Sólo las tres etapas de la obra de Dios son Su gestión completa ( IX ) - 1

Iglesia de Dios Todopoderoso ,Relámpago Oriental
Imagen de la Iglesia de Dios Todopoderoso

V. Sólo el juicio y castigo de Dios en los últimos días es Su obra crucial y decisiva para salvar a la humanidad (1)

Al hacer la obra de juicio y castigo de los últimos días, Dios Todopoderoso ha pronunciado millones de palabras y unos cuantos pasajes se han citado a continuación de lo que Dios Todopoderoso ha revelado sobre la relevancia de Su juicio y castigo en los últimos días. Si las personas son capaces de ponderar seriamente estas palabras, pueden tener un poco de entendimiento y conocimiento de Su obra en los últimos días.

“Cuando Jesús vino al mundo del hombre, trajo la Era de la Gracia y terminó la de la Ley. Durante los últimos días, Dios se hizo carne una vez más y, esta vez acabó la Era de la Gracia y trajo la del Reino. Todos aquellos que acepten la segunda encarnación de Dios serán conducidos a la Era del Reino, y podrán aceptar personalmente Su dirección. … Salvar al hombre totalmente de la influencia de Satanás no sólo requirió a Jesús cargar con los pecados del hombre como la ofrenda por el pecado, sino también que Dios realizara una obra mayor para librar completamente al hombre de su carácter, que ha sido corrompido por Satanás. Y así, después de que los pecados del hombre fueron perdonados, Dios volvió a la carne para guiar al hombre a la nueva era, y comenzó la obra de castigo y juicio, que llevó al hombre a una esfera más elevada. Todos los que se someten bajo Su dominio disfrutarán una verdad más elevada y recibirán mayores bendiciones. Vivirán realmente en la luz, y obtendrán la verdad, el camino y la vida (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Comparada con las eras anteriores, la obra de Dios durante la Era del Reino es más actual, está más dirigida a la esencia del hombre y a los cambios en su carácter, y es más capaz de dar testimonio de Dios mismo a todos los que lo siguen. En otras palabras, durante la Era del Reino, conforme Él obra, Dios le muestra más de Él mismo al hombre que en cualquier momento en el pasado, lo que quiere decir que las visiones que el hombre debería conocer son más altas que en cualquier era pasada. Ya que la obra que Dios hace entre los hombres ha entrado a un territorio sin precedentes, las visiones que el hombre conoce durante la Era del Reino son las más altas entre todas las de la obra de gestión (‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”).
La obra llevada a cabo por Dios durante esta era es principalmente la provisión de las palabras para la vida del hombre, la revelación de la esencia de la naturaleza del hombre y el carácter corrupto de este, la eliminación de los conceptos religiosos, del pensamiento feudal, del pensamiento obsoleto, así como del conocimiento y la cultura del hombre. Todo esto debe ponerse en evidencia y purificarse por medio de las palabras de Dios. En los últimos días, Él usa palabras, y no señales y maravillas, para perfeccionar al hombre. Usa Sus palabras para descubrir, juzgar, castigar y perfeccionar al hombre, de forma que en las mismas este llegue a ver la sabiduría y la belleza de Dios, y a entender Su carácter, y así, a través de las palabras de Dios, el hombre vea Sus hechos. (‘Conocer la obra de Dios hoy’ en “La Palabra manifestada en carne”).
cuando Dios se hace carne esta vez, Su obra es expresar Su carácter, principalmente por medio del castigo y el juicio. Usando esto como el fundamento, trae más verdad al hombre, muestra más formas de práctica, y por tanto logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su carácter corrupto. Esto es lo que hay detrás de la obra de Dios en la Era del Reino (‘Prefacio’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Cuando Dios hace la obra del juicio, no simplemente aclara la naturaleza del hombre con unas cuantas palabras, sino que lleva a cabo la revelación, el tratamiento y la poda en el largo plazo. Esa forma de revelación, tratamiento y poda no se pueden sustituir con palabras ordinarias, sino con la verdad que el hombre no posee en absoluto. Sólo esa manera de obrar se considera juicio; sólo por medio de ese juicio se puede persuadir al hombre, se le puede convencer por completo de la sumisión a Dios, y puede obtener el verdadero conocimiento de Dios. El resultado de la obra de juicio es que el hombre comprenda el verdadero rostro de Dios y la verdad de su rebeldía. La obra del juicio le permite al hombre entender mucho de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que el hombre no puede entender. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir la fealdad del hombre. Todos estos efectos los produce la obra del juicio, porque la esencia de esa obra es, de hecho, la obra de inaugurar la verdad, el camino y la vida de Dios para todos los que tienen fe en Él. Esta obra es la obra del juicio que Dios hace. Si no consideras que estas verdades sean importantes y constantemente piensas en evitarlas o en un nuevo camino separado de ellas, entonces digo que eres un grave pecador. Si tienes fe en Dios, pero no buscas la verdad o la voluntad de Dios, ni amas el camino que te acerca a Dios, entonces digo que eres uno que está tratando de evadir el juicio. Eres un títere y un traidor que huye del gran trono blanco, y Dios no permitirá a ninguno de los rebeldes que escapen de Su vista. Tales hombres recibirán un castigo aún más severo (‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser limpio. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser limpiado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser hecho puro. En lugar de considerar que esta etapa de la obra es la de la salvación, sería más apropiado decir que es la obra de purificación. En verdad, esta etapa es la de conquista así como la segunda etapa de la salvación. Dios gana al hombre por medio del juicio y el castigo por la palabra; por medio del uso de la palabra para refinar, juzgar y revelar, todas las impurezas, las concepciones, los motivos y las esperanzas individuales dentro del corazón del hombre se revelan completamente (‘El misterio de la encarnación (4)’ en “La Palabra manifestada en carne”).
Fuente del artículo: Iglesia de Dios Todopoderoso
Recomendación: La Palabra manifestada en carne

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