Película de Dios | "Mensajero del evangelio" Escena 2 - Cristo es Dios encarnado




Película de Dios | "Mensajero del evangelio" Escena 2 - Cristo es Dios encarnado

En los últimos 2000 años, aunque los creyentes en el Señor han sabido que el Señor Jesús es Cristo, Dios encarnado, nadie ha comprendido los misterios de la verdad relativos a qué es la encarnación de Dios y cómo hemos de conocer a Dios encarnado. Por ello, cuando Dios Todopoderoso de los últimos días se hizo carne para venir a realizar Su obra del juicio, algunas personas lo consideraron una persona normal y se negaron a aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Es muy probable que, de este modo, la gente pierda la salvación de Dios de los últimos días. Evidentemente, es clave comprender la verdad de la encarnación para recibir el regreso del Señor.


Dios Todopoderoso dice :"El Dios encarnado se llama Cristo y Cristo es la carne que se viste con el Espíritu de Dios. Esta carne es diferente a cualquier hombre que es de la carne. La diferencia es porque Cristo no es de carne y hueso, sino que es la personificación del Espíritu. Tiene tanto una humanidad normal como una divinidad completa. Su divinidad no la posee ningún hombre. Su humanidad normal sustenta todas Sus actividades normales en la carne mientras que Su divinidad lleva a cabo la obra de Dios mismo. Sea Su humanidad o Su divinidad, ambas se someten a la voluntad del Padre celestial. La esencia de Cristo es el Espíritu, es decir, la divinidad. Por lo tanto, Su esencia es la de Dios mismo; esta esencia no interrumpirá Su propia obra y Él no podría hacer nada que destruyera Su propia obra ni tampoco pronunciaría ninguna palabra que fuera en contra de Su propia voluntad. Por lo tanto, el Dios encarnado nunca haría alguna obra que interrumpiera Su propia gestión. Esto es lo que todos los hombres deben entender. La esencia de la obra del Espíritu Santo es salvar al hombre y es por el bien de la propia gestión de Dios. De manera similar, la obra de Cristo es salvar a los hombres, y lo es por causa de la voluntad de Dios. Dado que Dios se hace carne, Él realiza Su esencia dentro de Su carne de tal manera que Su carne es suficiente para emprender Su obra. Por lo tanto, toda la obra del Espíritu de Dios la reemplaza la obra de Cristo durante el tiempo de la encarnación, y en el corazón de toda la obra a través del tiempo de la encarnación está la obra de Cristo. No se puede mezclar con la obra de ninguna otra era. Y ya que Dios se hace carne, obra en la identidad de Su carne; ya que viene en la carne, entonces termina en la carne la obra que debía hacer. Ya sea el Espíritu de Dios o Cristo, ambos son Dios mismo y Él hace la obra que debe hacer y desempeña el ministerio que debe desempeñar." ("La Palabra manifestada en carne")

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