Principios para vencer las tentaciones de Satanás

✼•┈┈┈┈•✼•┈┈┈┈•✼•┈┈┈┈•✼•┈┈┈┈•✼•┈┈┈┈•✼•┈┈┈┈•✼•┈┈┈•✼

Devocionales diarios | Principios para vencer las tentaciones de Satanás

 

(1) Al ser tentada por Satanás, la persona ha de apresurarse a orar y buscar la verdad. No debe responder ni tomar decisiones precipitadas para no caer en la tentación.

(2) Se deben leer multitud de palabras de Dios con regularidad y comprender y dominar los medios y principios por los que se vencen las tentaciones de Satanás. Hacerlo resulta sumamente útil para vencerlas.

(3) Se ha de tener claro que lo que subyace a la guerra en el ámbito espiritual es el desafío de Satanás a Dios al acusar a Su pueblo elegido. La única manera de recibir la aprobación de Dios es mantenerse firme en el testimonio.

(4) Es preciso tener una sólida fe en que la palabra de Dios es la verdad y las mentiras de Satanás son siempre falacias. Es el único modo de devolverle el golpe a Satanás con la verdad y humillarlo.

Las palabras relevantes de Dios:

En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre ellas, como nacidas de disposiciones humanas o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra y todo lo que acontece es una apuesta hecha por Satanás ante Dios y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres y la interferencia de estos. Detrás de cada paso de la obra que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. […] Cuando Él y Satanás luchan en el ámbito espiritual, ¿cómo deberías satisfacer a Dios? Y ¿cómo deberías mantenerte firme en el testimonio de Él? Deberías saber que todo lo que te ocurre es una gran prueba y es el momento en que Dios necesita que des testimonio. Aunque parezcan no ser importantes desde fuera, cuando estas cosas ocurren muestran si amas o no a Dios. Si lo haces, serás capaz de mantenerte firme en tu testimonio de Él y, si no has puesto en práctica el amor a Dios, esto muestra que no eres alguien que pone en práctica la verdad, que no tienes la verdad ni tienes la vida, ¡que eres cascarilla! Todo lo que acontece a las personas tiene lugar cuando Dios necesita que se mantengan firmes en el testimonio que dan de Él. Aunque, de momento, no te está ocurriendo nada importante y no estás dando un gran testimonio, cada detalle de tu vida diaria tiene relación con el testimonio de Dios. Si puedes obtener la admiración de los hermanos y hermanas, tus familiares y todos a tu alrededor; si un día llegan los incrédulos y admiran todo lo que haces y ven que todo lo que Dios hace es maravilloso, habrás dado testimonio. Aunque no tienes percepción y tu calibre es pobre, por medio de tu perfeccionamiento por parte de Dios puedes satisfacerlo y ser consciente de Su voluntad, lo cual muestra a otros la gran obra que Él ha hecho en personas del calibre más pobre. Cuando las personas llegan a conocer a Dios y se vuelven vencedores delante de Satanás y leales a Dios en gran medida, nadie tiene más agallas que este grupo de personas, y este es el más grande testimonio. Aunque eres incapaz de hacer una gran obra, puedes satisfacer a Dios. Otros no pueden poner a un lado sus nociones, pero tú sí; otros no pueden dar testimonio de Dios durante sus experiencias reales, pero tú puedes usar tu estatura y tus acciones reales para retribuirle por Su amor y dar un testimonio rotundo de Él. Sólo esto puede considerarse amar realmente a Dios. Si eres incapaz de esto, no darás testimonio entre tus familiares, entre los hermanos y hermanas ni ante las personas del mundo. Si no puedes dar testimonio ante Satanás, este se reirá de ti, se burlará de ti, te tratará como un juguete, te pondrá frecuentemente en ridículo, y te volverá loco. En el futuro, pueden sobrevenirte grandes pruebas; pero hoy, si amas a Dios con un corazón sincero e independientemente de cuán grandes sean las pruebas por delante, de lo que te acontezca, puedes mantenerte firme en tu testimonio, puedes satisfacer a Dios y después tu corazón será consolado y no tendrás miedo por muy grandes que sean las pruebas que te encuentres en el futuro. No podéis ver qué pasará en el futuro; solo podéis satisfacer a Dios durante las circunstancias presentes. Sois incapaces de hacer cualquier gran obra y deberíais centraros en satisfacer a Dios experimentando Sus palabras en la vida práctica y dando un testimonio sólido y rotundo que avergüence a Satanás. Aunque tu carne permanece insatisfecha y habrá sufrido, habrás satisfecho a Dios y avergonzado a Satanás. Si siempre practicas de esta forma, Dios abrirá una senda delante de ti. Cuando, un día, venga una gran prueba, otros caerán, pero seguirás siendo capaz de mantenerte firme: debido al precio que has pagado, Dios te protegerá de forma que puedas mantenerte firme y no caer. Si, por lo general, eres capaz de poner en práctica la verdad y satisfacer a Dios con un corazón que lo ama de verdad, Dios te protegerá sin duda durante las pruebas futuras. Aunque eres necio, de una estatura pequeña y un pobre calibre, Dios no te discriminará. Dependerá de que tus intenciones sean correctas. Hoy eres capaz de satisfacer a Dios y por ello estás atento al detalle más pequeño, satisfaces a Dios en todas las cosas, tienes un corazón que lo ama sinceramente, le entregas tu corazón sincero y, aunque existen algunas cosas que no puedes entender, puedes venir ante Él para rectificar tus intenciones y buscar Su voluntad; haces todo lo necesario para satisfacerle. Quizá los hermanos y hermanas te abandonarán, pero tu corazón será satisfactorio para Dios y no codiciarás los placeres de la carne. Si siempre practicas de esta forma, estarás protegido cuando vengan sobre ti las grandes pruebas.

Extracto de ‘Solo amar a Dios es realmente creer en Él’ en “La Palabra manifestada en carne”

Todo lo que Dios hace es necesario, y posee un sentido extraordinario, porque todo lo que lleva a cabo en el hombre concierne a Su gestión y la salvación de la humanidad. Naturalmente, la obra que Dios realizó en Job no es distinta, aunque Job fuera perfecto y recto a los ojos de Dios. En otras palabras, independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles a las personas ver en las tentaciones y ataques de Satanás la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Solo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás. La liberación de las personas significa que ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, obediencia, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su obediencia a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este las abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre. Si desean ser salvados y totalmente ganados por Dios, entonces todos los que le siguen deben afrontar tentaciones y ataques, tanto grandes como pequeños, de Satanás. Los que emergen de estas tentaciones y ataques, y son capaces de derrotar por completo a Satanás son aquellos a los que Dios ha salvado. Es decir, los salvos en Él son los que han pasado por Sus pruebas, y han sido tentados y atacados por Satanás innumerables veces. Estos entenderán Su voluntad y Sus requisitos, pueden someterse a Su soberanía y a Sus disposiciones, y no abandonan el camino de temer a Dios y apartarse del mal en medio de las tentaciones de Satanás. Los salvados en Él son honestos, bondadosos, diferencian entre el amor y el odio, tienen sentido de la justicia, son racionales, capaces de preocuparse por Dios y valorar todo lo que es de Él. Satanás no puede atar, espiar, acusar a estas personas ni maltratarlas; son completamente libres, han sido liberadas y puestas por completo en libertad. Job era exactamente ese hombre de libertad, y esta es justo la relevancia de que Dios lo ha entregado a Satanás.

Extracto de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”

Durante la obra de la provisión y sustento de Dios continuos para el hombre, Él le comunica a este Su voluntad y todos Sus requisitos, y le muestra Sus hechos, Su carácter, y lo que Él tiene y es. El objetivo es equipar al hombre con una estatura, y permitirle obtener diversas verdades suyas mientras este le sigue, verdades que son las armas que Él proporciona para luchar contra Satanás. Equipado así, el hombre debe afrontar las pruebas de Dios. Él tiene muchos medios y vías para ponerle a prueba, pero cada uno de ellos requiere la “cooperación” del enemigo de Dios: Satanás. Es decir, habiéndole dado las armas con las que luchar contra Satanás, Dios le entrega el hombre a este y le permite “probar” su estatura. Si el hombre puede romper las formaciones de batalla de Satanás, escapar de su cerco y seguir viviendo, habrá superado la prueba. Pero si es incapaz de hacerlo, y se somete a Satanás, no lo habrá conseguido. Cualquiera que sea el aspecto del hombre que Dios examine, el criterio de Su examen consiste en ver si se mantiene o no firme en su testimonio cuando Satanás le ataque, o si abandona o no a Dios, rindiéndose y sometiéndose a él cuando este lo tiene atrapado. Puede decirse que, que el hombre pueda ser o no salvado, depende de que él pueda superar y derrotar a Satanás; y que él pueda ganar o no la libertad, depende de que sea capaz de levantar, por sí mismo, las armas que Dios le ha dado para superar la esclavitud de Satanás, haciendo que este abandone por completo la esperanza y lo deje en paz. Si Satanás pierde la esperanza y renuncia a alguien, quiere decir que nunca más intentará quitarle esa persona a Dios, nunca más la acusará ni interferirá en ella, no la torturará ni atacará más gratuitamente; Dios sólo ganará verdaderamente a alguien así. Este es todo el proceso por el cual Dios gana a las personas.

Extracto de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”

En la tierra, toda clase de espíritus malvados están incesantemente al acecho de un lugar donde descansar e incesantemente buscan cadáveres humanos que puedan ser consumidos. ¡Pueblo mío! Debéis permanecer bajo Mi cuidado y protección. ¡Nunca seáis disolutos! ¡Nunca os comportéis de modo imprudente! Debes ofrecer tu lealtad en Mi casa, y solo con lealtad puedes contraatacar el engaño del diablo. Bajo ninguna circunstancia debes comportarte como lo hiciste en el pasado, haciendo una cosa delante de Mí y otra a Mis espaldas; si actúas de esta forma, estás más allá de la redención. ¿Acaso no he pronunciado suficientes palabras como estas? Precisamente porque la vieja naturaleza del hombre es incorregible, he tenido que recordárselo repetidamente a las personas. ¡No os aburráis! ¡Todo lo que digo es para asegurar vuestro destino! Lo que Satanás necesita es precisamente un lugar sucio e inmundo; cuanto más desesperanzadoramente incorregibles y disolutos seáis, negándoos a someteros a la moderación, más aprovecharán esos espíritus inmundos cualquier oportunidad de infiltrarse en vosotros. Si habéis llegado a este punto, vuestra lealtad no será sino un parloteo ocioso, sin ninguna realidad, y los espíritus inmundos devorarán vuestra determinación y la transformarán en desobediencia y en estrategias satánicas que utilizará para perturbar Mi obra. A partir de entonces, Yo podría aniquilaros en cualquier momento. Nadie comprende la gravedad de esta situación; las personas simplemente hacen oídos sordos a lo que oyen y no son cautas en lo más mínimo. No recuerdo lo que se hizo en el pasado. ¿Sigues esperando que Yo sea indulgente contigo y “olvide” una vez más? Aunque los seres humanos se han opuesto a Mí, Yo no lo usaré contra ellos, pues su estatura es demasiado pequeña y, por ello, no les he puesto grandes exigencias. Solo exijo que no sean disolutos y que se sometan al control. Seguro que cumplir esta estipulación no escapa a vuestra capacidad, ¿verdad?

Extracto de ‘Capítulo 10’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”

Se podría decir que tus muchas experiencias de fracaso, de debilidad, y los momentos de negatividad son pruebas de Dios para ti. Esto se debe a que todo procede de Dios, todas las cosas y todos los eventos están en Sus manos. Si fracasas, eres débil y tropiezas, todo se sustenta en Dios y Él lo tiene agarrado. Desde el lado de Dios, esto es una prueba para ti, y si no lo puedes reconocer, esto se convertirá en tentación. Existen dos clases de estados que las personas deberían reconocer: uno procede del Espíritu Santo, y el otro probablemente de Satanás. En un estado, el Espíritu Santo te ilumina y te permite conocerte, detestarte y arrepentirte, así como ser capaz de tener amor genuino por Dios, y de disponer tu corazón para satisfacerlo. El otro estado es que te conoces, pero eres negativo y débil. Podría decirse que esto es el refinamiento de Dios. Podría decirse también que es la tentación de Satanás. Si reconoces que esto es la salvación de Dios hacia ti y sientes que ahora estás increíblemente en deuda con Él, y si de ahora en adelante intentas compensarlo y no caes más en tal depravación; si pones tu esfuerzo en comer y beber Sus palabras, si siempre consideras que eres deficiente y que tienes un corazón que anhela, esta es la prueba de Dios. Después de que el sufrimiento haya terminado y una vez que avances de nuevo, Dios seguirá dirigiéndote, iluminándote, esclareciéndote, y nutriéndote. Pero si no lo reconoces y eres negativo, si te limitas a abandonarte hasta la desesperación, si piensas de esta forma, la tentación de Satanás habrá caído sobre ti. Cuando Job pasó por pruebas, Dios y Satanás estaban apostando entre sí y Dios permitió que Satanás afligiera a Job. Aunque era Dios quien probaba a Job, fue realmente Satanás quien cayó sobre él. Para Satanás, él estaba tentando a Job, pero este estaba del lado de Dios; de no haber sido este el caso, Job habría caído en tentación. Tan pronto como las personas caen en la tentación, caen en el peligro. Se puede decir que pasar por el refinamiento es una prueba de Dios, pero si no estás en buen estado, puede decirse que es una tentación de Satanás. Si no tienes clara la visión, Satanás te acusará y te nublará en el aspecto de la visión. Antes de que te des cuenta, caerás en la tentación.

Extracto de ‘Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento’ en “La Palabra manifestada en carne”

Si las personas caen bajo la influencia de Satanás, entonces en su interior no tienen amor por Dios y sus visiones, amor y determinación anteriores habrán desaparecido. Las personas solían sentir que debían sufrir por Dios, pero ahora piensan que hacerlo es vergonzoso y no andan faltos de quejas. Esta es la obra de Satanás, una señal de que el hombre ha caído bajo su campo de acción. Si te encuentras en este estado debes orar y darte la vuelta tan pronto como puedas, eso te protegerá contra los ataques de Satanás. Durante el amargo refinamiento, el hombre puede caer más fácilmente bajo la influencia de Satanás, así que, ¿cómo debes amar a Dios durante tal refinamiento? Debes armarte de determinación, poner tu corazón delante de Dios y consagrarle el tiempo que te queda. No importa cómo te refine Dios, debes ser capaz de poner la verdad en práctica para satisfacer la voluntad de Dios y asumir la responsabilidad de buscarlo a Él y de buscar la comunión. En momentos como estos, mientras más pasivo seas, más negativo te volverás y más fácil te será retroceder. Cuando sea necesario que cumplas tu función, aunque no la cumplas bien, haces todo lo que puedes y lo haces usando nada más que tu amor por Dios; independientemente de lo que digan los demás —ya sea que has hecho bien o que has hecho mal— tus intenciones son correctas y no eres un santurrón, ya que estás actuando en nombre de Dios. Cuando los demás te malinterpreten puedes orar a Dios y decirle: “¡Oh, Dios! No pido que los demás me toleren, me traten bien, me entiendan o me aprueben. Solo pido poder amarte en mi corazón, tenerlo en paz y que mi conciencia esté tranquila. No pido que los demás me elogien o me tengan en alta estima; solo busco satisfacerte de corazón; cumplo mi función haciendo todo lo que puedo y aunque soy tonto, estúpido, de pobre calibre y ciego, sé que Tú eres maravilloso y estoy dispuesto a consagrarte todo lo que tengo”. En cuanto oras de esta manera, surge tu amor por Dios y sientes mucho más alivio en tu corazón. Esto es lo que significa practicar el amor a Dios. A medida que experimentes, fracasarás dos veces y tendrás éxito una o fracasarás cinco veces y tendrás éxito otras dos, y a medida que experimentes de esta manera, solo en medio del fracaso podrás ver la hermosura de Dios y descubrir lo que te hace falta. Cuando te vuelvas a encontrar en esas situaciones, debes tener cuidado, refrenar tus pasos y orar con mayor frecuencia. Poco a poco desarrollarás la habilidad para triunfar en esas situaciones. Cuando eso suceda, tus oraciones habrán sido efectivas. Cuando veas que has tenido éxito esta vez, por dentro estarás complacido y cuando ores podrás sentir a Dios y que la presencia del Espíritu Santo no te ha dejado, solo entonces sabrás cómo obra Dios en tu interior. Practicar de esta manera te facilitará el camino a la experiencia. Si no pones la verdad en práctica, entonces no tendrás la presencia del Espíritu Santo en tu interior. Pero si pones en práctica la verdad cuando te topas con las cosas tal y como son, entonces, aunque sientas dolor dentro, el Espíritu Santo estará contigo después, podrás sentir la presencia de Dios cuando ores, tendrás la fuerza para poner en práctica las palabras de Dios y en la comunión con tus hermanos y hermanas no habrá nada que pese en tu conciencia y te sentirás en paz y, de esta manera, podrás traer a la luz lo que has hecho. Independientemente de lo que digan los demás, podrás tener una relación normal con Dios, nadie te limitará, te levantarás por encima de todo, y en esto demostrarás que tu práctica de las palabras de Dios ha sido efectiva.

Extracto de ‘Solo experimentando el refinamiento puede el hombre poseer el verdadero amor’ en “La Palabra manifestada en carne”

La fe, la obediencia y el testimonio de Job de su victoria sobre Satanás han sido una fuente de inmensa ayuda y aliento para los seres humanos. En Job ven esperanza para su propia salvación, y perciben que a través de la fe, la obediencia y el temor de Dios es totalmente posible derrotar a Satanás, y prevalecer sobre él. Ven que mientras se sometan a la soberanía y las disposiciones de Dios, y siempre que posean la determinación y la fe para no abandonarle después de haberlo perdido todo, pueden acarrear vergüenza y derrotar sobre Satanás, y que sólo necesitan poseer la determinación y la perseverancia de mantenerse firmes en su testimonio —aunque esto signifique perder su vida— para que este se acobarde y se retire apresuradamente. El testimonio de Job es una advertencia para las generaciones posteriores, y les indica que si no derrotan a Satanás, nunca podrán librarse de sus acusaciones e interferencias ni podrán escapar jamás de sus abusos y ataques. El testimonio de Job ha esclarecido a las generaciones posteriores. Este esclarecimiento enseña a las personas que solo siendo perfectas y rectas serán capaces de temer a Dios y apartarse del mal; les enseña que sólo temiendo a Dios y apartándose del mal pueden dar un testimonio fuerte y resonante de Dios; sólo si dan un testimonio fuerte y resonante de Dios, nunca más podrán ser controladas por Satanás y vivir bajo la dirección y protección de Dios, y sólo entonces serán verdaderamente salvas. Todos los que procuran la salvación deberían emular la personalidad de Job y la búsqueda de su vida. Lo que él vivió durante toda su vida y su conducta en medio de sus pruebas es un preciado tesoro para todos los que buscan el camino de temer a Dios y apartarse del mal.

Extracto de ‘La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II’ en “La Palabra manifestada en carne”

Pedro me fue fiel por muchos años, sin nunca refunfuñar ni tener ningún tipo de queja; incluso Job nunca se le igualó y, a lo largo de los siglos, todos los santos han quedado muy por debajo de Pedro. Él no sólo buscó conocerme, sino que también llegó a conocerme durante el tiempo en que Satanás llevaba a cabo sus esquemas engañosos. Esto llevó a que Pedro me sirviera durante muchos años, siempre de acuerdo con Mi voluntad, y por esta razón nunca fue explotado por Satanás. Pedro aprendió una lección a partir de la fe de Job; sin embargo, también percibió claramente sus deficiencias. Aunque Job había sido un hombre de inmensa fe, carecía de conocimientos relacionados con el reino espiritual, y, por tanto, pronunció muchas palabras que no correspondían a la realidad; esto demuestra que el conocimiento de Job era superficial, e incapaz de ser perfecto. Por lo tanto, Pedro siempre se concentró en obtener un sentido del espíritu, y siempre prestó atención a observar la dinámica del reino espiritual. Como resultado, no sólo fue capaz de averiguar una parte de Mis deseos, sino que también logró un atisbo de los esquemas engañosos de Satanás. A causa de esto, el conocimiento que tenía de Mí fue mayor que cualquier otro a lo largo de los siglos.

De la experiencia de Pedro no es difícil deducir que, si los seres humanos desean conocerme, tienen que enfocarse en realizar una consideración cuidadosa dentro de su espíritu. No te pido que te “dediques” en cierta medida a Mí externamente; esto es una preocupación secundaria. Si tú no me conoces, entonces toda la fe, el amor y la lealtad de los que hablas no son más que ilusiones; son pura espuma, y con seguridad te convertirás en alguien que hace grandes alardes en Mi presencia, pero que no se conoce a sí mismo. Por lo tanto, una vez más serás atrapado por Satanás y te volverás incapaz de liberarte; te convertirás en el hijo de la perdición y en objeto de destrucción. Sin embargo, si tú eres frío e indiferente hacia Mis palabras, entonces, sin duda, te opones a Mí. Esto es un hecho, y harías bien en mirar a través de la puerta al reino espiritual, a los muchos y variados espíritus que Yo he castigado. ¿Cuál de ellos, frente a mis palabras, no fue pasivo e indiferente y se negó a aceptarlas? ¿Cuál de ellos no fue sarcástico respecto de Mis palabras? ¿Quién de ellos no intentó encontrar defectos en Mis palabras? ¿Quién entre ellos no usó Mis palabras como “arma defensiva” para “protegerse”? Ellos no usaron el contenido de Mis palabras como medio para conocerme, sino simplemente como juguetes para entretenerse. Al hacer esto, ¿acaso no se estaban oponiendo a Mí directamente? ¿Quién es Mi palabra? ¿Quién es Mi Espíritu? Tantas veces os he formulado estas preguntas; sin embargo, ¿habéis alcanzado alguna vez una percepción más alta y clara sobre ellas? ¿Alguna vez las habéis experimentado de verdad? Os recuerdo una vez más: ¡Si no conocéis Mis palabras ni las aceptáis ni las ponéis en práctica, entonces, inevitablemente, os convertiréis en objetos de Mi castigo! ¡Con seguridad os convertiréis en víctimas de Satanás!

Extracto de ‘Capítulo 8’ de Las palabras de Dios al universo entero en “La Palabra manifestada en carne”

Para conocer más: Cómo vencer la tentación


No hay comentarios:

Publicar un comentario