Pelicula cristiana "El misterio de la piedad: la continuación" Escena 1 - ¿Cómo se le aparecerá el Señor al hombre cuando regrese?




A lo largo de los siglos, tras la resurrección y la ascensión del Señor Jesús al cielo, los creyentes hemos anhelado fervorosamente el regreso de Jesús, el Salvador. La mayoría de la gente cree que será el cuerpo espiritual de Jesús resucitado el que se nos aparezca cuando regrese el Señor. Pero ¿por qué en los últimos días Dios se ha aparecido al hombre encarnado como el Hijo del Hombre? Dios Todopoderoso dice: "Si Dios no se hace carne, se queda como el Espíritu invisible e intangible para el hombre. Este es una criatura de carne, y el hombre y Dios pertenecen a dos mundos diferentes y son de distinta naturaleza. El Espíritu de Dios es incompatible con el hombre de carne, y no se pueden establecer relaciones entre ellos". "Sólo haciéndose carne puede Él transmitir personalmente Sus palabras a los oídos de todos de forma que todos los que tienen oídos puedan oír Sus palabras y recibir Su obra de juicio por la palabra. Sólo ése es el resultado obtenido por Su palabra" (La Palabra manifestada en carne).

La palabra de Dios dice :

"Porque el que es juzgado es el hombre, el hombre que es de la carne y se ha corrompido, y no es el espíritu de Satanás el que es juzgado directamente, la obra de juicio no se lleva a cabo en el mundo espiritual sino entre los hombres. Nadie es más adecuado y está más calificado que Dios en la carne para hacer la obra de juzgar la corrupción de la carne del hombre. Si el juicio lo llevara a cabo directamente el Espíritu de Dios, entonces no lo abarcaría todo. Además, sería difícil que el hombre aceptara esta obra, porque el Espíritu no puede venir cara a cara con el hombre y, por esta razón, los efectos no serían inmediatos, mucho menos el hombre sería capaz de contemplar con mayor claridad el carácter de Dios que no se puede ofender. Satanás sólo puede ser completamente derrotado si Dios en la carne juzga la corrupción de la humanidad. […] Si esta obra la hiciera el Espíritu de Dios, entonces no sería una victoria sobre Satanás. Por naturaleza el Espíritu es más exaltado que los seres mortales y por naturaleza el Espíritu de Dios es santo y victorioso sobre la carne. Si el Espíritu hiciera esta obra directamente, no sería capaz de juzgar toda la desobediencia del hombre y no podría revelar toda la injusticia del hombre. Porque la obra de juicio también se lleva a cabo por medio de las nociones que el hombre tiene de Dios y el hombre nunca ha tenido ninguna noción del Espíritu y así el Espíritu es incapaz de revelar mejor la injusticia del hombre, mucho menos de descubrir por completo tal injusticia. El Dios encarnado es el enemigo de todos aquellos que no lo conocen. Por medio de juzgar las nociones del hombre y su oposición a Él, descubre toda la desobediencia de la humanidad. Los efectos de Su obra en la carne son más aparentes que los de la obra del Espíritu. Y así, el juicio de toda la humanidad no lo lleva a cabo directamente el Espíritu sino que es la obra del Dios encarnado."

"El Dios encarnado es el enemigo de todos aquellos que no lo conocen. Por medio de juzgar las nociones del hombre y su oposición a Él, descubre toda la desobediencia de la humanidad. Los efectos de Su obra en la carne son más aparentes que los de la obra del Espíritu. Y así, el juicio de toda la humanidad no lo lleva a cabo directamente el Espíritu sino que es la obra del Dios encarnado. El hombre puede ver y tocar al Dios en la carne y el Dios en la carne puede conquistar por completo al hombre. En su relación con Dios en la carne, el hombre avanza de la oposición a la obediencia, de la persecución a la aceptación, de la noción al conocimiento y del rechazo al amor. Estos son los efectos de la obra del Dios encarnado. El hombre sólo es salvo a través de la aceptación de Su juicio, sólo llega a conocerlo poco a poco a través de las palabras de Su boca, es conquistado por Él durante su oposición a Él, y recibe la provisión de Su vida durante la aceptación de Su castigo. Toda esta obra es la obra de Dios en la carne y no la obra de Dios en Su identidad como el Espíritu."

de ‘La humanidad corrupta necesita más que nadie la salvación del Dios encarnado’ en “La Palabra manifestada en carne

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