Reflexión de la venida de Cristo "¡¿Ha cambiado el nombre de Dios?!" Escena 2 - ¿De verdad no puede cambiar el nombre de Dios?




Reflexión de la venida de Cristo "¡¿Ha cambiado el nombre de Dios?!" Escena 2 - ¿De verdad no puede cambiar el nombre de Dios?

Los pastores y ancianos del mundo religioso suelen predicar a los creyentes que el nombre del Señor Jesús no puede cambiar nunca y que sólo nos podemos salvar si confiamos en el nombre del Señor Jesús. ¿Concuerda esta opinión con la verdad? Jehová Dios dijo: "Antes de mí no hubo Dios formado, ni lo habrá después de mí. Yo, incluso Yo, soy Jehová; y fuera de mí no hay Salvador" (Isaías 43:10-11 ). En la Era de la Gracia, Dios encarnado adoptó el nombre de Jesús. Si Dios es inalterable, ¿cómo puede cambiar Su nombre? Además, el Apocalipsis profetizó que Dios tendrá un nuevo nombre en los últimos días, así que ¿de qué se trata todo esto? Mucha gente está desorientada con este asunto, pero este breve vídeo te desvelará la verdad.

La palabra de Dios Todopoderoso dice:

Algunos dicen que el nombre de Dios no cambia, ¿por qué pasó, entonces, a ser Jesús el nombre de Jehová? Se profetizó la venida del Mesías, ¿por qué vino, entonces, un hombre con el nombre de Jesús? ¿Por qué cambió el nombre de Dios? ¿No se llevó a cabo esa obra hace mucho tiempo? ¿Acaso no puede realizar Dios una nueva obra este día? La obra de ayer puede alterarse y la obra de Jesús puede seguir a la de Jehová. ¿No puede, entonces, la obra de Jesús ser sucedida por otra obra? Si el nombre de Jehová puede cambiar al de Jesús, entonces ¿no puede cambiarse también el nombre de Jesús? Esto no es extraño y las personas piensan así[a] sólo debido a su simpleza. Dios siempre será Dios. Independientemente de los cambios en Su obra y en Su nombre, Su carácter y sabiduría se mantienen siempre inmutables.

Nota al pie:
a. El texto original dice “que es”.

De ‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en "La Palabra manifestada en carne"

Deberías saber que, originalmente, Dios no tenía nombre. Sólo adoptó uno, dos, o muchos, porque tenía una obra que hacer y tenía que gestionar a la humanidad. Cualquiera que sea el nombre por el que se le llame, ¿no lo escoge Él libremente? ¿Acaso te necesita Él a ti, una criatura, para decidirlo? El nombre por el cual se llama a Dios es acorde a lo que el hombre puede recibir y a su lenguaje, pero este nombre no puede ser condensado por él. Sólo puedes decir que hay un Dios en el cielo, que se le llama Dios, que es Dios mismo con gran poder, demasiado sabio, demasiado exaltado, demasiado maravilloso, demasiado misterioso, demasiado todopoderoso y no puedes decir nada más; es todo lo que sabes. De este modo, ¿puede el nombre de Jesús solo representar a Dios mismo? Cuando lleguen los últimos días, aunque sigue siendo Dios quien realiza Su obra, Su nombre tiene que cambiar, porque es una era diferente.

Están aquellos que dicen que Dios es inmutable. Eso es correcto, pero se refiere a la inmutabilidad del carácter y la esencia de Dios. Los cambios en Su nombre y obra no demuestran que Su esencia se haya alterado; en otras palabras, Dios siempre será Dios, y esto nunca cambiará. Si dices que la obra de Dios siempre permanece igual, ¿sería entonces capaz de terminar Su plan de gestión de seis mil años? Sólo sabes que Dios es eternamente inmutable, ¿pero sabes que Él es siempre nuevo y nunca viejo? Si la obra de Dios nunca cambió, ¿podría haber traído a la humanidad hasta hoy? Si Dios es inmutable, ¿por qué ha hecho ya la obra de dos eras? Su obra siempre está progresando hacia adelante y, es decir, Su carácter se manifiesta gradualmente al hombre; y lo que se revela es Su carácter inherente. En el principio, el carácter de Dios se escondió del hombre. Él nunca reveló abiertamente Su carácter al hombre, y este simplemente no tenía conocimiento de Él. Por ello, usó Su obra para revelar poco a poco Su carácter al hombre, pero esto no significa que este cambie en cada era. No es el caso que el carácter de Dios esté cambiando constantemente, porque Su voluntad siempre lo esté haciendo, sino que al ser las eras de Su obra diferentes, Su carácter inherente se revela poco a poco en su totalidad al hombre, de forma que este pueda conocerle. Pero esto no demuestra en absoluto que Dios no tenga originalmente un carácter particular y que este haya ido cambiando de forma gradual con el paso de las eras; ese entendimiento es erróneo. Dios le revela al hombre Su carácter inherente y particular, lo que Él es, de acuerdo con el paso de las eras. La obra de una sola era no puede expresar todo el carácter de Dios. Por tanto, las palabras “Dios es siempre nuevo y nunca viejo” hacen referencia a Su obra, y las palabras “Dios es inmutable” tienen relación con lo que Dios tiene y es inherentemente. En cualquier caso, no puedes definir la obra de seis mil años en un punto, o representarla con simples palabras estáticas. Así es la estupidez del hombre. Dios no es tan simple como el hombre imagina, y Su obra no puede detenerse en una era. Jehová, por ejemplo, no puede representar siempre el nombre de Dios; Él también puede hacer Su obra bajo el nombre de Jesús, que es un símbolo de cómo la obra de Dios siempre progresa hacia adelante.

De ‘La visión de la obra de Dios (3)’ en "La Palabra manifestada en carne"

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