El antiguo Imperio romano y el viejo Imperio británico llegaron a ser prósperos y poderosos sin que el pueblo se diera cuenta, y después dieron un vuelco hacia el declive y la ruina. En la actualidad, los Estados Unidos de América se han convertido en la superpotencia indiscutible a nivel mundial y, además, desempeñan sin sustituto posible las funciones de mantenimiento y estabilizaciónel rol irremplazable de mantener y estabilizar de la situación del mundo. ¿Qué misterios subyacen realmente en el auge y la caída de las naciones? ¿Quién gobierna el destino de cada país y cada pueblo? Este maravilloso fragmento de la película cristiana "Aquel que tiene la soberanía sobre todas las cosas" te revelará estas respuestas.
Leer más la palabra de Dios Todopoderoso :
"Quizás tu país prospere actualmente, pero si dejas que tu pueblo se aparte de Dios, aquel se verá cada vez más lejos de Sus bendiciones. La civilización de tu país se verá cada vez más pisoteada, y no pasará mucho tiempo antes de que las personas se levanten contra Dios y maldigan el cielo. Y, así, sin que el hombre lo sepa, el destino de un país se irá a la ruina. Dios levantará países poderosos para ocuparse de aquellos otros que Él ha maldecido, y puede incluso barrerlos de la faz de la tierra. El surgimiento y la caída de un país o nación se basa en si sus gobernantes adoran a Dios y en si ellos lideran a su pueblo más cerca de Dios para adorarlo. Pero en esta era final, como los que buscan sinceramente a Dios y lo adoran son cada vez más escasos, Él concede un favor especial a los países en los que el cristianismo es la religión del estado. Los reúne para formar el campamento del mundo relativamente justo, mientras que los países ateos o que no adoran al Dios verdadero pasan a ser los oponentes del campamento justo. De esta forma, Él no sólo tiene un lugar entre la humanidad en el que lleva a cabo Su obra, sino que también gana países que pueden ejercer autoridad justa con el fin de imponer sanciones y restricciones a las naciones que resisten a Dios. Pero a pesar de esto, sigue sin haber más personas que se presenten a adorar a Dios, porque el hombre se ha alejado demasiado de Él, y se ha olvidado de Él durante demasiado tiempo. En la tierra sigue habiendo países que sólo ejercen la justicia y resisten la injusticia. Sin embargo, esto está lejos de los deseos de Dios, porque ningún gobernante en ninguno de ellos permitirá que Él presida su pueblo, y ningún partido político reunirá a su gente para adorar a Dios; Él ha perdido Su lugar legítimo en el corazón de cada país, nación, partido gobernante, e incluso de cada persona. Aunque las fuerzas justas existen en este mundo, el gobierno en el que Dios no ocupa un lugar en el corazón del hombre es frágil. Sin Su bendición, el ámbito político caerá en el desorden y se volverá vulnerable al ataque. Para la humanidad, estar sin la bendición de Dios es como no tener el sol. Independientemente de la asiduidad con la que los gobernantes hagan contribuciones a su pueblo, del número de conferencias justas que celebre la humanidad, nada de esto cambiará las cosas ni alterará el destino de la humanidad. El hombre cree que un país en el que las personas están alimentadas y vestidas, en el que viven juntas pacíficamente, es un buen país, y tiene buen liderazgo. Pero Dios no piensa así. Él cree que un país en el que nadie le adora es uno que Él aniquilará. La forma de pensar del hombre está muy en conflicto con la de Dios. Así pues, si el jefe de Estado de un país no adora a Dios, el destino de ese país será trágico y el país no tendrá un lugar al cual llegar."
"Dios no participa en las políticas del hombre, pero controla el destino de un país o nación. Él controla este mundo y todo el universo. El destino del hombre y el plan de Dios están íntimamente relacionados, y ningún hombre, país o nación está exento de la soberanía de Dios. Si el hombre desea conocer su destino, debe venir ante Dios. Él hará que los que le siguen y adoran prosperen, y traerá declive y extinción sobre los que le resisten y lo rechazan."
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