Canciones cristianas | Cumplir el deber de uno es la misión de cada criatur

Iglesia de Dios Todopoderoso,Dios Todopoderoso,Relámpago Oriental
Imagen de la Iglesia de Dios Todopoderoso | Cumplir el deber de uno es la misión de cada criatura




Canciones cristianas | Cumplir el deber de uno es la misión de cada criatura




El deber del hombre no tiene nada que ver con haber sido bendecido o maldecido. Su deber es lo que tiene que hacer, sin pago ni condiciones. "Bendito" significa disfrutar la bondad después del juicio del hombre y que este sea perfecto. "Maldito" es aquel quien falla al cambiar su carácter será castigado. El hombre debe cumplir con su deber, hacer lo que pueda hacer, si es bendecido, si está maldito. Esto lo hace un seguidor, lo hace un seguidor de Dios. Lo hace un seguidor de Dios. 


II 
No deberías hacer tu deber por bendiciones, ni negarte por miedo a la maldición. El deber ha de ser cumplido. Tu rechazo significa que eres rebelde. "Bendito" significa disfrutar la bondad después del juicio del hombre y que este sea perfecto. "Maldito" es aquel quien falla al cambiar su carácter será castigado. El hombre debe cumplir con su deber, hacer lo que pueda hacer, si es bendecido, si está maldito. Esto lo hace un seguidor, lo hace un seguidor de Dios. Lo hace un seguidor de Dios. 


 De "La Palabra manifestada en carne"

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Dios Todopoderoso dice :

El hombre cumpliendo con su deber es, en la realidad, el logro de todo lo que es inherente dentro del hombre, es decir, lo que es posible para el hombre. Es entonces que su deber se cumple. Los defectos del hombre durante el servicio del hombre se reducen gradualmente a través de la experiencia progresiva y del proceso de su experiencia del juicio; no obstaculizan ni afectan el deber del hombre. Los que dejan de servir o ceden y retroceden por temor a los defectos que puedan existir en el servicio son los más cobardes de todos los hombres. Si el hombre no puede expresar lo que debe expresar durante el servicio, o lograr lo que por naturaleza es posible para él, y en cambio se hace el tonto y lo hace mecánicamente sin mostrar ningún interés, ha perdido la función que un ser creado debe tener. Esta clase de hombre se considera un mediocre cero a la izquierda y un inútil desperdicio de espacio; ¿cómo puede alguien así ser dignificado con el título de un ser creado? ¿No son entes de corrupción que brillan por fuera pero que están podridos por dentro? Si un hombre se llama a sí mismo Dios, pero no es capaz de expresar el ser de la divinidad, ni hacer la obra de Dios mismo, ni representar a Dios, sin duda no es Dios, porque no tiene la esencia de Dios, y lo que Dios puede por Su naturaleza lograr no existe dentro de él. Si el hombre pierde lo que por su naturaleza es alcanzable, ya no se puede considerar un hombre, y no es digno de permanecer como un ser creado o de venir delante de Dios y servirlo. Además, no es digno de recibir la gracia de Dios ni de que Dios lo cuide, lo proteja y lo perfeccione. Muchos que han perdido la confianza de Dios pasan a perder la gracia de Dios. No sólo no desprecian sus fechorías, sino que con descaro propagan la idea de que el camino de Dios no es correcto. Y esos rebeldes incluso niegan la existencia de Dios; ¿cómo puede esa clase de hombre con tal rebeldía tener el privilegio de gozar la gracia de Dios? Los hombres que no han cumplido su deber han sido muy rebeldes contra Dios y le deben mucho a Él, pero se dan la vuelta y critican severamente que Dios está equivocado. ¿Cómo podría esa clase de hombre ser digno de ser perfeccionado? ¿No es esto el precursor para que sean eliminados y castigados? Un hombre que no cumple con su deber delante de Dios ya es culpable de los crímenes más atroces para los que hasta la muerte es un castigo insuficiente, pero el hombre tiene el descaro de discutir con Dios y enfrentarse a Él. ¿Cuál es el valor de perfeccionar a esa clase de hombre? Si el hombre no cumple su deber, se debe sentir culpable y en deuda; debe despreciar su debilidad e inutilidad, su rebelión y corrupción, y también debe sacrificar su vida y sangre para Dios. Sólo entonces será un ser creado que verdaderamente ama a Dios, y sólo esa clase de hombre es digno de disfrutar las bendiciones y la promesa de Dios y de que Él lo perfeccione. ¿Y qué pasa con la mayoría de vosotros? ¿Cómo tratáis al Dios que vive entre vosotros? ¿Cómo habéis cumplido vuestro deber delante de Él? ¿Habéis hecho todo lo que fuisteis llamados a hacer, incluso a expensas de vuestra propia vida? ¿Qué habéis sacrificado? ¿No habéis recibido mucho de Mí? ¿Podéis hacer la distinción? ¿Qué tan leales me sois? ¿Cómo me habéis servido? ¿Y qué pasa con todo lo que os he otorgado y he hecho por vosotros? ¿Habéis tomado medida de todo esto? ¿Habéis juzgado y comparado esto con la poca conciencia que tenéis dentro de vosotros? ¿De quién podrían ser dignas vuestras palabras y acciones? ¿Podría ser que ese minúsculo sacrificio vuestro es digno de todo lo que os he otorgado? No tengo otra opción y me he dedicado a vosotros con todo el corazón, pero albergáis malvados recelos contra Mí y sois indiferentes. Este es el alcance de vuestro deber, vuestra única función. ¿No es así? ¿No sabéis que para nada habéis cumplido el deber de un ser creado? ¿Cómo podéis ser considerados un ser creado? ¿No sabéis con claridad qué es lo que estáis expresando y viviendo? No habéis cumplido con vuestro deber, pero buscáis obtener la misericordia y la gracia abundante de Dios. Esa gracia no ha sido preparada para unos tan inútiles y viles como vosotros, sino para los que no piden nada y se sacrifican con gusto. Tales hombres como vosotros, tales mediocres ceros a la izquierda, para nada sois dignos de disfrutar la gracia del cielo. ¡Sólo las dificultades y el interminable castigo acompañarán vuestros días! Si no me podéis ser fieles, vuestro destino será uno de sufrimiento. Si no podéis ser responsables ante Mis palabras y Mi obra, vuestra suerte será una de castigo. Ninguna gracia, bendiciones y vida maravillosa en el reino tendrán nada que ver con vosotros. ¡Este es el fin que merecéis y una consecuencia de vuestro propio esfuerzo! Esos hombres necios y arrogantes no sólo no han hecho su mejor esfuerzo o no han cumplido con su deber, sino que en cambio tienen las manos extendidas para recibir la gracia como si merecieran lo que piden. Y si no obtienen lo que piden, cada vez se hacen más infieles. ¿Cómo pueden esos hombres ser considerados sensatos? Sois de bajo calibre y estáis desprovistos de la razón, completamente incapaces de cumplir el deber que debéis cumplir durante la obra de gestión. Vuestro valor ya ha caído precipitosamente. Vuestro fracaso en recompensarme por mostraros ese favor ya es un acto de extrema rebeldía, suficiente para condenaros y demostrar vuestra cobardía, incompetencia, vileza e indignidad. ¿Cómo podríais todavía estar calificados para mantener vuestras manos extendidas? No sois capaces de ser de la menor ayuda a Mi obra, no sois capaces de comprometeros con vuestra fe ni de dar testimonio de Mí. Estas ya son vuestras fechorías y fracasos, pero en cambio me atacáis, decís mentiras de Mí y os quejáis de que soy injusto. ¿Es esto lo que contribuye a vuestra lealtad? ¿Es esto lo que constituye a vuestro amor? ¿Qué otra obra podéis hacer más allá de esta? ¿Cómo habéis contribuido a toda la obra que se ha hecho? ¿Qué tanto habéis gastado? Ya es un acto de gran misericordia que no ponga ninguna culpa sobre vosotros, pero vosotros todavía con desvergüenza me dais excusas y os quejáis de Mí en privado. ¿Tenéis un mínimo tinte de humanidad? Aunque el deber del hombre esté manchado por la mente del hombre y sus nociones, debes cumplir con tu deber y comprometerte con tu fe. Las impurezas en la obra del hombre son un problema de su calibre, mientras que, si el hombre no cumple con su deber, ello muestra su rebeldía. No hay correlación entre el deber del hombre y si es bendito o maldito. El deber es lo que el hombre debe cumplir; es su deber ineludible y no debe depender de las recompensas, condiciones o razones. Sólo entonces eso es cumplir con su deber. Un hombre que es bendito goza de bondad tras ser perfeccionado después del juicio. Un hombre que es maldito recibe el castigo cuando su carácter no cambia después del castigo y el juicio, es decir, no ha sido perfeccionado. Como un ser creado, el hombre debe cumplir su deber, hacer lo que debe hacer, y hacer lo que es capaz de hacer, independientemente de si será bendecido o maldecido. Esta es la condición más básica para el hombre, como de uno que está en busca de Dios. No debes cumplir con tu deber sólo para ser bendecido y no te debes negar a actuar por temor a ser maldecido. Dejadme deciros una cosa: Si el hombre es capaz de cumplir con su deber, esto quiere decir que desempeña lo que debe hacer. Si el hombre no es capaz de cumplir con su deber, esto muestra la rebeldía del hombre. Siempre es por medio del proceso de cumplir con su deber que el hombre es cambiado gradualmente, y es por medio de este proceso que demuestra su lealtad. Como tal, entre más puedas cumplir con tu deber, más verdades recibirás y así también tu expresión se volverá más real. Los que sólo cumplen con su deber por inercia y no buscan la verdad, al final serán eliminados, porque tales hombres no cumplen con su deber en la práctica de la verdad, y no practican la verdad en el cumplimiento de su deber. Tales hombres son los que permanecen sin cambios y van a ser malditos. No sólo sus expresiones son impuras, sino que lo que expresan no es otra cosa que maldad.


De "La Palabra manifestada en carne"

Fuente: Iglesia de Dios Todopoderoso 

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