X Palabras clásicas sobre la realidad de la verdad en la que debe entrar el pueblo escogido de Dios (1)

Palabras diarias de Dios es el alimento espiritual que Dios da a los cristianos, la mayor provisión de vida para los cristianos. Leer la Palabra de Dios cada día es una manera de recibir la obra del Espíritu Santo, mediante la cual los cristianos pueden acercarse más a Dios y ser aprobados y bendecidos por Dios. Por favor lee ...

Devocional de hoy | Palabras clásicas sobre la realidad de la verdad en la que debe entrar el pueblo escogido de Dios (1)

La esencia de Dios no existe únicamente para que el hombre crea en ella, sino para que, asimismo, la ame. Sin embargo, muchos de aquellos que creen en Dios son incapaces de descubrir este “secreto”. La gente no se atreve a amar a Dios ni procura amarlo. Nunca ha descubierto que Dios tiene muchísimas cosas que lo hacen digno de ser amado; nunca han descubierto que Dios es el Dios que ama al hombre y el Dios que tiene el hombre para amar. La hermosura de Dios se manifiesta en Su obra: solo cuando experimente Su obra podrá descubrir la gente Su hermosura; solo con sus experiencias reales podrá apreciar la hermosura de Dios y nadie puede descubrirla sin observarla en la vida real. Dios tiene muchísimas cosas que lo hacen digno de amor, pero la gente no puede descubrirlo si no llega a relacionarse con Él. En otras palabras, si Dios no se hiciera carne, la gente no podría relacionarse realmente con Él y, en tal caso, tampoco podría experimentar Su obra, por lo que su amor por Él se contaminaría con muchas mentiras y fantasías. Su amor por el Dios del cielo no es tan auténtico como el que siente por el Dios de la tierra, pues su conocimiento del Dios del cielo se basa en sus fantasías, más que en lo que haya visto con sus propios ojos y en lo que haya experimentado personalmente. Cuando Dios viene a la tierra, la gente puede contemplar Sus actos propiamente dichos y Su hermosura, así como todo lo que hay en Su carácter práctico y normal, lo cual es miles de veces más auténtico que el conocimiento del Dios del cielo. Pese a lo mucho que la gente ame al Dios del cielo, este amor no tiene nada de auténtico y está lleno de ideas humanas. Por poco que ame al Dios de la tierra, este amor es auténtico y sigue siéndolo aunque solamente lo ame un poco. Dios hace que la gente lo conozca por medio de Su verdadera obra y se gana su amor mediante este conocimiento; igual que Pedro, que, si no hubiera vivido con Jesús, no habría podido adorarlo. Así pues, su lealtad a Jesús se basó en su relación con Él. Para que el hombre lo ame, Dios ha venido a vivir entre los hombres y Su realidad es todo cuanto Él hace que el hombre vea y experimente.

Extracto de ‘Quienes aman a Dios vivirán por siempre en Su luz’ en “La Palabra manifestada en carne”

Ninguna lección es más profunda que la de amar a Dios, y puede decirse que la lección que las personas aprenden de una vida de creencia es cómo amar a Dios. Es decir, si crees en Dios debes amarlo. Si sólo crees en Él pero no lo amas, no has alcanzado el conocimiento de Él, y nunca lo has amado con un amor verdadero que procede de tu corazón, entonces tu creencia en Él es fútil; si, en tu creencia en Dios, no lo amas, vives en vano, y tu vida al completo es la más inferior de todas. Si, a lo largo de toda tu vida, nunca has amado o satisfecho a Dios, ¿cuál es, pues, el sentido de que vivas? ¿Y cuál es el sentido de tu creencia en Dios? ¿No es esto un esfuerzo desperdiciado? Es decir, si las personas van a creer y a amar a Dios, deben pagar un precio. En lugar de actuar de una determinada forma externamente, deberían buscar la verdadera percepción en lo profundo de sus corazones. Si te entusiasma cantar y bailar, pero eres incapaz de poner en práctica la verdad, ¿podría decirse de ti que amas a Dios? Amar a Dios requiere buscar Su voluntad en todas las cosas, que explores en lo profundo de tu ser cuando te ocurra algo y trates de comprender la voluntad de Dios, que procures ver cuál voluntad de Dios está en el asunto, qué pide Él que consigas y cómo debes ser consciente de Su voluntad. Por ejemplo: ocurre algo que requiere que soportes dificultades, momento en el cual debes entender cuál es la voluntad de Dios y cómo debes ser consciente de Su voluntad. No debes satisfacerte a ti mismo: primero ponte a un lado. Nada es más abyecto que la carne. Debes buscar satisfacer a Dios y cumplir con tu deber. Con tales pensamientos, Dios te traerá un esclarecimiento especial en este asunto, y tu corazón también encontrará alivio.

Extracto de ‘Solo amar a Dios es realmente creer en Él’ en “La Palabra manifestada en carne


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