Solo adorando a Dios con el corazón y sinceridad podrán lograr la conmoción del Espíritu Santo

Dios Todopoderoso dice: “Las personas creen en Dios, lo aman y lo satisfacen cuando tocan al Espíritu de Dios con su corazón y, de ese modo, logran la satisfacción de Dios; al comprometerse con las palabras de Dios con su corazón, por lo tanto, el Espíritu de Dios las conmueve”.

"Toda vida espiritual se logra al confiar en estar callado delante de Dios. Al orar, se debe guardar silencio ante Él, antes de poder ser movido por el Espíritu Santo. Si uno está callado delante de Dios cuando come y bebe Sus palabras, puede ser esclarecido e iluminado, y logra entender de verdad las palabras de Dios. En tu meditación y tu comunión habituales, y cuando te estés acercando a Dios de corazón, sólo al permanecer callado delante de Él podrás tener una cercanía genuina con Él, un entendimiento genuino de Su amor y de Su obra, y una consideración verdadera por Sus intenciones. Cuanto más capaz seas normalmente de estar callado delante de Dios, más esclarecido puedes ser, y más capaz de entender tu propio carácter corrupto, de qué careces, a qué deberías entrar, qué función debes ejercer, y dónde están tus defectos. Todo esto se logra al confiar en estar callado delante de Dios. Si, al estar en silencio delante de Dios, alcanzas de verdad alguna profundidad, puedes entender algunos misterios en el espíritu, comprender lo que Dios quiere hacer en ti hoy, abordar más profundamente Sus palabras, la esencia, la sustancia y el ser de ellas, y ver la senda de la práctica de un modo más meticuloso y más preciso. Si no se puede estar callado en el espíritu hasta una cierta profundidad, sólo se producirá un cierto movimiento del Espíritu Santo, se sentirá una fuerza interna y un poco de disfrute y paz, pero no se podrá llegar a nada más hondo. He dicho antes que si uno no usa toda la fuerza, le resultará difícil escuchar Mi voz o ver Mi rostro. Esto se refiere a alcanzar profundidad en estar callado delante de Dios, no a un esfuerzo externo. Una persona que de verdad puede guardar silencio delante de Dios es capaz de liberarse de todas las ataduras mundanas y logra ocuparse por Dios. Todas las personas incapaces de permanecer calladas ante Dios son, sin lugar a duda, disolutas y desenfrenadas. Todos los que son capaces de callar delante de Dios son personas piadosas delante de Él, que anhelan a Dios. Sólo las personas silenciosas delante de Dios prestan atención a la vida, a hablar en comunión en espíritu, tienen sed de las palabras de Dios y persiguen la verdad. "

De “La Palabra manifestada en carne”

Recomendación: adorar en espiritu y en verdad

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