Sólo las tres etapas de la obra de Dios son Su gestión completa (IV)

Cómo conocer de verdad las tres etapas de la obra de Dios es realmente muy significativo. Tenemos que conocer y experimentar Sus tres etapas de la obra por medio de Sus palabras y debemos tener un entendimiento genuino de Su obra en cada era. Así es como podemos entender las relaciones entre cada etapa de la obra de Dios y la relevancia particular de cada una de ellas y en ese momento somos capaces de ver que las tres etapas de Su obra están estrechamente relacionadas y unidas en una, y que verdaderamente son la obra de un Dios. Cuando tenemos un entendimiento genuino de las tres etapas de la obra de Dios, somos capaces de ver completamente la omnipotencia y sabiduría de Dios, así como Su carácter justo, y podemos ver completamente cómo Dios guía y redime a la humanidad y, finalmente, cómo Él salva y perfecciona a la humanidad. También podemos ver que en cada etapa de Su obra, Dios es victorioso en Sus batallas con Satanás y Él es completamente glorificado. Cuando las personas obtienen la salvación no sólo entienden el carácter justo de Dios y Su esencia, sino que también llegan a comprender cómo las fuerzas del mal de Satanás corrompen a la humanidad y resisten a Dios y, al final, cómo fracasan y perecen. Cuando el pueblo escogido de Dios obtiene la salvación, se apartará por completo de la influencia de Satanás y genuinamente se volverá hacia Dios. Es por eso que conocer las tres etapas de la obra de Dios es tan significativo para que el pueblo escogido de Dios entienda genuinamente a Dios y obtenga la salvación.


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Dios Todopoderoso dice :" La totalidad de Mi plan de gestión, un plan que abarca seis mil años, consta de tres etapas o tres eras: la Era de la Ley en el principio, la Era de la Gracia (que también es la Era de la Redención) y la Era del Reino en los últimos días. Mi obra en estas tres eras difiere en contenido según la naturaleza de cada era, pero en cada etapa concuerda con las necesidades del hombre o, para ser más preciso, se hace de acuerdo con las artimañas que Satanás emplea en la guerra que libro contra él. El propósito de Mi obra consiste en derrotar a Satanás, hacer manifiesta Mi sabiduría y omnipotencia, exponer todos los engaños de Satanás y, así, salvar a toda la raza humana, que vive bajo su campo de acción. Consiste en mostrar Mi sabiduría y omnipotencia al tiempo que revelo la insoportable monstruosidad de Satanás. Aún más, consiste en enseñar a Mis criaturas a discernir entre el bien y el mal, a saber que Yo soy el Gobernante de todas las cosas, a ver claramente que Satanás es el enemigo de la humanidad, lo más bajo de lo bajo, el maligno, y a distinguir, con absoluta certeza, la diferencia entre el bien y el mal, entre la verdad y la falsedad, entre la santidad y la inmundicia, y entre lo magnífico y lo innoble. De esta forma, la humanidad ignorante podrá dar testimonio ante Mí de que no soy Yo quien corrompe a la humanidad, y que sólo Yo —el Señor de la creación—, puedo salvar a la humanidad, sólo Yo puedo conceder al hombre cosas para su disfrute, y llegará a saber que Yo soy el Gobernante de todas las cosas y que Satanás es, simplemente, uno de los seres a los que creé y que, posteriormente, se volvió en Mi contra. Mi plan de gestión de seis mil años se divide en tres etapas para lograr el siguiente efecto: permitir que Mis criaturas se conviertan en Mis testigos, comprendan Mi voluntad y sepan que Yo soy la verdad. Así pues, durante la fase inicial de la obra en Mi plan de gestión de seis mil años, llevé a cabo la obra de la ley, que fue la obra en la que Jehová dirigió a Su pueblo. La segunda etapa inició la obra de la Era de la Gracia en las aldeas de Judea. Jesús representa la totalidad de la obra de la Era de la Gracia; se hizo carne, fue crucificado en la cruz, y también inauguró la Era de la Gracia. Fue crucificado para completar la obra de la redención, para poner fin a la Era de la Ley y dar comienzo a la Era de la Gracia y, por ello, fue llamado el “Comandante Supremo”, la “Ofrenda por el Pecado”, el “Redentor”. Así pues, la obra de Jesús difirió en contenido de la obra de Jehová, aunque ambas tenían el mismo principio. Jehová inició la Era de la Ley, estableció la base de operaciones —el punto de origen— de Su obra en la tierra y promulgó los mandamientos; estos fueron dos de Sus logros, que representan la Era de la Ley. La obra que Jesús llevó a cabo en la Era de la Gracia no fue promulgar mandamientos, sino cumplir los Mandamientos, marcando así el inicio de la Era de la Gracia y concluyendo la Era de la Ley que había durado dos mil años. Él fue el pionero, el que vino para iniciar la Era de la Gracia y, sin embargo, la parte principal de Su obra radica en la redención. Así, Sus logros fueron también dobles: inaugurar una nueva era y completar la obra de la redención a través de Su crucifixión. Luego, Él partió. En este punto, la Era de la Ley llegó a su fin y la humanidad entró en la Era de la Gracia. " De "La Palabra manifestada en carne"


Fuente del artículo: Iglesia de Dios Todopoderoso

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