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¿Quiénes son los fariseos de hoy en día?


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Reflexion sobre la fe: ¿Quiénes son los fariseos de hoy en día?

 Por Jing Mo, Malasia

Durante mis 22 años como cristiana, estuve a cargo principalmente de las finanzas de la iglesia y de la escuela dominical. En mayo de 2017, conocí a la hermana Jane de Francia a través de Facebook. Ella dio testimonio de la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso y afirmó que el Señor Jesús había regresado hecho carne para expresar la verdad y juzgar y purificar a los hombres. No cabía en mí de emoción. Indagué más y comprobé que las palabras que expresó Dios Todopoderoso son la verdad, la voz de Dios, la fuente de aguas vivas que fluye desde el trono. Mi alma estaba nutrida y fortalecida. Tanto mis dos hijas como yo aceptamos con alegría la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso.

Un día, una hermana con la que charlaba me habló acerca de compartir el evangelio con un líder de su antigua iglesia. Decía que el pastor se aferraba con obstinación a las palabras literales de la Biblia y se negaba a investigar la obra de los últimos días de Dios. Difundía toda clase de mentiras, tenía la iglesia cerrada e incluso amenazó a los creyentes. Aquello me sorprendió y me sentí confundida. “Los pastores son los líderes de la iglesia”, pensé. “Siempre nos dicen que estemos atentos a la llegada del Señor. Y ahora, cuando escuchan que el Señor ha regresado, ¿por qué no dirigen a los creyentes para que lo investiguen en lugar de tratar de detenerlos? Los pastores de nuestra iglesia han estudiado teología y conocen bien la Biblia. Son devotos, aman a sus hermanos y hermanas y siempre nos conminan a seguir las enseñanzas del Señor y a estar atentos a su llegada. Con solo leer las palabras de Dios Todopoderoso, sabrían que es la voz del Señor y lo recibirían con alegría”. Para mi sorpresa, sin embargo, diez meses después, mi hija pequeña y yo predicamos el evangelio a una hermana, y el pastor Li, de nuestra antigua iglesia, se enteró. Dijo mentiras para evitar que siguiera a Dios Todopoderoso y amenazó con expulsarme de la iglesia. Solo entonces entendí que era un hipócrita.

Un día, me llamó sin venir a cuento y me pidió que fuera a verle a la iglesia. Cuando llegué allí, me preguntó con tono reprobador: “Eres una diaconisa que ha creído durante más de 20 años. ¿Por qué creer en Dios Todopoderoso ahora? ¿Por qué no acudiste a mí primero y me preguntaste sobre ello? No comprendes del todo la Biblia. Sin nuestra ayuda, serías engañada fácilmente. ¿cómo sabes que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado?”. Me sentí verdaderamente incómoda y pensé: “Soy libre para investigar el camino verdadero. ¿Por qué debería preguntarte a ti primero? Y sí, he creído durante mucho tiempo, y aunque no conozca la Biblia tanto como tú, conozco mi propia mente. He investigado este camino durante tres meses, y he leído muchas de las palabras de Dios Todopoderoso. He visto que Sus palabras poseen autoridad y poder, que son la verdad. No solo descubren las verdades y misterios de la Biblia, sino que también nos muestran el camino para purificarnos de la corrupción. Al leer las palabras de Dios Todopoderoso, tuve la certeza de que Él es el Señor que ha regresado, y le acepté”. Le dije al pastor: “Solo sabrá si Dios Todopoderoso es el Señor que ha regresado si lo investiga correctamente y lee Sus palabras”.

Entonces le enseñé la aplicación de la Iglesia de Dios Todopoderoso en mi teléfono y le puse un vídeo con una lectura de las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen estruendos interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Haré que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al Gran Todopoderoso? Mi voz se extenderá por toda la tierra; quiero, frente a Mi pueblo elegido, decirles más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada como si acabase de venir al mundo un recién nacido. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí” (‘Los siete truenos retumban: profetizan que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo’ en “La Palabra manifestada en carne”).

A mitad del vídeo, el pastor Li sonrío con desdén y me dijo: “Quítalo. Me descargué esa aplicación hace años y ya he leído las palabras de Dios Todopoderoso”. Fue una agradable sorpresa escuchar eso, así que dije apresurada: “¿Ya ha leído las palabras de Dios Todopoderoso? ¿Entonces? ¿Cree que es la voz de Dios?”. Curvó el labio y contestó: “Todas las palabras de Dios están en la Biblia. No hay palabras de Dios fuera de esta. ¡No me lo creeré por muy bien que suenen esas palabras!”. Aquello me sorprendió, y le contesté: “Pastor Li, ¿está seguro de que todas las palabras de Dios están en la Biblia? Usted siempre nos lee este versículo: ‘Y hay también muchas otras cosas que Jesús hizo, que si se escribieran en detalle, pienso que ni aun el mundo mismo podría contener los libros que se escribirían’ (Juan 21:25). ¿No es así? El Señor Jesús trabajó oficialmente durante tres años y medio y guio a Sus discípulos en la predicación y la obra. Dijo muchas cosas y también dio muchos sermones, y los Cuatro Evangelios de la Biblia contienen solamente una pequeña parte de lo que dijo el Señor Jesús. Así que su afirmación de que las palabras de Dios solo están en la Biblia no se corresponde con los hechos”. “El Señor Jesús también profetizó claramente que volvería en los últimos días para abrir el libro y comunicar Sus declaraciones a las iglesias. Estas declaraciones son las nuevas palabras que expresó Dios en los últimos días. No podían haber quedado registradas en la Biblia de antemano. Por eso no podemos limitar las palabras de Dios a la Biblia”. “Dios Todopoderoso expresa todas las verdades que purifican y salvan al hombre. Son ‘lo que el Espíritu dice a las iglesias’ (Apocalipsis 2:7). Debemos buscar con humildad, porque solo así escucharemos la voz de Dios y daremos la bienvenida al Señor”.

El pastor Li me dedicó una mirada de desprecio y dijo con aire enigmático: “Veo que sabes de lo que hablas. Nosotros los cristianos no podemos alejarnos de la Biblia en ningún caso. No importa lo magníficas que sean las palabras de Dios Todopoderoso, si van más allá de la Biblia, no puedo aceptarlas. Te aconsejo que dejes de creer en Dios Todopoderoso, de lo contrario, ¡dejarás de ofrecer servicio en nuestra iglesia y acabarás arrepintiéndote!”. Le dije: “¿Acaso los cristianos no ansiamos el regreso del Señor Jesús? Si la Iglesia de Dios Todopoderoso anuncia que Él ha regresado, ¿no deberíamos comprobarlo? Si no buscamos con humildad, y nos aferramos a nuestras nociones e imaginaciones, nos perderemos el regreso del Señor, ¡y entonces nos arrepentiremos de verdad!”. Antes incluso de que terminase de hablar, estalló y me dijo: “¡Basta! Ya es suficiente. No creeré en Dios Todopoderoso. Te daré tiempo para que te lo pienses. Si no cambias de idea, serás expulsada”. Y, entonces, se marchó ofendido. Me dejó sorprendida y decepcionada la reacción del pastor Li. Él siempre nos decía que el Señor aprobaba a aquellos que buscaban con humildad. Y ahora, ante la perspectiva del regreso del Señor, fue una sorpresa ver cómo se aferraba a la Biblia y a sus propias nociones. A pesar de haber leído las palabras de Dios Todopoderoso, seguía sin querer saber más sobre ello. Desde luego, tenía dos caras. Eso es la hipocresía.

Aquel domingo, fui a la iglesia. Antes del servicio, el pastor Hong se acercó a mí y me dijo: “He oído que has estado investigando la Iglesia de Dios Todopoderoso. Hace mucho que conozco a esa Iglesia. Las cosas que predican van más allá de la Biblia. Que creas en Dios Todopoderoso es una traición hacia el Señor Jesús. Abandona esa creencia, de lo contrario, ¡todos tus años de fe habrán sido en vano!”. Pensé: “¿Cómo sabe que creo en Dios Todopoderoso? Debe habérselo contado el pastor Li”. Así que le pregunté: “¿Siguió el Señor el Antiguo Testamento cuando Él vino a hacer Su obra? Predicó sobre el camino del arrepentimiento y no guardó el Sabbat. ¿Estaba eso registrado en el Antiguo Testamento?”. “Las palabras y la obra del Señor fueron más allá del Antiguo Testamento, ¿se atrevería entonces a decir que estamos traicionando a Jehová Dios al creer en el Señor?”. Parecía avergonzado y se quedó en silencio, así que le pregunté: “¿Ha leído las palabras de Dios Todopoderoso? Sus palabras descubren los misterios de la Biblia. Él revela la causa principal por la que la humanidad cae en el pecado y se resiste a Dios. Expresa todas las verdades que purifican y salvan al hombre. Sus palabras se anuncian en Apocalipsis, son ‘lo que el Espíritu dice a las iglesias’ (Apocalipsis 2:7). He leído las palabras de Dios Todopoderoso y he escuchado la voz de Dios, y sé que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús retornado. Al creer en Él, sigo los pasos de Dios. ¿Cómo puede ser eso una traición al Señor Jesús?”. El pastor Hong me interrumpió de repente y me dijo: “Ya basta. Si insistes en tomar este camino, más te vale no arrepentirte”. Se rio con frialdad y se marchó. La expresión de su cara me estremeció, y me pregunté qué haría a continuación.

El servició comenzó y el pastor Hong puso un vídeo que difamaba a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Cuando vi ese vídeo con invenciones y falsas acusaciones, me enfadé muchísimo y pensé: “Solamente la Iglesia de Dios Todopoderoso atestigua que el Señor Jesús ha regresado. Dios Todopoderoso ha expresado muchísimas verdades que están disponibles abiertamente en Internet. En lugar de guiar a los creyentes para que las investiguen, pones este vídeo lleno de mentiras que desacreditan a la Iglesia de Dios Todopoderoso. ¡Lo único que haces es resistirte a Dios y blasfemar!”.

Entonces, el pastor Hong dijo en voz alta: “La Biblia dice: ‘Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, solo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema’ (Gálatas 1:6-8) Creemos en el Señor Jesús y debemos aferrarnos a Su nombre y Su camino. No podemos escuchar cualquier cosa ni aceptar otros evangelios. En particular, no debemos escuchar a la Iglesia de Dios Todopoderoso que da testimonio del regreso del Señor, puesto que eso sería apostasía. ¡Aquellos que sean descubiertos siguiendo el camino de Dios Todopoderoso serán expulsados de inmediato! Si alguien os predica sobre Dios Todopoderoso, contádmelo cuanto antes o estaréis traicionado al Señor”. Entonces, el pastor Hong me miró. Al verle con esos aires de triunfo, no pude evitar pensar en los fariseos, plantados en el templo, engañando y animando a la gente común a rechazar al Señor Jesús.

Todos los hermanos y hermanas de la iglesia parecían asustados. Al ver cómo los había engañado el pastor Hong, pensé con rabia: “Ha ido demasiado lejos. Está malinterpretando la Biblia deliberadamente para engañar a la gente y les intimida para que no investiguen el camino verdadero. Si de verdad conoce tan bien la Biblia, ¿no debería saber que lo que dijo Pablo tenía un contexto? A lo que Pablo se refería es a que solo había un evangelio en la Era de la Gracia, el evangelio de la obra de redención del Señor Jesús. Seguir otro evangelio suponía traicionar al Señor. Pero Pablo nunca dijo que el evangelio del reino que el Señor predicaría a Su regreso fuera incorrecto, o que dar testimonio del regreso del Señor Jesús significase predicar un evangelio diferente”. El pastor Hong estaba aplicando arbitrariamente las palabras de Pablo a la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso. ¡Estaba sacando la Biblia de contexto! Engañaba a la gente y les impedía investigar el camino verdadero, ¡arruinaba sus oportunidades de entrar en el reino de Dios! Deseaba realmente rebatir sus falacias para dejarlo al descubierto delante de toda la iglesia. Pero hacerlo significaba acabar en una situación muy complicada. Si él anunciaba públicamente mi expulsión, sería más difícil predicar el evangelio a los demás. Así que decidí quedarme callada.

Después del servicio, el pastor Hong me advirtió que no predicase el evangelio de Dios Todopoderoso al resto de miembros. Así que pensé: “Los hermanos y hermanas son el rebaño de Dios, y Él ha regresado en busca de Sus ovejas. Sin embargo, el pastor Hong no me dejará predicarles ni los dejará escuchar la voz de Dios. Se limita a engañarlos y amenazarlos para evitar que investiguen la obra de Dios Todopoderoso. Al hacerlo, está bloqueando el camino al reino de Dios”. Pensé en lo que el Señor dijo a los fariseos: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando” (Mateo 23:13). “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros” (Mateo 23:15). El pastor Hong se estaba comportando igual que los fariseos. Cuando oyó que el Señor había vuelto, se negó a escuchar e impidió que los demás oyeran la voz de Dios y recibieran al Señor. Era una actitud malvada y opuesta a Dios. ¡Ofendía al carácter de Dios y le hacía merecedor de Su maldición! Las palabras del pastor no me afectaron y seguí predicando el evangelio a los demás.

Una semana más tarde, el pastor Li me pidió que fuera a la iglesia con mi hija. El pastor Li estaba allí, con otros cuatros diáconos y miembros del consejo. Con una sonrisa me dijo: “¿Te lo has pensado mejor?”. Le respondí con sinceridad: “Como cristianos, no dejamos de pecar y confesarnos, y no podemos librarnos del pecado. Ahora, Dios Todopoderoso expresa la verdad para juzgar y purificar al hombre. Solo al aceptar Su obra y someterse a Su juicio y castigo podemos purificarnos por completo del pecado y ser aptos para entrar en el reino de Dios”. “He creído en el Señor durante años y ahora celebro Su regreso. Nunca traicionaré a Dios Todopoderoso, pase lo que pase”. De repente, un diácono se incorporó de un salto, me apuntó con su dedo y dijo lleno de furia: “Ya que insistes en creer en Dios Todopoderoso, ¡a partir de mañana dejarás de ser nuestra profesora de la escuela dominical y no estarás a cargo de las finanzas de la iglesia!”. El pastor Li afirmó con tono lisonjero: “Nuestra fe en el Señor significa que nuestros pecados son perdonados. No necesitamos que el Señor vuelva para juzgarnos o purificarnos. Te han engañado”. Entonces respondí: “El Señor perdonó nuestros pecados cuando fue crucificado, es cierto. Pero debemos entender que el hecho de que nuestros pecados sean perdonados significa que el Señor Jesús nos redime y ya no estamos condenados por la ley. Eso no significa que estemos purificados y totalmente salvados. El Señor Jesús no nos absolvió de nuestra naturaleza pecadora, así que esta nos controla y a menudo deja al descubierto nuestro carácter corrupto a través de la arrogancia, el engaño y la maldad”. “Hebreos 12:14 afirma: ‘Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor’. El Señor es sagrado, entonces ¿cómo vamos a ser nosotros, demasiado impuros para ver al Señor, dignos del reino de los cielos? Esa es la razón por la que el Señor Jesús prometió regresar en los últimos días, para expresar la verdad y hacer la obra que juzgue y purifique al hombre. Esto cumple las profecías del Señor: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad’ (Juan 16:12-13). ‘El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final’ (Juan 12:48)”.

El pastor Li afirmó con desdén: “Esperaremos al Señor Jesús, con marcas de clavos en Sus manos, quien vendrá en una nube a llevarnos a Su reino. Aunque Dios Todopoderoso exprese la verdad, ¡seguiremos sin aceptarlo!”. Dijo más blasfemias sobre Dios Todopoderoso mientras el resto se unía a la condena. Al verlos tan obstinados, afirmé con firmeza: “Todos ustedes son líderes de la iglesia que han oído a gente dar testimonio del regreso del Señor y, no solo no han investigado con humildad, sino que han hecho todo lo posible para evitar que los demás investigasen el verdadero camino. Difunden mentiras para desafiar y condenar la obra de Dios Todopoderoso. ¿Qué tipo de acciones son esas? ¿Qué ocurre al final con aquellos que se resisten y condenan a Dios? Los fariseos se aferraron a sus nociones y elucubraciones, se resistieron obstinadamente y condenaron la obra del Señor Jesús, y le blasfemaron. Acabaron clavándole a la cruz, y por tanto ofendieron a Dios, lo que les hizo merecer Su maldición y castigo. ¿No debería la lección del error de los fariseos servirnos para ser conscientes? ¡Escuchad las palabras de Dios Todopoderoso y decidid entonces!”. Entonces, cogí mi teléfono y leí un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso dice: “Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de recibir la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos” (‘Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna’ en “La Palabra manifestada en carne”). Antes de que terminase de leer, un miembro del consejo se puso en pie y me gritó: “¡Para! ¡No lo aceptaremos, da igual lo cierto que sea el camino de Dios Todopoderoso!”. Me enfadé y respondí: “¡Son muy arrogantes! Estas palabras son las palabras del Espíritu Santo, frases del mismo Dios. ¿No se dan cuenta? ¿No pueden entender la voz de Dios? ¿No son acaso las ovejas de Dios?”. El pastor Li, que sonreía con malicia, me respondió: “¡No creeremos a nadie que exprese la verdad a menos que se trate del Señor Jesús!”. Vi que no tenían deseo alguno de buscar la verdad. Se limitaban a aferrarse a sus nociones y a juzgar y condenar de manera arbitraria la obra de Dios. ¡Fueron absolutamente irrazonables! No quería seguir hablando con ellos, así que me dispuse a marcharme con mi hija. En ese momento, el pastor Li nos amenazó: “Te doy un mes para que reconsideres tu postura. ¡Si para entonces sigues creyendo en Dios Todopoderoso, seréis expulsadas!”. Respondí con furia: “No hace falta esperar un mes. ¡Expulsadme ahora mismo! No tengo miedo de ser expulsada de esta iglesia. Me asusta más no escuchar la voz de Dios, no ver la aparición del Señor, no recibirle y perder las bendiciones del reino de los cielos”. “Hemos escuchado la voz de Dios al fin, y nos hemos levantado ante el trono de Dios para asistir al banquete de bodas del Cordero. Aunque no nos expulsen, ¡nunca volveremos!”. El pastor Li volvió a mostrar esa sonrisa retorcida y dijo: “Todavía no podemos expulsarte. Si lo hacemos, los otros dirían que te expulsamos únicamente porque te uniste a reuniones en Internet. Dirían que no mostramos ninguna compasión. Dentro de un mes le diremos a todo el mundo que has traicionado al Señor y que quieres abandonar la iglesia. Diremos que hicimos todo lo posible para aconsejarte, pero que insististe en creer en Dios Todopoderoso, y que tuvimos que expulsarte como último recurso”.

Ese comportamiento tan falso me desagradó mucho. Cuando el Señor Jesús reprendió a los fariseos dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad” (Mateo 23:27-28). Resultó que la preocupación del pastor Li y los demás por los creyentes era una impostura, totalmente falsa. Solo querían mantener su imagen y posición ante los ojos de los hermanos y hermanas. Los hermanos y hermanas han creído en el Señor durante años y ansiaban darle la bienvenida a Su regreso. Sin embargo, fueron engañados por este pastor tan hipócrita. Se creyeron esas mentiras y perdieron su oportunidad de recibir al Señor en Su regreso. ¿Quién habría pensado, que estos pastores y ancianos, que nos decían que nos guardásemos de falsos Cristos y anticristos, acabarían ellos mismos expuestos como anticristos embusteros? Veían la paja en el ojo ajeno, y engañaban a los demás. ¡Eran tan detestables!

Después de dejar la iglesia, mi hija me dijo enfadada: “Pensaba que al haber servido al Señor durante años y comprender la Biblia, recibirían con alegría al Señor cuando Él volviese. Nunca pensé que pudieran ser tan arrogantes. No investigarán por ellos mismos y además intentarán detener y engañar a los demás. ¡Están resistiéndose a Dios de forma descarada!”. Entonces recordé unas palabras de Dios que había leído en una reunión: “Hay algunos que leen la Biblia en grandes iglesias y la recitan todo el día, pero ninguno de ellos entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno de ellos es capaz de conocer a Dios y mucho menos es conforme a la voluntad de Dios. Son todos personas inútiles y viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Se oponen deliberadamente a Él mientras llevan Su estandarte. Afirman tener fe en Dios, pero aun así comen la carne y beben la sangre del hombre. Todas esas personas son diablos que devoran el alma del hombre, demonio jefes que estorban a aquellos que tratan de entrar en la senda correcta y obstáculos que amenazan a los que buscan a Dios. Pueden parecer de ‘buena constitución’, pero ¿cómo van a saber sus seguidores que no son más que anticristos que llevan a la gente a levantarse contra Dios? ¿Cómo van a saber sus seguidores que son diablos vivientes dedicados a devorar a las almas humanas?” (‘Todas las personas que no conocen a Dios son las que se oponen a Él’ en “La Palabra manifestada en carne”). Esos pastores y ancianos siempre estaban en el atril dando explicaciones de la Biblia, pero no ponían en práctica sus palabras. Por fuera, parecían devotos y amables, pero no era más que una fachada, todo hipocresía. Recurrían a la Biblia y se basaban en teorías teológicas para proteger sus posiciones y sustentos. Cuando escucharon a alguien afirmar que el Señor había regresado, no solo no lo investigaron, sino que se aferraron a sus nociones religiosas, malinterpretaron la Biblia y condenaron el regreso del Señor. Para poder mantener a los creyentes bien controlados, fueron capaces de difundir herejías e hilar embustes para engañarles e intimidarles. Pusieron todos los medios posibles para evitar que la gente investigase la obra de los últimos días de Dios Todopoderoso. Hicieron cosas despreciables, como suspender mi servicio y expulsarnos de la iglesia. Nos amenazaron e intimidaron para que nos apartásemos del camino verdadero. Proclamaban a los cuatro vientos lo mucho que les importaban las vidas de los creyentes, cuando en realidad preferían tenernos hambrientos en un páramo, vacío de la obra del Espíritu Santo, antes que permitirnos oír la voz de Dios. Quieren que los creyentes estén bajo su control siempre, para recibir su dinero y servicio. Ellos son los sirvientes malignos expuestos por la obra de Dios de los últimos días, los anticristos que odian la verdad y se oponen a Dios, los demonios devoradores de almas que impiden a la gente alcanzar el reino de Dios. Descubrí la verdadera actitud hipócrita y opuesta a Dios de los pastores y ancianos. Me liberé de la jaula religiosa de los anticristos y pude seguir los pasos del Cordero. ¡Gracias a Dios Todopoderoso por Su salvación!

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Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso

¿Qué tipo de personas son pobres de espíritu?

En una de mis devociones diarias, leí que el Señor Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Dejé la Biblia y comencé a contemplar esto: “Al Señor le gustan los pobres de espíritu y los bendice, y de ellos es el reino de los cielos. Pero ¿qué tipo de gente son los pobres de espíritu? ¿Son los pobres de espíritu los que parecen por fuera ser humildes, gentiles y amorosos con los demás?” Lo contemplé durante bastante tiempo, pero no encontré la luz, y pensé en ello por la tarde, cuando tuve reunión, donde podía discutir y explorar esta pregunta con mis hermanos y hermanas.

Por Mei Juan



 ¿Son los pobres de espíritu los que parecen en el exterior ser humildes, gentiles y amorosos con los demás?

En la reunión, planteé mi pregunta, y después de escucharme, el hermano Fang respondió: “No podemos determinar qué tipo de personas son pobres en espíritu basándose en si aparentan hacia fuera ser humildes, gentiles y amorosas con los demás. En cambio, tenemos que ver cómo tratan a Dios y cuál es su actitud hacia la verdad. Esa es la manera correcta de evaluar esta pregunta. Algunas personas aparecen por fuera como humildes, gentiles y amorosas con los demás, pero por dentro son arrogantes y santurrones para sí mismos y no pueden obedecer la verdad. Cuando la obra de Dios no encaja con las nociones de esas personas, no sólo no tienen interés en buscar la verdad, sino que defienden sus propios puntos de vista, y rechazan, se oponen e incluso condenan y se resisten a la obra de Dios por su propia arrogancia. No importa cuán humildes sean esas personas, no son pobres de espíritu. Son como los fariseos de la época, que a menudo interpretaban las Escrituras para la gente común, a menudo estaban deliberadamente en las sinagogas o en las calles recitando largas oraciones, hacían obras caritativas y buenas obras en las calles y externamente parecían ser muy humilde, gentiles y amorosos con los demás. Pero, cuando el Señor Jesús vino a obrar, no buscaron la verdad en absoluto, y en cambio, confiando en sus propias nociones e imaginaciones, afirmaron que el Señor Jesús no era Cristo porque no fue llamado el Mesías. También limitaron la obra de Dios al Antiguo Testamento, y condenaron las palabras y la obra del Señor Jesús como superiores al Antiguo Testamento, negando así la obra y las palabras del Señor Jesús. No sólo eso, los fariseos no reconocieron al Señor Jesús como la aparición de Dios. Afirmaron que el Señor Jesús era sólo una persona ordinaria, diciendo: ‘¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María […]?’ (Mateo 13:55), etc. Los fariseos vieron que las palabras del Señor Jesús tenían autoridad y poder, y vieron que el Señor Jesús había realizado señales y maravillas, pero no buscaron humildemente, y en cambio eran especialmente arrogantes, incapaces de obedecer la verdad, y obstinadamente se aferraron a sus propias nociones, dieron falso testimonio, inventaron rumores y condenaron y blasfemaron al Señor Jesús. Finalmente, en connivencia con el gobierno romano, hicieron crucificar en la cruz al misericordioso Señor Jesús, cometiendo así un pecado indescriptible, ¡y fueron castigados por Dios! Esto nos muestra que no importa cómo una persona pueda parecer por fuera, como humilde, gentil y amorosa hacia los demás, pero si no es obediente en realidad hacia Dios y la verdad, no es en absoluto alguien que es pobre en espíritu. En cambio, es alguien hipócrita. Su humildad es falsa, y su amor por los demás es un disfraz. Es totalmente engañoso, de dos caras y tiene la intención de engañar a los demás para ganar su admiración y alta opinión. Esas personas aparecen por fuera como humildes, pacientes y amorosas, pero sus corazones están llenos de engaños, siniestros y viciosos, ¡y su esencia es la de un hipócrita!”
Después de escuchar la comunión del hermano Fang, comprendí que no es correcto determinar qué tipo de personas son pobres en espíritu basándose sólo en su apariencia exterior siendo humildes y gentiles, y que lo más importante es cómo tratan a Dios y cuál es su actitud hacia la verdad. Los fariseos, que parecían ser humildes y gentiles, e hicieron algunas buenas obras, pero que, cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra, no sólo no buscó humildemente, sino que también se apegó a sus propias nociones e imaginaciones, se resistieron y condenaron salvajemente al Señor Jesús, y clavaron al Señor Jesús en la cruz. ¿Cómo podrían llamarse personas pobres de espíritu? ¡Eran claramente arrogantes, vanidosos y enemigos de Dios!

Cómo es una persona pobre de espíritu, y cómo sus expresiones

Entonces, el hermano Fang continuó: “Algunas personas tienen caracteres arrogantes, pero son capaces de obedecer la verdad, y cuando la obra de Dios no se ajusta a sus nociones, son capaces de hacerse a un lado, buscar humildemente, aceptar y obedecer la verdad tan pronto como la entienden. Esas personas son verdaderamente pobres en espíritu, y también son humildes. Como se registra en la Biblia sobre Natanael, cuando Felipe trató de darle testimonio del Señor Jesús, confiando en sus propias nociones e imaginaciones, dijo Natanael: ‘¿Puede algo bueno salir de Nazaret?’ Pero cuando el Señor Jesús, refiriéndose a él, dijo: ‘He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño’. Nataniel le preguntó a Jesús: ‘¿Cómo es que me conoces?’ Jesús respondió: ‘Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi’. Nataniel dijo: ‘Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel’ (Ver Juan 1:45-49). Podemos ver que, aunque Nataniel tenía nociones del Señor Jesús al principio, porque creía que el Mesías no debería haber nacido en Nazaret, no se aferraba a sí mismo, sino que humildemente buscó y escuchó atentamente las palabras del Señor Jesús. Cuando oyó al Señor Jesús decir que vio a Natanael orando bajo la higuera, sintió que el Señor era omnipotente y omnisciente, que el Señor Jesús podía examinar su corazón y su alma, y que el Señor Jesús era diferente de la gente común, por lo que Nataniel hizo a un lado su propia noción, reconoció que el Señor Jesús era el Mesías profetizado, aceptó al Señor Jesús y recibió la salvación del Señor”.
El hermano Zhan asintió con la cabeza y dijo: “Sí, personas como Nataniel, que trataron a Dios y Su obra con la actitud de buscar humildemente, y que fue capaz de aceptar y obedecer las palabras del Señor Jesús, ¡son personas que son pobres en espíritu! También se me recordó la historia del etíope eunuco aceptando el evangelio del Señor Jesús. En la Biblia dice: ‘El eunuco respondió a Felipe y dijo: Te ruego que me digas, ¿de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios’ (Hechos 8:34-37). Aunque el etíope eunuco tenía poder y estatus, no se vio afectado en absoluto por estas cosas. Cuando regresaba a casa después de haber ido a Jerusalén para adorar, conoció a Felipe, y no pensó que su posición o conocimiento de las Escrituras lo hiciera superior, ni era arrogante ni engreído. En cambio, buscó modestamente con una actitud humilde, y después de escuchar a Felipe predicar la historia del Señor Jesús, creyó que el Señor Jesús era el Cristo, y aceptó felizmente a Jesús como su Salvador. ¡La gente como esta son las que son pobres de espíritu!”

Estuve muy de acuerdo con la comunión del hermano Fang y el hermano Zhan, y dije: “Entonces, esos pobres de espíritu no son personas obstinadas. Son capaces de abordar las cosas que se originan en Dios con una actitud de búsqueda humilde sin importar si encaja con sus nociones, y una vez que entienden la verdad son capaces de hacer a un lado sus propias nociones y aceptar y obedecer la obra de Dios. Esas personas son puras y honestas, y tienen corazones que anhelan la verdad. Dios ama a la gente así. ¡Gracias al Señor! Finalmente entiendo ahora que los pobres de espíritu no son aquellos que son por apariencia humildes y gentiles, pero lo más importante son aquellos con corazones que temen a Dios, que humildemente buscan en todas las cosas, que obedecen la verdad y no delimitan arbitrariamente la obra de Dios”.

La hermana Yang continuó diciendo: “Sí, los pobres de espíritu tienen corazones que temen a Dios, y no importa si la obra de Dios encaja con sus nociones humanas, son capaces de soltarse a sí mismos y buscar humildemente. Esto es realmente ser pobre de espíritu, y sólo personas como ésta están calificadas para entrar en el reino de los cielos. Aquellos que son humildes en apariencia, pero arrogantes e inaceptables de la verdad en esencia, una vez que la obra de Dios no se ajusta a sus nociones, comienzan a juzgar, resistir y condenar, no son capaces de buscar e investigar humildemente en absoluto, en última instancia son odiados y detestados por Dios. Esas personas no tienen parte ni participan en absoluto en el reino de los cielos”.

Después de escuchar la comunión de mis hermanos y hermanas, de repente recordé algo dicho por Jehová en la Biblia: “[...] pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7),* así que continué, diciendo: “Cuando miramos a la gente, sólo vemos su apariencia exterior, pero Dios ve el corazón de las personas, su esencia. En el pasado, me faltaba discernimiento, y cuando vi que alguien parecía ser bueno, ser gentil y amable, pensé que eran humildes, pero pensando en ello ahora, ¡veo que la idea es absurda!”

El hermano Fang dijo: “¡Amén! Es gracias a la iluminación y la guía del Señor que hemos adquirido este entendimiento hoy. Ahora, si miramos la declaración del Señor Jesús: ‘Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos’ (Mateo 5:3), entendemos aún más claramente. Ya estamos en el final de los últimos días, que es el momento crucial para recibir el regreso del Señor. Ahora es aún más importante que seamos capaces de ser pobres en espíritu, buscar humildemente en todas las cosas y aceptar y obedecer la verdad, para que podamos agradar al Señor y recibir el regreso del Señor. Recuerden que el Señor Jesús dijo: ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber lo que habrá de venir’ (Juan 16:12-13). Y en Apocalipsis 3:20, profetizó: ‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo’. En Apocalipsis 2:7, también profetizó: ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias’. De estos versículos de las Escrituras podemos ver que cuando el Señor regrese en los últimos días, hablará más, y nos dirá todas las verdades y misterios. Cuando escuchamos que una iglesia en particular testifica que el Señor ha regresado y está hablando, o cuando una persona testifica que el Señor ha regresado, debemos dejar de lado nuestras propias nociones y tratar humildemente de ver si estas palabras llenan nuestras necesidades espirituales, resuelven nuestros problemas prácticos y señalan un camino de práctica. Cuando determinamos que esta es la voz de Dios y una expresión de la verdad, debemos aceptar la verdad y obedecer la obra de Dios. De esta manera, podemos estar seguros de recibir el regreso del Señor. De lo contrario, sin una actitud de búsqueda humilde, si rechazamos y nos negamos a buscar o investigar algo que no esté de acuerdo con nuestras nociones, corremos el riesgo de caminar el camino de los fariseos de resistir a Dios, ¡y perderemos nuestra oportunidad de recibir el regreso del Señor, que sería algo muy trágico!”

Dije con aprobación: “¡Amén! Mientras seamos personas pobres en espíritu, que puedan buscar humildemente la verdad, y puedan aceptar y obedecer en el momento en que determinemos que lo que escuchamos es la voz de Dios y la expresión de la verdad, ¡entonces seremos verdaderamente sabios! ¡Espero ser alguien que pueda buscar humildemente, escuchar la voz de Dios y dar la bienvenida a la aparición del Señor!”

“¡Gracias a Dios!”

“La comunión de hoy es maravillosa! ¡Realmente proviene de la iluminación y la guía del Espíritu Santo!”

Unas citas bíblicas son tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.