Respuesta: Mucha gente del mundo religioso cree que la Biblia fue inspirada por Dios, creen lo que dijo Pablo al respecto, pero nadie investiga en qué se basó Pablo para esta declaración. La gente tiene ese punto de vista solo porque venera demasiado a Pablo y le tiene una fe muy ciega. ¿Nadie se ha planteado si las afirmaciones de Pablo coinciden con la palabra de Dios? ¿Están respaldadas por las palabras del Señor Jesús? ¿Estas palabras son pruebas del Espíritu Santo? La gente utiliza las palabras de Pablo para determinar ciegamente que la Biblia fue completamente inspirada por Dios. ¿Coincide esto con la palabra de Dios y con la verdad? Si la palabra del Señor Jesús o la del Espíritu Santo corrobora la declaración de Pablo, entonces deberemos aceptarlas y obedecerlas, siguiendo la voluntad del Señor, pero todos tenemos muy claro ¡que Pablo se resistía a Dios y se oponía al Señor Jesús! Se sabe que fue el principal culpable de la oposición a la obra del Señor Jesús. Aunque el Señor Jesús le eligiera como apóstol para que difundiera el evangelio, Pablo no deja de ser una criatura creada; por tanto, todas sus palabras son, indudablemente, palabras humanas. El Señor Jesús es Dios, mientras que todos Sus apóstoles y discípulos son hombres. Los apóstoles y discípulos del Señor Jesús no se pueden comparar con el propio Señor Jesús. Si no tiene el respaldo de la palabra del Señor Jesús o de la del Espíritu Santo, no se puede aceptar ciegamente, diga lo que diga el hombre. Si no, ¡las consecuencias serán inimaginables! Si recordamos cuando los fariseos se resistían y condenaban al Señor Jesús, muchas personas le rechazaron porque seguían a los fariseos. Fueron eliminadas y condenadas precisamente por haberse resistido al Señor Jesús. ¿No ha aprendido la gente estas lecciones? Ajá. De hecho, en la Biblia, solamente la palabra de Dios Jehová, la del Señor Jesús, la del Espíritu Santo, la palabra de Dios a los profetas y las profecías del Apocalipsis son palabra de Dios. Además de eso, están los registros y las cartas del hombre. Estos cuentan como testimonios de la obra de Dios y deben aparecer en la Biblia, pero no debemos considerar la palabra del hombre como palabra de Dios. La palabra del hombre es del hombre y solo lo que dice Dios es la verdadera palabra de Dios. Si la gente insiste en que las palabras del hombre y de Satanás que aparecen en la Biblia son palabra de Dios, ¡eso es calumniar y blasfemar contra Dios! Por tanto, decir que “toda la escritura fue inspirada por Dios y es toda la palabra de Dios”, ¡no se ajusta a la realidad!
Leamos un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso. “En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un registro histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y, otras, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre; todas fueron resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo ni era profeta, y, mucho menos, tuvo las visiones que tuvo Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. Por tanto, las epístolas paulinas del Nuevo Testamento son epístolas que Pablo escribió para las iglesias y no son inspiraciones del Espíritu Santo ni Sus declaraciones directas. […] Él llevó a cabo la obra de un apóstol de las iglesias de esa época; era un obrero usado por el Señor Jesús, y, por tanto, tuvo que responsabilizarse de las iglesias y llevar a cabo la obra de las mismas. Tuvo que aprender acerca de las condiciones de los hermanos y las hermanas; por ello, escribió epístolas para todos los hermanos y hermanas en el Señor. Todo lo que dijo que era edificante y positivo para las personas fue correcto, pero no representaba las declaraciones del Espíritu Santo ni podía representar a Dios. ¡Es un entendimiento atroz y una blasfemia enorme que las personas traten los registros de las experiencias de un hombre y las epístolas de un hombre como las palabras habladas por el Espíritu Santo a las iglesias! […] Si las personas consideran las epístolas o las palabras como las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho con mayor severidad, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los registros de sus epístolas y ante las palabras que habló como si fueran un libro sagrado o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar a la ligera las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios?” (‘Relativo a la Biblia (3)’ en “La Palabra manifestada en carne”).
La palabra de Dios Todopoderoso lo deja muy claro: la Biblia no solo contiene la palabra de Dios, sino también las palabras de muchas personas. Esta es la verdad y hay que respetarla, discernir y valorar la Biblia correctamente, pero muchos creyentes aún creen ciegamente en la Biblia y la veneran. Todos ellos creen en la declaración de Pablo de que “Toda Escritura es inspirada por Dios”. Creen que lo que aparece en la Biblia debe ser palabra de Dios y consideran las palabras del hombre, así como las de Satanás, como palabra de Dios, ¿qué problema hay ahí? ¿No es eso resistirse y blasfemar contra Dios? La palabra del hombre se distingue claramente en la Biblia como tal, ¿por qué insiste la gente en que es palabra de Dios? ¿Se va a convertir la palabra del hombre en palabra de Dios por aparecer en la Biblia? ¿Qué lógica tiene eso? La Biblia también incluye las palabras de la vieja serpiente, las palabras de Satanás. ¿Se atreve alguien a decir que también son palabra de Dios? Eso demuestra que hacen el ridículo todos aquellos que piensan que la Biblia es la totalidad de la palabra de Dios. Aunque la gente no entienda la verdad, debe al menos respetar los hechos. No tiene que darle la vuelta a la realidad.
Todos sabemos que solo la palabra de Dios es la verdad, el camino y la vida. La palabra del hombre, cuando coincide con la verdad, proviene siempre de su experiencia y conocimiento de la palabra de Dios, pero, aunque iluminada por el Espíritu Santo, sigue siendo la palabra del hombre y no puede compararse con la palabra de Dios. La palabra de Dios es la expresión de Su carácter y de todo lo que Él tiene y es, es la realidad positiva y puede ser la vida del hombre. La palabra del hombre, cuando coincide con la verdad, proviene siempre de su experiencia y comprensión de la palabra de Dios y de la verdad, y representa la altura del hombre en ese momento; pero el hombre debe tener claro que nunca podrá experimentar completamente la verdad de la palabra de Dios. Por muy profundo que sea su conocimiento de la palabra de Dios y de la verdad, no podrá llegar a la esencia original de la verdad; es decir, la palabra del hombre, aunque coincida con la verdad, no se puede equiparar a esta. El que el hombre pueda decir palabras que coincidan con la verdad no significa que esté en posesión de la verdad; es más, eso no significa que el hombre sea la verdad. Esto es porque el Espíritu Santo basa Su obra en la altura real del hombre, le ilumina y guía para que poco a poco entienda la verdad y se adentre en la realidad. Por tanto, las palabras de las personas utilizadas por Dios que coinciden con la verdad son una experiencia y una comprensión limitadas de la verdad y muy distintas de la esencia de esta. Las palabras que coinciden con la verdad solo pueden aportarnos algo de ayuda y provecho. No pueden ser la vida del hombre ni compararse con la palabra de Dios. Permitidme que os lea un pasaje de la palabra de Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso dice: “Las palabras esclarecidas por el Espíritu Santo no representan las palabras de Dios, no representan la verdad, no pertenecen a ella; son simplemente un poco de conocimiento de la verdad, un poco del esclarecimiento del Espíritu Santo. […] La verdad es la vida de Dios mismo. Representa Su carácter, Su esencia y todo lo que hay en Él” (‘¿Sabes qué es realmente la verdad?’ en “Registros de las pláticas de Cristo”). Por tanto, en la Biblia, la palabra de Dios y la palabra del hombre no pueden confundirse. La prédica de muchos pastores religiosos no se basa en la palabra de Dios, sino en la palabra del hombre que aparece en la Biblia. Consideran que la palabra del hombre en la Biblia es la verdad y mandan a la gente que la practique y la cumpla. Así se genera confusión fácilmente, pues la palabra del hombre no puede ser la vida del hombre y solo la palabra de Dios puede serlo. Los pastores siempre consideran que, en la Biblia, la palabra del hombre es la verdad y mandan a la gente que la practique y se adentre en ella. ¿No es eso poner el carro delante de los bueyes? ¿Es eso exaltar y dar testimonio de Dios? Además, fue Pablo quien dijo que “Toda Escritura es inspirada por Dios”. Dios nunca ha dado este testimonio de la Biblia ni el Espíritu Santo ha dicho eso nunca, es más, ningún profeta ni apóstol lo ha dicho. La declaración de Pablo de que “Toda Escritura es inspirada por Dios” solo puede representar su punto de vista particular y no está respaldada por la palabra de Dios. Por tanto, creer que toda la Biblia fue inspirada por Dios, que es toda la palabra de Dios y que representa a Dios es un tremendo error. La gente debe tenerlo claro y valorar correctamente la Biblia para satisfacer a Dios.
Extracto del guion de la película de “¡Rompe las cadenas y corre!”
Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso
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