Por Zhou Tao
¿Por qué hay tantas denominaciones diferentes?
Hace unos años, cuando estaba fuera de la ciudad por negocios y no podía asistir a las reuniones de la iglesia, asistí a reuniones de la iglesia local, porque no importa a dónde fuera siempre es mi práctica asistir a la Iglesia, orar y leer la palabra de Dios con mis hermanos y hermanas el día de la adoración. Sin embargo, cuando visitaba la Iglesia en estos lugares, a menudo se me acercaban los líderes (o misioneros) de estas respectivas iglesias que me preguntaban: “Hermano, ¿de qué denominación eres tú? ¿Qué doctrinas tiene tu iglesia?” Al oír esto, a menudo me sentía un poco desconcertado y respondía diciendo: “Creo en el Señor Jesús, soy cristiano, y no pertenezco a ninguna denominación en particular. Según Dios, ¿no somos todos parte de una gran familia?” Sin embargo, a menudo respondían: “Muchas iglesias están en desorden en estos días. Nuestra iglesia es la única iglesia verdadera, es la iglesia unida”. Aún más desconcertante para mí fue, cuando volví a mi iglesia original y, como siempre, el pastor me preguntó sobre qué tipo de doctrinas había escuchado en otras iglesias, terminamos enredados en una gran discusión, no pudimos llegar a un entendimiento mutuo y nos fuimos en malos términos porque el entendimiento que había adquirido en otras iglesias era diferente de lo que predicaba. Así, durante varios años, atravesé las innumerables denominaciones del cristianismo en mis variados viajes y fui testigo de cómo se juzgaban y criticaban mutuamente, convirtiendo así un “hogar” en un “campo de batalla”. Viendo todo esto, a menudo pensaba: “La Biblia dice: ‘Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos’ (Efesios 4:5-6). Todos creemos en el mismo Dios, leemos la misma Biblia y las palabras de Dios, así que ¿por qué el cristianismo se divide en tantas denominaciones diferentes? ¿Qué hay en la raíz de este problema? ¿Cuáles de las denominaciones reales concuerda con las intenciones de Dios?” Atormentado por toda esta confusión y perplejidad, busqué a toda prisa una respuesta.