Zhao Zhigang era un anciano de la iglesia local en China. Como cientos de millones de cristianos, su mayor ilusión era ser arrebatado en vida, conocer al Señor y reinar con él.
En 1999, su líder religioso lanzó un mensaje: "El Señor regresará en el 2000, todos los creyentes serán arrebatados en vida".