no dieron importancia a oír la voz de Dios se perdieron el regreso del Señor. Entonces, para recibir el regreso del Señor, debemos ser una virgen prudente. Puede hacer clic en medios de contacto abajo para discutir y comunicarse con nosotros en línea, y nuestros especialistas le responderán en línea.
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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.lbla.com.
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