El Señor Jesús dijo: “Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Las palabras del Señor nos dicen claramente los requisitos de Dios. Sólo cuando adoramos a Dios con corazón y honestidad podemos obtener la aprobación de Dios. No podemos dejar de reflexionar: aunque hay muchas personas que creen en el Señor Jesús, ¿cuántas creen verdaderamente en Dios? Entonces, ¿nuestra fe en Dios sólo es de palabras o de nuestro corazón? Entonces, ¿cómo podemos adorarle en espíritu y en verdad?
Primero, deberíamos reflexionar: Si o no podemos poner las palabras de Dios en práctica y obedecer Sus palabras.
Un libro dice: “El mayor defecto del hombre que tiene fe en Dios es que su fe sólo es de palabras y Dios para nada existe en su vida práctica. Todos los hombres, de hecho, creen en la existencia de Dios, sin embargo, Dios no es parte de sus vidas diarias. Muchas oraciones de Dios salen de la boca del hombre, pero Dios tiene poco lugar en su corazón, […]”("La Palabra manifestada en carne"). El Señor Jesús dijo: “El que me ama, mi palabra guardará; […] El que no me ama, no guarda mis palabras” (Juan 14:23-24). “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Juan 8:31). En este pasaje, entendemos que la voluntad de Dios es hacer que podamos escuchar Sus sermones, leer Sus palabras, y pongamos Sus palabras en práctica con un corazón honesto en la vida diaria. Aunque suframos pérdidas en nuestros intereses personales, no nos quejemos, y podemos practicar la verdad. Al igual que Job, a menudo ofrecía sacrificio en la vida ordinaria y obedecía la Palabra de Dios para temer a Dios y apartarse del mal. Cuando se encontró con las pruebas, su propiedad fue robada, sus hijos murieron y su cuerpo se cubrió de llagas, él no culpó a Dios, todavía pudo guardar las palabras de Dios y alabar Su nombre, finalmente obtuvo Su aprobación. Esto es verdaderamente adorar a Dios con corazón y honestidad.
Segundo, debemos reflexionar: Si o no hacemos un trato con Dios y si o no amamos y satisfacemos a Dios cuando nos dedicamos al Señor.
Un libro dice: “Las personas creen en Dios, lo aman, y lo satisfacen cuando tocan el Espíritu de Dios con su corazón y, de ese modo, logran la satisfacción de Dios. Cuando contactan con corazón con las palabras de Dios, Su espíritu las conmueve. […] Si, al creer en Dios, las personas no le dan su corazón a Él, si su corazón no está en Dios y no tratan la carga de Dios como la suya propia, entonces todo lo que hagan será engañar a Dios y serán las acciones de las personas religiosas, que no pueden recibir la alabanza de Dios […]”("La Palabra manifestada en carne"). Este pasaje nos dice que si deseamos tener la verdadera fe en Dios, debemos entregar nuestro corazón a Dios y decir la verdad cuando oramos a Dios. Cuando servimos a Dios, no debemos hacer negocia con Dios, sino satisfacer y amar a Dios en todo. Si es así, Dios elogiará todo lo que hacemos.
Recomendación: Adorar en espiritu y en verdad
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