Reflexión de la venida de Cristo "Desde el trono fluye el agua de la vida" Escena 1 - ¿Cómo buscar las huellas de la obra de Dios?




Reflexión de la venida de Cristo "Desde el trono fluye el agua de la vida" Escena 1 - ¿Cómo buscar las huellas de la obra de Dios?


La palabra de Dios Todopoderoso dice :

Distinguir entre el camino verdadero y el falso requiere de varios aspectos de los conocimientos fundamentales, el más fundamental de los cuales es decir si existe o no la obra del Espíritu Santo. Porque la esencia de la creencia del hombre en Dios es la creencia en el Espíritu de Dios, e incluso su creencia en Dios encarnado se debe a que esta carne es la personificación del Espíritu de Dios, lo que significa que tal creencia sigue siendo la creencia en el Espíritu. Existen diferencias entre el Espíritu y la carne, pero debido a que esta carne proviene del Espíritu, y es la Palabra hecha carne, entonces en lo que el hombre cree sigue siendo la esencia inherente de Dios. Y, por ende, al diferenciar si este es o no el camino verdadero, por sobre todo se tiene que observar si es o no la obra del Espíritu Santo, después de lo cual se debe ver si existe o no la verdad en este camino. Esta verdad es el carácter de vida de la humanidad normal, es decir, lo que fue requerido del hombre cuando Dios lo creó en el principio, a saber: toda la humanidad normal (incluyendo el sentido humano, la percepción, la sabiduría y el conocimiento básico de ser hombre). Es decir, se necesita analizar si este camino puede llevar o no al hombre a una vida de humanidad normal, si la verdad dicha es o no requerida de acuerdo con la realidad de la humanidad normal, si esta verdad es o no práctica y real, y si es o no la más oportuna. Si existe verdad en ello, entonces será capaz de llevar al hombre a experiencias normales y prácticas; el hombre, por otra parte, se hace cada vez más normal, el sentido humano del hombre se vuelve cada vez más completo, la vida del hombre en la carne y la vida espiritual se vuelven cada vez más ordenadas, y las emociones del hombre se hacen cada vez más normales. Este es el segundo principio. Hay otro principio, que se refiere a si el hombre tiene o no un conocimiento cada vez mayor de Dios, si el que experimente este tipo de obra y verdad puede inspirar el amor por Dios en él y acercarlo cada vez más a Dios. En esto se puede medir si este es o no el camino verdadero. Lo más fundamental es si este camino es realista en vez de sobrenatural, y si es o no capaz de proporcionar vida al hombre. Si se ajusta a estos principios, puede llegarse a la conclusión de que este camino es el camino verdadero.

de ‘Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios’ en “La Palabra manifestada en carne”

Investigar algo así no es difícil, pero requiere que cada uno de nosotros conozca esta verdad: Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su esencia, y Aquel que es la encarnación de Dios tendrá Su expresión. Haciéndose carne, Dios traerá la obra que debe hacer, y haciéndose carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida, y de mostrarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios seguramente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Para investigar si es la carne encarnada de Dios, el hombre debe determinarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, si es o no la carne encarnada de Dios, y si es o no el camino verdadero, debe discernirse a partir de Su esencia. Y así, para determinar[a] si es o no la carne de Dios encarnado, la clave está en prestar atención a Su esencia (Su obra, Sus palabras, Su carácter, y mucho más), en lugar de fijarse en Su apariencia exterior. Si el hombre sólo ve Su apariencia exterior, y pasa por alto Su esencia, demostrará la ignorancia y la ingenuidad del hombre. La apariencia externa no determina la esencia; es más, la obra de Dios jamás puede ajustarse a los conceptos del hombre. ¿No estaba reñida la apariencia exterior de Jesús con los conceptos humanos? ¿No eran Su aspecto y Sus vestiduras incapaces de proporcionar pista alguna sobre Su verdadera identidad? ¿No fue la razón por la que los antiguos fariseos se opusieron a Jesús, porque simplemente miraban Su aspecto exterior, y no se tomaron en serio las palabras que Él habló? Mi esperanza es que los hermanos y hermanas, que buscan la aparición de Dios, no repitan la tragedia histórica. No debéis convertiros en los fariseos de los tiempos modernos y clavar a Dios de nuevo en la cruz. Deberíais considerar cuidadosamente cómo dar la bienvenida al retorno de Dios, y tener una mente clara acerca de cómo ser alguien que se somete a la verdad. Esta es la responsabilidad de todo aquel que está esperando que Jesús vuelva con las nubes. Deberíamos frotarnos nuestros ojos espirituales, y no caer presas de las palabras llenas de ilusiones. Deberíamos pensar en la obra actual de Dios, y echar un vistazo a Su lado práctico. No os dejéis llevar demasiado ni os perdáis en fantasías esperando siempre el día en que el Señor Jesús descienda repentinamente sobre vosotros en una nube para llevaros a vosotros que nunca lo habéis conocido o visto, y que no sabéis cómo hacer Su voluntad. ¡Es mejor pensar en asuntos prácticos!

de ‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne

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