Los himnos de La Iglesia de Dios Todopoderoso | Dios es el Soberano del plan de gestión de seis mil años |
I
La obra de Dios está hecha por Él mismo.
Es quien la pone en acción
y también quien la concluye.
Es Él quien la planea,
la gestiona y más allá,
la hace prosperar.
De manifiesto en la Biblia está:
"Dios es el principio y el final;
Dios es el Sembrador y también el Segador.
Dios es el principio y el final".
De manifiesto en la Biblia está:
"Dios es el principio y el final".
Todo lo relativo a Su gestión
por Su mano hecho está.
II
Dios es el Soberano de un plan
con seis mil años de gestión.
Nadie puede hacer Su obra en Su lugar,
nadie puede terminarla,
puesto que Él lo controla todo.
Conducirá a todos a vivir en Su luz,
Él la era concluirá y Su plan prosperará,
nadie puede hacer Su obra en Su lugar,
puesto que Él creó el mundo.
De manifiesto en la Biblia está:
"Dios es el principio y el final;
Dios es el Sembrador y también el Segador.
Dios es el principio y el final".
De manifiesto en la Biblia está:
"Dios es el principio y el final".
Todo lo relativo a Su gestión
por Su mano hecho está.
De "La Palabra manifestada en carne"
Dios Todopoderoso dice :" Juan nació por la promesa, y un ángel le dio su nombre. En ese momento, algunos quisieron llamarlo como su padre, Zacarías, pero su madre habló, diciendo: “Este niño no puede llamarse así. Debe llamarse Juan”. El Espíritu Santo lo ordenó. Entonces, ¿por qué no se llamó Dios a Juan? Jesús también recibió Su nombre por la dirección del Espíritu Santo, y Él nació de este y de Su promesa. Jesús era Dios, Cristo, y el Hijo del Hombre. La obra de Juan también fue grande, ¿pero por qué no se le llamó Dios? ¿Cuál era exactamente la diferencia entre la obra realizada por Jesús y la de Juan? ¿Acaso la única razón fue que Juan venía a allanar el camino para Jesús? ¿O sería porque Dios lo había predestinado? Aunque Juan también anunció: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se acerca”, y predicó también el evangelio del reino de los cielos, su obra no fue profunda y constituía simplemente un comienzo. Por el contrario, Jesús dio entrada a una nueva era y finalizó una antigua, pero también cumplió la ley del Antiguo Testamento. La obra que hizo fue mayor que la de Juan: Él vino a redimir a toda la humanidad; Él realizó esta etapa de la obra. Juan simplemente preparó el camino. Aunque su obra fue grande, sus palabras muchas, y los discípulos que lo siguieron numerosos, aquella sólo trajo al hombre un nuevo comienzo. Este nunca recibió de él vida, el camino, o verdades más profundas ni tampoco obtuvieron un entendimiento de la voluntad de Dios a través de él. Juan fue un gran profeta (Elías) que exploró un nuevo territorio para la obra de Jesús y preparó a los escogidos; fue el precursor de la Era de la Gracia. Esos asuntos no pueden discernirse simplemente observando su apariencia humana normal. Juan también hizo, en especial, una obra bastante grande nació por la promesa del Espíritu Santo, y este sostuvo su obra. Por tanto, la distinción entre sus respectivas identidades sólo puede hacerse por medio de su obra, porque la apariencia externa de un hombre no habla de su esencia, y este es incapaz de determinar el verdadero testimonio del Espíritu Santo. La obra realizada por Juan y la llevada a cabo por Jesús no eran parecidas y su naturaleza era diferente. Esto es lo que debe determinar si él es o no Dios. La obra de Jesús debía comenzar, continuar, concluir, y cumplirse. Jesús llevó a cabo cada uno de estos pasos, mientras la obra de Juan no fue otra que la de un comienzo. Al principio, Jesús difundió el evangelio y predicó el camino del arrepentimiento, después prosiguió bautizando al hombre, curando enfermedades, y expulsando demonios. Al final, redimió a la humanidad del pecado y completó Su obra durante toda la era. Predicó a los hombres y difundió el evangelio del reino de los cielos en todas partes. Esto mismo ocurrió con Juan, con la diferencia de que Jesús dio entrada a una nueva era y trajo la Era de la Gracia al hombre. De Su boca salió la palabra sobre qué debería practicar el hombre y el camino en que este debería seguir en la Era de la Gracia y, al final, terminó la obra de la redención. Juan nunca podría haber realizado esa obra. Y así, Jesús fue quien hizo la obra de Dios mismo, Él es Dios mismo y lo representa directamente. " de ‘El misterio de la encarnación (1)’ en “La Palabra manifestada en carne”
No hay comentarios:
Publicar un comentario