La actitud de Job hacia las pruebas

 “Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las obras, la fe fue perfeccionada” (Santiago 2:22).

En la Biblia se registra que cuando Satanás tentó a Job por primera vez, las ovejas y bueyes de Job fueron robado por los bandidos, sus siervos fueron matados, y sus hijos murieron a causa de las casas derrumbadas. Cuando Job escuchó estas noticias, aunque no entendió las intenciones de Dios, no pecó con sus labios ni se quejó de Dios, sino que se arrodilló a Dios con la racionalidad y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo tornaré allá. Jehová dió, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21).

Job se mantuvo en su testimonio cuando se enfrentó a la tentación de Satanás. Pero Satanás no creía en la rectitud de Job, ni creía que el camino de “temer a Dios y apartarse del mal” que Job se adhería era verdadero. Por lo tanto, Satanás tentó a Job por segunda vez: el cuerpo de Job se cubrió de llagas, desde la planta de sus pies hasta la parte superior de su cabeza, Job estaba sentado en medio de ceniza y tomó un tiesto para rascarse. Su esposa le dijo a Job que abandonara a Dios, pero Job la reprendió diciendo: “[...] Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. También recibimos el bien de Dios, ¿y el mal no recibiremos? [...]” (Job 2:10).

De estas pocas palabras, podemos ver la actitud de Job hacia la tentación de Satanás. Él no tuvo ningunas quejas sobre Dios, estuvo dispuesto a soportar los sufrimientos para obedecer los arreglos de Dios y alabar la justicia de Dios. Al final, él dio un testimonio sólido y rotundo de Dios en la presencia de Satanás. En un libro se dice: “Cuando Job pasó por primera vez por sus pruebas, fue despojado de todas sus propiedades y de sus hijos, pero el resultado no fue que cayera o dijera algo que supusiera pecar contra Dios. Había vencido las tentaciones de Satanás, sus bienes materiales y sus hijos, y la prueba de perder todas sus posesiones materiales, es decir, que fue capaz de obedecer a Dios al despojarlo y ofrecerle gracias y alabar a Dios por esa razón. Esta fue la conducta de Job durante la primera tentación de Satanás, y también su testimonio durante la primera prueba de Dios. En la segunda prueba, Satanás extendió su mano para afligir a Job, y aunque este experimentó un dolor mayor que el que hubiera sentido jamás, su testimonio seguía siendo suficiente para que todos quedaran atónitos. Usó su fortaleza, su convicción y su obediencia a Dios, así como su temor de Él, para derrotar una vez más a Satanás, y su conducta y testimonio fueron una vez más aprobados y favorecidos por Dios”("La Palabra manifestada en carne").

Por favor ver: Palabra de vida | La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo (II) Parte 4-2

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Recomendación: Las pruebas de Dios

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.lbla.com.



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